Versos del 1 al 3
Este era un joven de la asociación para entrenar profetas en Israel. Podemos imaginar que Eliseo le dio esta tarea como una tarea escolar.
Este joven profeta anónimo es identificado en la tradición Judía “Seder Olam” como Jonás (2 de Reyes 14, 25).
En este tiempo, Yoram el hijo de Ajab era el rey de Israel, era la dinastía de Omri, pero esta dinastía estaba por llegar a su final. El próximo rey sería Jehú, quien iniciaría una nueva, pero breve, dinastía.
Aunque Israel había abandonado a YEHOVAH DIOS, aún tenía el derecho de interferir entre ellos. ÉL designaría y permitiría a los reyes que escogiera, ya fuera para bendecir a un obediente Israel o para maldecir a una nación desobediente, según los términos de su Pacto con ellos en el monte Sinaí.
Veros del 4 al 10
Jehú era un comandante en el ejército de Israel, bajo el rey Ajab y su hijo, el rey Yoram.
Jehú anteriormente fue ungido como futuro rey de Israel, el derrocaría a la dinastía de Omri y Ajab (1 de Reyes 19, 16-18).
Sin embargo, eso fue bastante tiempo antes de esto y ahora es ungido otra vez para mostrar que el tiempo de cumplimiento de la anterior profecía ahora se encontraba cerca.
Fue ungido pero no debía tomar el trono inmediatamente. Tanto Saúl como David fueron ungidos reyes sobre Israel antes de que realmente poseyeran el trono.
La insistencia de Eliseo de que la ceremonia de ungimiento fuera secreta, permitiría al nuevo rey elegir el tiempo indicado para levantar el estandarte de su rebelión sin alertar a Joram. La sorpresa evitaría que el rey se preparara para oponerse.
Jehú es el único rey del reino del Norte (Israel) que fue ungido,para indicar que debía seguir la tradición Davídica, como Saúl fue ungido por Samuel, para marcar al Espíritu de Dios dotándolo para la tarea.
El ungimiento del rey de Israel no era una costumbre establecida, ni una regla. Era hecho cuando las circunstancias estaban fuera de lo ordinario o donde podía haber alguna pregunta sobre su título sobre la corona.
Lo que el joven profeta anunció, fue más de lo que se nos dijo que Eliseo le comentó a este hombre de la escuela de profetas (2 de Reyes 9, 1-3).
Eliseo le dijo que dijera esto y no fue registrado anteriormente o fue bajo la inspiración divina del Espíritu cuando hizo lo que Eliseo le comentó que hiciera y esto en una profecía espontanea a Jehú.
Evidentemente, YEHOVAH DIOS tenía la intención de usar a Jehú como una herramienta de juicio contra la casa de Ajab.
Versos del 11 al 13
Fue fácil desestimar a este profeta como un loco y hablador demente.
Era fácil tanto para Jehú como para sus asociados considerar a cualquier hombre que honrara a YEHOVAH DIOS como demente.
Sin embargo, Jehú sabía y otros pronto lo hicieron también, que el hombre era un verdadero profeta de YEHOVAH DIOS.
Cuando Jehú emergió de la casa con su cabeza empapada por el aceite, fue más sencillo pensar que el hombre estaba loco por lo que hizo.
Los profetas de YEHOVAH DIOS siempre eran contados y llamados por el mundo dementes.
Un momento antes estos hombres consideraron al profeta como un loco, ahora ven su mensaje con seriedad y proclamaron al reacio Jehú como rey de Israel. Esto muestra la sensación de insatisfacción que tenían con Joram.
El acto de arrojar el manto era uno de reconocimiento, lealtad y promesa de apoyo. Denota su resuelta decisión a colocarse en sujeción voluntaria bajo la autoridad del nuevo rey, de la casa de Israel del norte.
Versos del 14 al 20
Al ver a la tropa de Jehú que se acercaba, el rey Yoram quería saber si el misterioso grupo venía en paz.
Mientras esperaba para recuperar toda su fuerza en Jizreel, Yoram básicamente se sentía inseguro en su posición en el trono y fácilmente sospechaba amenazas.
Jehú se refería a que el soldado no debería considerar este como un tiempo de paz, sino un tiempo de conflicto, un tiempo para derrocar violentamente el trono de Yoram y la dinastía de la cual provenía.
Cuando dos mensajeros no regresaron sino que al contrario, se unieron a la tropa de Jehú, mostró que gozaba de apoyo popular entre las tropas de Israel y el rey Yoram no.
Jehú era un hombre tan intenso, que su personalidad podía ser vista con facilidad en la manera en la que conducía un carro.
Versos del 21 al 24
Esta era la tierra que Ajab y Jezabel habían obtenido tan perversamente asesinando al dueño de la tierra, Nabot.
En esta misma tierra, la cual, en lo que respecta a YEHOVAH DIOS, aún pertenecía a Nabot, la dinastía de Omri encontraría su juicio.
