Este salmo tiene el título, “Un salmo de David”.
Fue escrito durante el tiempo en que David llegó a ser reconocido como rey sobre todas las tribus de Israel y expresó su corazón por la nación tanto en paz como en guerra.
Parece ser por los versos 2 y 10 de este Salmo, que fue compuesto después de la asunción de David al trono, es evidente, por el verso 5 y otros que aún le quedaban enemigos por conquistar, como los filisteos.
Versos del 1 al 2
Oración y alabanza concerniente a los tiempos de guerra, alabando al DIOS que bendice y ayuda a David en la batalla.
David era un notable guerrero, quien en los tiempos modernos sería considerado un miembro de las fuerzas de élite. David mató a muchos hombres en combate mano a mano, como en 1 Samuel 17, 48-50 y en 18, 26-27.
El entrenamiento es una parte fundamental del éxito como soldado y David entendía que era el Señor quien entrenó sus manos para la batalla y sus dedos para la guerra.
En su juventud, las manos de David y sus dedos fueron usados para el cayado y el arpa, no para la espada y la lanza, pero YEHOVAH DIOS las había moldeado y entrenado para los uso y necesidades de la guerra.
David derramó nombres y títulos para el Señor, cada uno representado un aspecto del carácter de YEHOVAH DIOS o una ayuda que ha sido usada en la batalla.
Conocía la ayuda y la Presencia del Altísimo en muchas maneras, no solamente en una o unas pocas.
De entre todos los nombres y títulos, notamos que David empieza “con misericordia mía” “hesed”, la gran palabra para la Lealtad de YEHOVAH DIOS y para el Amor del Pacto.
Amaba y valoraba a YEHOVAH DIOS por ser su Fortaleza, su Alto Refugio, su Liberador, su Escudo, su Refugio y su Victoria Conquistadora, pero antes de todo esto era su regalo de Amor, Misericordia y Fidelidad a DIOS.
David probablemente escribió esto después de ser aceptado como rey de todas las tribus de Israel (2 Samuel 5, 1-5).
Si este Salmo viene de un periodo anterior, él podría referirse a la sujeción de los hombres que estaban debajo de su autoridad (1 Samuel 22, 1-2).
Versos del 3 al 4
El inesperado Amor y Cuidado de DIOS por la humanidad, en las líneas anteriores David exalta la gran Victoria y Fuerza de YEHOVAH DIOS.
A la luz de esto, David es sorprendido por el hecho de que el Todopoderoso pueda demostrar interés en él o en la humanidad en general.
El Salmo 8, 5 hace la misma pregunta desde una perspectiva ligeramente diferente, aquí el énfasis está en el Señor como un guerrero al que nadie se puede oponer, en el Salmo 8, 4 es en el Poder de YEHOVAH DIOS como Creador y Sustentador del universo.
David usa el método común de repetición para traer énfasis a la idea del cuidado inusual e inesperado que YEHOVAH DIOS tiene por la humanidad.
Habiendo sido responsable por la muerte de tantos hombres y habiendo estado tan cerca de la muerte, David sabía que tan temporal era la vida humana, se escapaba como un respiro o “una sombra que pasa”.
Versos del 5 al 8
Una plegaria para ser rescatado por el gran DIOS. David utiliza frases e imágenes de YEHOVAH DIOS descendiendo en el monte Sinaí (Éxodo 19, 16-20) para dar la sensación de asombro e incluso de terror conectados con la Presencia del Altísimo.
David pidió que YEHOVAH DIOS de majestad peleara por él, enviando relámpagos como flechas en contra de los hombres extraños que pelearon en contra de David con mentiras y vanidad.
Durante los días de David como fugitivo de Saúl, este tenía muchos hombres que mentían acerca de él, diciéndole las peores cosas acerca de David de manera que pudieran ganar favor con el rey Saúl (1 Samuel 22, 9-13).
Muy probablemente también se enfrentó con mentirosos y chismosos en contra de su carácter cuando fue rey, como su gran hijo, a quien constantemente le mintió y mentía acerca de él.
Cuando David habló en contra de estos hombres extraños, no fue por su nacionalidad, sino que por sus acciones demostraban que eran verdaderos hombres extraños del pueblo de DIOS y que habían rechazado a YEHOVAH, el DIOS de Israel.
Versos del 9 al 10
Alabanza y oración a DIOS por la bendición de la paz, al DIOS que rescata.
Nuevas victorias y nuevas liberaciones requieren de cantico nuevo, el Amor y las obras de YEHOVAH DIOS con David eran constantemente nuevas y frescas, así que su alabanza también lo era.
David era un músico hábil (1 Samuel 16, 18), y el tocó su “decacordio”, instrumento de diez cuerdas y de forma triangular, bastante parecido al arpa, mientras alababa a DIOS.
Había sentido la ayuda de YEHOVAH DIOS en muchas ocasiones como un humilde pastor de ovejas (1 Samuel 17, 34-36) y como un fugitivo despreciado (1 Samuel 23, 24-29).
Podemos inferir que David estaba casi sorprendido de que YEHOVAH DIOS también lo ayudaba como rey, rescatándolo de la maligna espada.
Versos del 11 al 15
Orando para que el enemigo sea derrotado de manera que el Pueblo de DIOS pueda prosperar. David aquí repite la idea antes mencionada en los versos 7-8.
La presencia y las obras destructivas de estos extranjeros mentirosos y de falsos testigos eran una gran preocupación, por lo que le pide a YEHOVAH DIOS que lo rescate.
David oró por una serie de bendiciones que vendrían en medio del Pueblo de DIOS, cuando DIOS lidiara con estos que hablaban el mal en medio del Pueblo.
La lista de bendiciones se enfoca en las preocupaciones del día a día en una sociedad agrícola.
· Hijos bendecidos en el hogar, hijos firmes en desarrollo y estables e hijas labradas Vs 12.
· Bendiciones en las obras de sus manos, con graneros llenos, millares de ganado, y bueyes cargados con pesadas cosechas Vs 13.
· Bendiciones de seguridad y paz en la comunidad, sin violencia “no hay hoyos en los muros, ni rendiciones, ni gritos de lamento en nuestras plazas” vs 14bc.
David oró como un rey sabio y que se preocupaba por su pueblo, pidiéndole a YEHOVAH DIOS que bendijera a su pueblo, sus días comunes y el diario vivir.
Aun así tales bendiciones solo pueden venir al pueblo del Pacto de YEHOVAH DIOS, mientras fueran leales como habían prometido que serían (Éxodo 23, 3-8).
Cuando miraron a YEHOVAH como su único DIOS y Señor, rechazando a todos los ídolos de las naciones, entonces las promesas prometidas fueron dadas y el pueblo de DIOS era bienaventurado.