Versos del 1 al 34
Himno a la sabiduría. Los versos 1-2 introducen el himno de alabanza que sobre sí misma va a proclamar doña Sabiduría, el cual se puede dividir en tres partes:
1. La sabiduría se autodefine como criatura (vs 3. 8. 9), salida de la boca del Altísimo, conforme al concepto bíblico teológico de que YEHOVAH DIOS lo creó todo por medio de Su Palabra.
Por más que la sabiduría se atribuye algunas características propias de una divinidad, queda establecido que es una criatura y que está al servicio del ser humano y tiene sentido por él.
2. La primera acción de la sabiduría es buscar una morada, fijar una residencia, cuyo significado simbólico es encontrar el sentido de sí misma (vs 4-7).
3. El Creador le fija como morada la “casa” de Jacob, el pueblo de Israel, y ella elige como lugar concreto de su residencia el monte Sión, es decir, la ciudad de Jerusalén.
Se trata de un simbolismo utilizado por Ben Sirá para decir que al mismo pueblo que YEHOVAH DIOS se eligió para sí, le otorga además el más grande don: la sabiduría, cuya concreción efectiva es la Torá o Ley (vs 23).
Se trata de un don maravilloso que ha beneficiado a Su Pueblo haciéndolo el más particular entre todos los pueblos.
Para Ben Sirá, la sabiduría griega con toda su propaganda y todo su aparato, está muy por debajo de la sabiduría que YEHOVAH DIOS le ha otorgado a Israel.
Por eso no escatima adjetivos ni elogios para ponerla por encima de toda la obra creada (vs 25-33).
Al mismo tiempo él se define como servidor incansable de ella y llama a que todos la busquen (vs 34).