Versos del 1
Habrá un suministro eterno de misericordia, de perdón y de poder limpiador en YEHOVAH. Esta ilustración es similar a la de la corriente eterna de agua que fluye del Templo (Ezequiel 47, 1).
El manantial se utiliza en las Escrituras para simbolizar el perdón de YEHOVAH.
Isaías 12, 3 dice: “¡Sacaran con gozo aguas de la fuente de la salvación”, Yeshúa habla de sí como “agua viva” que satisface por completo (Juan 4).
Versos del 2 al 6
Describe los días finales de la tierra como la conocemos, para que la nueva era de YEHOVAH comience, todo mal debe abolirse.
La Jerusalén futura no sólo podrá contar con una primacía militar.
Ya Zacarías 12, 10 anunciaba la efusión del espíritu de gracia y de súplica como anticipo de lo que también va a formar parte de la ciudad futura, la purificación de los pecados e impurezas, incluyendo el mismo culto (vs 1).
Porque se extirparán del país los ídolos sus profetas, automáticamente considerados falsos (vs 2), al punto de que hasta los mismos familiares de estos profetas se encargarán de perseguirlos.
La mención de las heridas en los brazos (vs 6), alude a las prácticas de hacerse incisiones en la piel con el fin de alcanzar el trance y obtener visiones.
En el verso 8 Antes de su arresto, Yeshúa citó este verso refiriéndose a Él y a sus discípulos (Mateo 26, 31-32).
Sabía de antemano que sus discípulos se dispersarían cuando lo arrestaran, la “espada” romana era el poder militar que sentenció a Yeshúa a la muerte, es la profecía 36.
Un remanente es una pequeña parte de un todo (vs 9), a lo largo de la historia de Israel, cada vez que toda la nación parecía volverse en contra de YEHOVAH, ÉL decía que un remanente justo continuaba confiando en ÉL y le seguía.
Estos creyentes se refinaron como la plata y el oro mediante el fuego de circunstancias difíciles.
El contexto nos ayuda a entender que en la Jerusalén del futuro no habrá profetas falsos, porque los ídolos a quien ellos sirven van a ser extirpados.