Versos del 1 al 6
YEHOVAH DIOS juzgó a Nadab y Abihú porque se atrevieron a llevar fuego extraño delante de Su presencia, blasfemando contra los mandamientos del TODOPODEROSO para el sacrificio (Levítico 10, 1-2).
David tomó a los descendientes de Aarón, la familia sacerdotal de Israel y junto con Sadoc los dividió en 24 secciones, para servir según sus turnos en el ministerio.
Se hace hincapié en dos aspectos de este servicio, que debe ser regulado en un sistema ordenado de veinticuatro cursos (versos, 1-19) y que proporciona un patrón que debe ser seguido por los asistentes levitas de los sacerdotes (versos, 20-31).
Versos del 7 al 19
David sabía que como había tantos descendientes de Aarón en ese tiempo, los sacerdotes debían ser divididos para que pudieran ser asignados justamente al privilegiado servicio del Templo.
En la práctica judía posterior, el número de los veinticuatro tiempos estaba basado en un calendario lunar de cuarenta y ocho semanas, con cada curso sirviendo por una semana a la vez y por lo tanto dos veces al año.
Con el paso del tiempo, algunos de los cursos davídicos se extinguieron o tuvieron que ser consolidados con otros y se formaron nuevos para tomar sus lugares.
En el primer regreso del exilio en el 527 a.C., solo se registran cuatro cursos. Para el 520, veintidós eran nuevamente operativos (Nehemías 12, 1-7), pero solo la mitad de ellos eran de los cursos que fueron originalmente organizados por David.
Versos del 20 al 30
Estos eran los descendientes de los hijos de Quehat, Amram que no pertenecían a la familia de Moisés y Aarón.
Verso 31
Estos otros descendientes de la familia de Quehat se dividieron según el calendario de su ministerio, siguiendo el mismo patrón que los sacerdotes.
Las porciones de los hermanos mayores y la de los más jóvenes, fueron promiscuamente mezcladas y el orden se estableció conforme salían las porciones, sin tener en cuenta la edad, dignidad o el número de personas o familias, la familia más joven tenía el primer curso si obtenía la primer porción.
Hubo una mezcla discreta en el arreglo de los hombres más viejos y más jóvenes, para que en el servicio nacional más importante y santo, la experiencia de la edad y el entusiasmo de la juventud fueran naturalmente inspiradores.