El perverso, y corrupto Joram quería paz con Jehú. Ninguno de los de la dinastía de Omri quiso paz con YEHOVAH DIOS, ni Ajab ni Jezabel quisieron paz con Nabot.
El comportamiento de Yoram hacia Jehú, muestra que no sospechaba de su traición.
Estos nunca soñaron con un enemigo, a pesar de que los mensajeros fueron detenidos, sino que pensaron, probablemente, que Jehú venía con buenas noticias del ejército, del cual el mismo sería el primer mensajero.
“¿Qué paz, con las fornicaciones de Jezabel tu madre, y sus muchas hechicerías?”, Jehú deja manifiesto que tomó su previa unción por Elías (1 de Reyes 19, 16-17) y su unción más reciente por uno de los de la escuela de profetas con seriedad.
En este punto, la mente de Jehú no estaba llena de ganancia política ni gloria real. Él hizo esto por el honor de YEHOVAH DIOS, como un consciente ejecutor del juicio divino contra la casa de Ajab.
Queda claro que Jehú mató al rey de Israel con un poderoso tiro sobre su espalda, mientras huía en su carro.
Jehú era un tirador excelente, pero fue YEHOVAH DIOS quien guio su mano y fortaleció su brazo (Ezequiel 30, 24) y ordenó su arco (Jeremías 1, 9).
Versos del 25 al 26
Esto confirma que Jehú se veía a sí mismo como un cumplidor de la voluntad de YEHOVAH DIOS al traer juicio sobre la casa de Ajab.
Versos del 27 al 29
Jehú no tenía órdenes directas ni había sido comisionado para llevar juicio sobre el rey de Judá, pero lo hizo de todas formas.
Consciente o inconscientemente, fue guiado por YEHOVAH DIOS y mató a Ocozías.
Ocozías estaba contento con asociarse con el reino del norte de Israel y sus perversos reyes. Por lo tanto, murió con el mismo juicio que vino sobre el rey de Israel.
Ocozías también era pariente de sangre de Ajab, era su abuelo, por lo tanto, lo hizo responsable bajo el juicio que cayó sobre Ajab y sus descendientes.
2 de Crónicas 22, 1-9 también registra el reino de Ocozías y su vergonzoso final a manos de Jehú. La reconciliación de los detalles de la muerte de Ocozías entre 2 de Crónicas 22 y 2 de Reyes 9 es complicada, pero definitivamente posible.
Cuando Ocozías fue asesinado en batalla, le dieron un entierro digno, no porque lo mereciera, sino solo porque su ancestro Josafat, fue un hombre temeroso de Dios (2 de Crónicas 22, 9).
Versos del 30 al 37
Jezabel llamó a Jehú Zimri por el hombre que asesinó al rey Basá de Israel (1 de Reyes 16, 9-12), cuando Zimri también era siervo de Basá, un comandante de su ejército. Era su manera de llamar a Jehú un rebelde despreciable.
Fue también una amenaza implícita, porque el breve reinado de Zimri fue terminado por Omri, que era el padre de Ajab y el suegro de esta misma Jezabel. Por inferencia, Jezabel dijo “La dinastía de Omri te derrotará tal como derrotó a Zimri”.
Sin duda, el ornamento de Jezabel tenía la intención de crear una apariencia de reina ante la muerte latente y sirvió como preparación para un entierro real. Su vanidad innata se manifestó hasta el último momento.
Los eunucos en la ventana probablemente trabajaban para Jezabel pero respondieron rápidamente a la petición de apoyo de Jehú. Probablemente habían despreciado a esta reina perversa y pagana por mucho tiempo.
Jehú enfáticamente respondió su pregunta sobre el bien. No puede haber verdadero bien mientras permitamos las infidelidades y hechizos que alguna Jezabel nos atraigan y nos afecten.
Cualesquiera que sean sus encantos, debe ser arrojada por la ventana antes de que podamos ceder por la tentación concupiscente.
En las culturas antiguas del Oriente Próximo, esta profanación de un cadáver era peor que la muerte.
Sin embargo no se turbó en absoluto ante el horrible final de Jezabel, comió y bebió después de pisotear su cadáver y pasar sobre el pavimento salpicado con su sangre.
La promesa de YEHOVAH DIOS contra Jezabel y la casa de Ajab fue cumplida exactamente y como debía ser (1 de Reyes 21, 19. 23-25).
La sangre de Yoram sirvió como abono para la parcela que fue arrebatada de Nabot y Jezabel se añadirá a este abono. ¡Oh, jardín de hierbas compradas a alto precio, abonadas con realeza!.
Sin embargo, conforme la casa de Jehú se corrompió, también enfrentaría juicio. Oseas 1, 4 habla de juicio que vendrá contra la casa de Jehú “yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel y haré cesar el reino de la casa de Israel”.