Versos del 1 al 13
En estos versos se da la explicación que “todos se pervirtieron excepto David, Ezequías y Josías” (vs 4).
De los grandes profetas, Ben Sirá menciona a Isaías (Eclesiástico 48, 22-24), gran consejero de Ezequías e instrumento de YEHOVAH DIOS a favor del pueblo.
A Jeremías, profeta de la destrucción de Jerusalén (vs 7) y a Ezequiel cuando el pueblo fue liberado de la deportación y autorizado para regresar a su tierra.
Zorobabel aspiraba suceder a David. También se menciona a Josué (vs 12), gran impulsor de la reconstrucción física de Jerusalén.
Y a Nehemías (vs 13), aunque muy comprometido con la reconstrucción material, se le reconoce más su papel como reconstructor de la identidad israelita.
En definitiva, como uno de los grandes impulsores de la religión judía, tal como se conoce hoy.
A los demás profetas los elogia refiriéndose al colectivo de “los doce” a quienes reconoce como los mejores mediadores entre YEHOVAH DIOS y el pueblo.
El elogio menciona además a Zorobabel (vs 11), gobernador impuesto por Persia.
Versos del 14 al 16
Primera conclusión. Una breve capitulación antes de dedicarse a hacer el elogio de Simón, cierra esta serie de elogios a los grandes antepasados de Israel.
Menciona de nuevo a Henoc y la tradición según la cual fue misteriosamente arrebatado al cielo (vs 14).
A José, con quien ningún varón se le compara y, sin embargo, a su muerte sus huesos fueron sepultados (vs 15).
De los tres hijos de Noé sólo menciona a Sem y a Set, Cam es ignorado quizás por la tradición Bíblica de su maldición (Génisis 9, 20-25) y tal vez por las difíciles relaciones históricas con los pueblos que, según las mismas tradiciones judías, descienden de él.
Finalmente es mencionado Adán, quien “supera a todos en gloria” (vs 16). Esta referencia a Adán, en estos términos, es única en todo el Antiguo Testamento.