Versos del 1 al 14
Dios Creador. Meditación sobre la creación: astros, animales, plantas, el primer hombre, la primera pareja, el pueblo, todo lo creó YEHOVAH DIOS con un orden y en armonía para que cada cosa cumpla su función y así es.
En la naturaleza todo tiene una función y no se sale de ella, pero en el caso del hombre, la obra creadora de Dios introdujo elementos que están ausentes del resto de las criaturas.
Al hombre le dio dominio sobre la tierra, lo revistió de poder como el suyo, lo hizo a su propia imagen, lo dotó de inteligencia y sabiduría, lo hizo capaz de admirar el resto de la creación y de alabar Su Santo Nombre.
Le enseñó el bien y el mal y cuando ya el hombre en asociación con otros formó un pueblo, les dio en herencia la Ley e hizo con ellos una Alianza Eterna.
El verso 14 sintetiza toda la Ley y los preceptos que exige el Señor: “abstenerse de la idolatría y cumplir los preceptos acerca del prójimo”.
La pregunta que queda en el aire es, ¿cómo ha respondido el hombre, desde la antigüedad hasta hoy, a este plan maravilloso del Creador?.
Versos del 15 al 23
YEHOVAH Dios retribuye. Todas las maravillas, la armonía de la creación y las dotes especiales que ha dado al ser humano y la posterior respuesta que dio el ser humano a Dios, quedan plasmados en estos versos.
El hombre no ha sabido responder en fidelidad y sabiduría al proyecto divino.
Sin embargo, YEHOVAH DIOS está dispuesto siempre a perdonarlo y a darle siempre una nueva oportunidad, si viene arrepentido haciendo conversión.
Versos del 24 al 32
Arrepentimiento. Dios no desoye ni abandona a ninguno de sus hijos e hijas que se arrepienten, el motivo:
ÉL es misericordioso y su perdón es grande para quienes vuelven a ÉL.
El arrepentimiento implica varias cosas: abandonar el pecado, la injusticia, detestar la idolatría y suplicar al Señor.
La finalidad del arrepentimiento es alabar al Señor aquí en vida, porque, según la mentalidad de Ben Sirá, en el abismo ya nadie le alaba.
Todavía, como puede verse, no hay una perspectiva de vida después de la muerte, el hombre termina íntegramente en ella.
Por eso el evangelio es Buena Nueva porque Yeshúa vino a develar lo que todavía era incierto en épocas antiguas, con Su Muerte y Resurrección, indica que hay vida después de esta vida, para quienes obedecen sus mandatos.
Al mismo tiempo, existe una vida de condenación eterna para quienes aborrecen sus mandatos.