Versos del 1 al 2
Aunque el Rey de Israel culpaba a YEHOVAH DIOS por la calamidad que había llegado sobre Israel y Samaria, el Altísimo aún tenía mensaje para el rey y la nación, era un buen mensaje
La Promesa de YEHOVAH DIOS a través de Eliseo era que en 24 horas la situación económica de Samaria estaría completamente revertida.
En vez de escasez, habría tanta abundancia que los precios de la comida bajarían radicalmente en la ciudad.
El oficial del rey dudó de la profecía y su duda estaba basada en varias suposiciones incorrectas.
Primero, dudó del poder de YEHOVAH DIOS. Si YEHOVAH DIOS así lo quería, ciertamente podría hacer ventanas en el cielo y arrojar comida desde el cielo para la hambrienta y sitiada ciudad de Samaria.
Segundo, dudó de la creatividad de YEHOVAH DIOS. En la mente del oficial del rey, la manera en la que la comida podía llegar a la ciudad era desde arriba, porque la ciudad estaba rodeada por un ejército hostil.
Él no tenía ni idea de que YEHOVAH DIOS podía traer provisión de una manera totalmente inesperada. ¡A menudo se quiebra la Fe de esta manera!.
Sabe quién es YEHOVAH DIOS y que ÉL puede actuar, pero solo ve una manera y se niega a creer que semejante manera se lleve a cabo. La provisión vino sin que se abrieran las ventanas de los cielos.
Dudó del mensajero de YEHOVAH DIOS. Aunque la promesa era ciertamente difícil de creer, el oficial del rey pudo y debió haber creído porque vino de un hombre con un historial establecido de credibilidad.
Tomando todo esto en cuenta, el oficial ilustra bien la conducta de la incredulidad.
· La incredulidad se atreve a cuestionar la veracidad de la misma Promesa de YEHOVAH DIOS
· La incredulidad dice “Esto es algo nuevo y no puede ser verdad.”
· La incredulidad dice, “Esto es algo repentino y no puede ser verdad.”
· La incredulidad dice, “No hay forma de que esto se pueda lograr.”
· La incredulidad dice, “Solo hay una manera en la que YEHOVAH DIOS puede obrar.”
· La incredulidad dice, “Incluso si YEHOVAH DIOS hace algo, no será suficiente.”
A través de Eliseo, YEHOVAH DIOS pronunció un duro juicio sobre el incrédulo oficial del rey. Él vería la palabra cumplida, pero no se beneficiaria de su cumplimiento.
Versos del 3 al 5
Estos hombres se quedaban a la entrada de la puerta porque no eran bienvenidos en la ciudad. Su condición leprosa los hacía marginados e intocables.
Su lógica era perfecta. Pronto morirían por la hambruna si se quedaban en la ciudad. Si quedaba algo de comida, ciertamente serían los últimos en recibirla.
Así que decidieron que sus probabilidades eran mejores si se rendían a los Sirios.
Este enorme ejército rodeó a la ciudad de Samaria por varios meses, era el hogar y centro de provisiones para miles de hombres.
Cuando los leprosos fueron a él esa mañana, descubrieron un campamento militar vacío, lleno de provisiones, pero sin ningún hombre.
Versos del 6 al 7
Israel estaba indefenso contra el enemigo que los sitió, pero YEHOVAH DIOS no lo estaba. Él atacó al ejército Sirio con tan solo provocarles que escucharan el estrépito de un ejército.
Todo fue dejado atrás, dejando a los improbables leprosos para que tomarán el botín del campamento.
Como resultado, el sitio de Samaria había terminado, a pesar de que ninguno en la ciudad sabía o lo disfrutaba.
Versos del 8 al 9
Claro que lo hicieron. Después del largo periodo de hambruna, era la respuesta a toda esperanza y oración que tenían.
Ellos sabían que su descubrimiento del campamento no podría permanecer secreto para siempre, así que escondieron algunas cosas valiosas para poder beneficiarse de ellas, aun cuando el campamento fuera descubierto por otros.
Los leprosos disfrutaron con justa razón del milagro que YEHOVAH DIOS proveyó.
Pero también se dieron cuenta que su regalo les dio la responsabilidad de compartirlo con otros.
Ellos entendieron que permanecer callados y disfrutar egoístamente sus bendiciones sería pecado, tenían la responsabilidad de compartir la nueva.
Versos del 10 al 15
Como los leprosos no eran bienvenidos en la ciudad, solo podían comunicarse con los guardias de la puerta.
Había muchas personas con las que no podían hablar, pero fueron fieles en hablarles a los que si podían.
Las buenas noticias de los leprosos fueron comunicadas de la manera más sencilla posible. De una persona a otra, hasta que las noticias alcanzaron al mismo rey.
Esta fue la reacción sensata a las buenas noticias que iniciaron con el reporte de los leprosos. El reporte podía ser verdadero o no, lo más lógico era probarlo y ver.
Verso 16
Cuando se descubrió que eran verdaderas las buenas noticias, que iniciaron con el reporte de los leprosos, no había forma de detener al pueblo.
Como conocían su necesidad, se alegraron de recibir la provisión que YEHOVAH DIOS había enviado para suplir esa necesidad.
A través de Eliseo, YEHOVAH DIOS anunció los precios exactos de los mercados de Samaria y la profecía fue probada ser exactamente verdadera.
Versos del 17 al 20
Tal vez el rey hizo esto para reprender a su oficial. Este hombre tendría que supervisar personalmente al pueblo respondiendo a la provisión que él mismo dijo que nunca llegaría, porque no podía entender cómo YEHOVAH DIOS podría proveer a pesar del sitio.
La predicción sobre el oficial probó ser tan verdadera como los precios de la comida en los mercados de Samaria.
Debido a su incredulidad, vio a otros disfrutar de las bendiciones pero él no pudo hacerlo.
Este capítulo ejemplifica de una manera muy práctica nuestra vida como creyentes, y en especial los momentos de incredulidad. Porque ponemos nuestra expectativa en como pensamos que YEHOVAH lo hará, en vez de esperar confiadamente el cumplimiento de Su Palabra, y esto nos incapacita del poder ver la bendición manifestarse. Gloria a YEHOVAH!