Versos del 1 al 6
También fueron distribuidos los porteros, quienes eran los responsables por la seguridad, tanto en un sentido práctico como espiritual.
Ellos se aseguraban que solo los que estaban listos para servir y adorar a YEHOVAH DIOS, pudieran entrar al Templo y a su edificio asociado.
Su trabajo requería de tanta organización como el de los sacerdotes que oficiaban los sacrificios.
Aunque eran menos prominentes que algunos colegas levitas, de tiempo en tiempo los porteros hacían una contribución vital a la vida nacional, notablemente bajo el liderazgo del sacerdote Yoyadá (2 de Crónicas 23, 4-6.19) y en los reinados de Ezequías (2 de Crónicas 31, 14-19) y Josías (2 de Crónicas 34, 9-13).
En esencia su deber era hacer que la gente ordinaria tomara consciencia de los límites prácticos de la santidad, pues cualquiera que entrara en el santuario ilegalmente lo hacía bajo la pena de muerte.
Aunque algunos podrían ver su trabajo como humilde, en realidad era un gran privilegio.
Recuerden la envidia del salmista: “Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad” (Salmos 84,10).
Versos del 7 al 8
Semaías era de la familia de los porteros, sin embargo, sus hijos ascendieron a puestos de alta responsabilidad, porque eran varones valerosos y esforzados, también son descritos como hombres robustos y fuertes para el servicio.
El trabajo pudo haber incluido la eliminación de personas u objetos no deseados Vs del 16 al 20.
Versos del 9 al 12
Algunos harían una distinción entre el trabajo espiritual del Templo y el trabajo práctico y considerarían el trabajo espiritual como más importante.
El cronista tiene cuidado de recordarnos que el trabajo de estos porteros, cuyo servicio era más práctico en naturaleza, era estimado por YEHOVAH DIOS como igual de valioso.
Se establece un punto muy importante con la inclusión de estos grupos, aunque parezcan representar una desviación del tema principal de Crónicas.
Cuando el pueblo de YEHOVAH DIOS presta la debida atención a su condición de comunidad de adoración, la distinción entre lo sagrado y lo secular desaparece.
Todas las tareas, ya sean mundanas o especializadas, “religiosas”’ o “laicas”, tienen valor ante los ojos de YEHOVAH DIOS.
Versos del 13 al 19
Ellos determinaron el orden y el arreglo del servicio para los porteros, de la misma manera en la que determinaron el orden y el arreglo para los sacerdotes en su servicio.
Esto significa que David dejó que el Altísimo decidiera cuando se trataba de organizar y ordenar estos oficios y no dejó que el prestigio y la posición determinaran sus nombramientos.
Versos del 20 al 26
David estableció la organización financiera necesaria para administrar el edificio del Templo, incluyendo la supervisión de todas las riquezas traídas por sus conquistas sobre los pueblos vecinos, las cosas santificadas.
Versos del 27 al 28
Este Selomit y sus hermanos tenían a su cargo todos los tesoros de todas las cosas santificadas, que había consagrado el rey David, los jefes de las casas paternas, los capitanes de millares, de centenas y jefes del ejército, de lo que habían consagrado de las guerras y de los botines, para reparar la casa de YEHOVAH DIOS.
Asimismo, todas las cosas que había consagrado el profeta Samuel y Saúl hijo de Quis, Abner hijo de Ner y Joab hijo de Sarvia y todo lo que cualquiera consagraba, estaba a cargo de Selomit y de sus hermanos.
Versos del 29 al 33
Otros eran consagrados para tareas específicas en el reino de Israel formándose especialistas, para todas las cosas de YEHOVAH DIOS y los negocios del rey.
Eran expositores de la Ley y por lo tanto, empleados como consejeros respondiendo casos, resolviendo dudas, constituyéndose en superintendentes, a lo largo de todo el reino.
La estadística muestra que 2.700 levitas mantenían la aplicación práctica de las Leyes de “YEHOVAH DIOS y las dictadas por el rey”.
Entre las tribus al oeste del Jordán Vs 30, parece extraño el énfasis impartido pero contiene un indicio de la importancia del distrito de Galaad, donde tener sus propios jueces a su medida para atender los asuntos religiosos y políticos, además de interactuar con los extranjeros.