Mosqueteros de Yehovah

2 Crónicas Capítulo 29

Versos del 1 al 2

Ezequías llegó al reino de Judá al final del reino de Israel. Tres años después del inicio de su reinado los ejércitos asirios sitiaron Samaria y tres años después de eso el reino del norte fue conquistado.

El triste destino del reino del norte fue una lección valiosa para Ezequías. Él vio de primera mano lo que pasaba cuando el pueblo de YEHOVAH rechazaba a su DIOS y a Su Palabra, para adorar a otros dioses.

Ezequías fue uno de los mejores reyes de Judá, y por lo tanto tuvo un largo reinado y en su mayoría bendecido. Sin duda su madre Abías fue una influencia consagrada e importante en su vida.

Su madre era Abías, la hija de Zacarías, la persona mencionada por el profeta Isaías (Isaías 8, 2) como un “testigo fiel”.

Esta posible amistad de su madre con el profeta, combinada con la certeza de que hasta ese momento había estado bajo la influencia del ministerio de Isaías, puede explicar las acciones de Ezequías al llegar al trono.

Ezequías fue uno de los más celosos reformadores de Judá, llegando a prohibir incluso la adoración en los lugares altos (2 de Reyes 18, 4).

Estos fueron populares altares de sacrificio establecidos como lo deseaba el adorador, no según la dirección de YEHOVAH DIOS.

2 de Reyes 18, 5 hace esta asombrosa declaración sobre Ezequías: “En YEHOVAH DIOS de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. Porque siguió a YEHOVAH DIOS, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que YEHOVAH prescribió a Moisés”.

Versos del 3 al 11

Trágicamente, la condición de los levitas y del templo era tan mala que parecían incapaces de reformarse sin el empuje del rey Ezequías.

Ellos habían fracasado porque le habían dado a YEHOVAH DIOS sus espaldas en vez de sus rostros.

Uno podría decir que en cada oportunidad de encontrarnos con YEHOVAH DIOS, tenemos la opción de darle nuestra espalda o nuestro rostro al Altísimo.

Esto sucedió en los días de Ajaz, el padre de Ezequías (2 de Crónicas 28, 24). Ezequías sabía que era tiempo de abrir el Templo otra vez, tanto para limpiarlo como para que pudiera operar como estaba previsto.

De una manera sorprendente Ezequías reconoció que las calamidades que habían llegado sobre Judá vinieron debido a su desobediencia.

Se requiere de una persona sabia y consagrada para admitir esto y para actuar consecuentemente.

Este llamado de valentía de Ezequías para los sacerdotes y levitas, se enfocó en su sentido de llamado, “YEHOVAH DIOS los ha escogido a ustedes”.

Volver a centrarse en su vocación y su propósito central, para servir y honrar a YEHOVAH DIOS, era esencial y esta exhortación demuestra que ellos habían perdido su enfoque.

Ezequías puso el ejemplo en este servicio dedicado a YEHOVAH DIOS, en que incluso destruyó un notable artefacto del Éxodo, la serpiente de bronce de Moisés conocida como Nehustán, cuando se volvió un ídolo (2 de reyes 18, 4).

Versos del 12 al 19

Estos hombres habían sido cómplices en el abandono y la desgracia del Templo.

Sin embargo, el Cronista señaló con toda razón a estos hombres por su nombre, porque cuando fueron exhortados por el rey Ezequías a hacer lo correcto al purificar y restaurar el Templo, como lo hicieron.

Esto habla del asombroso grado de daño que había recibido el Templo, ya que tomó 16 días solamente sacar la basura que se había acumulado en él, incluyendo también la parte interna de la casa de YEHOVAH DIOS.

Después del primer paso para remover el problema, ahora podían regresar a su lugar lo que había sido sacado durante el reinado de Ajaz (2 de Crónicas 28, 24 y 2 de Reyes 16, 17-18).

Versos del 20 al 27

En su osada restauración del servicio del Templo, Ezequías no fue tan necio como para pasar por alto las órdenes Bíblicas y tradicionales y ofrecer él mismo los sacrificios.

Su bisabuelo Ozías hizo esto para su propio juicio (2 de Crónicas 26, 16-23).

En sus arreglos de esta restauración del servicio del Templo, Ezequías tuvo cuidado de incluir tanto ofrendas como adoración. Cada una honraba a YEHOVAH DIOS de maneras importantes.

Versos del 28 al 30

Cada persona desempeñó su parte en esta gran y comunal honra a YEHOVAH DIOS.

Este capítulo contiene una parábola de la purificación del corazón, destinado a ser un Templo para YEHOVAH DIOS, pero que las puertas de la oración están cerradas, las lámparas del testimonio apagadas, los holocaustos de sacrificio descuidados.

Adoraron a YEHOVAH DIOS con las mejores palabras que pudieron encontrar, las palabras de los grandes salmos de alabanza escritos por David y otros.

Versos del 31 al 36

Una vez que ofrecieron sacrificios y purificaron apropiadamente el templo y sus propios corazones delante del Altísimo, ahora se invitaba a la multitud a acercarse y llevar sus ofrendas personales.

Uno de los grandes propósitos del Templo, como un lugar para el sacrificio personal y la adoración del creyente, era restaurado.

El deseo reprimido del pueblo de sacrificar y honrar a YEHOVAH DIOS a través de sacrificios, era tan grande que cuando se les dio la oportunidad los sacerdotes se sintieron abrumados.

Sabiamente, así sus hermanos los levitas les ayudaron hasta que acabaron la obra. Este fue un buen ejemplo de suspender temporalmente un mandamiento por necesidad divina.

La sorprendente respuesta de la asamblea fue evidencia de que YEHOVAH DIOS había preparado al pueblo.

Nunca pudo haber una respuesta semejante, a menos de que YEHOVAH DIOS estuviera obrando en medio de su pueblo y esto era evidencia de tal obra.

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