Este Salmo tiene simplemente por título, “Al Músico Principal. Salmo de David”.
Al Músico Principal: Muy bien podría este sobresaliente precioso Salmo ser especialmente entregado al más hábil de los músicos sagrados.
Versos del 2 al 4
Los benditos resultados de una espera paciente en el Señor.
La idea de que David espera en o para el Señor ha sido común, especialmente en los últimos Salmos (Salmo 25, 5; 25, 21; 27, 4; 37, 7; 37, 9).
En el Salmo anterior (39,10) David esperó en el Señor sin obtener una respuesta inmediata, aquí la respuesta es declarada: “Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor”.
El haber esperado pacientemente, “en la espera yo he esperado”, el uso repetido de la palabra denota, que él esperó con diligencia y firmeza, paciencia y perseverancia, hasta que YEHOVAH DIOS le pareciera el ayudarle.
El tema de esperar, expuesta en el Salmo 37, ha tenido su dolorosa aplicación en el Salmo 38 y 39, pero ahora tiene su resultado triunfante.
La palabra “inclinó” tiene el sentido de YEHOVAH DIOS inclinándose hacia David en su aflicción, quitando cualquier distancia percibida entre el Señor y Su siervo.
Cuando David supo que DIOS oyó su clamor él tuvo la confianza de una favorable respuesta.
Estos fueron más beneficios hacia David mientras él pacientemente esperó a YEHOVAH.
DIOS le libró de su crisis presente, la cual era como lodo cenagoso y le colocó en un lugar mejor y más seguro “aseguró mis pasos”, la oración de David por la liberación fue contestada.
Este es otro beneficio que David obtuvo al esperar al Señor, su liberación trajo una alabanza espontánea, un cántico nuevo que salió de YEHOVAH DIOS mismo.
La liberación y la bendición que vino de ello era un testimonio efectivo para los demás, fueron inspirados para temer al Señor y para confiar en ÉL.
Versos del 5 al 6
Confiando en el DIOS que piensa en Su pueblo, es un pensamiento natural y apropiado fluyendo a través de lo que David acababa de experimentar, sabía por experiencia que la confianza, mostrada por esperar pacientemente en el Señor, es bienaventurada.
David conectó la confianza en YEHOVAH DIOS con la conducta moral, en este caso la habilidad de discernir y juzgar el carácter de otros y de actuar apropiadamente para con ellos.
Quizás la crisis de David llegó de no respetar a los soberbios o aquellos que se desvían tras la mentira.
David bendijo a YEHOVAH DIOS como el hacedor de muchas obras maravillosas y por Sus pensamientos hacia Su pueblo.
David sabía que YEHOVAH DIOS pensaba en él y Su pueblo y pensaba en ellos favorablemente, de otra manera no hubiera bendición en esos pensamientos.
Ahora, entramos en uno de los pasajes más maravillosos en todo el Antiguo Testamento, un pasaje en el cual el encarnado Hijo de YEHOVAH DIOS no es visto a través de un espejo oscuro, sino como si fuera cara a cara.
Versos del 7 al 9
La llegada del Siervo. David entendió que en un sentido relativo YEHOVAH DIOS no quería sacrificio de animales, el Justo Juez quería rendición, siervos dispuestos.
En el Verso 7, se mencionan cuatro tipos de ofrendas:
· Sacrificio (ofrendas hechas con sangre).
· Ofrenda (ofrendas hechas sin sangre).
· Holocausto (ofrendas de consagración total).
· Expiación (ofrenda para expiar el pecado).
En lugar de sacrificios animales, DIOS quiere siervos que puedan oírle a ÉL y rendirse así como un siervo voluntariamente se rinde a su Amo.
La rendición de David hacia YEHOVAH DIOS fue un ejemplo maravilloso e impresionante.
Pero él únicamente fue la sombra de la sumisión definitiva hecha hacia DIOS por parte del Mesías, Cristo Jesús.
Hebreos 10, 5-10 cita la traducción Septuaginta, Griego antiguo del Salmo 40, 7-9. Esta es una profecía notable y maravillosa de la obra de Yeshúa Ha Mashiaj.
· Muestra la insatisfacción definitiva de parte de YEHOVAH DIOS hacia los sacrificios de animales, mirando hacia el Sacrificio Perfecto, “Holocausto y expiación no has demandado”.
· Muestra que YEHOVAH DIOS Hijo vino en un cuerpo preparado, la Septuaginta dice, “Mas me preparaste cuerpo” (Hebreos 10, 5)
· Muestra al público una abierta venida del Mesías, es como si Yeshúa dijera, “He aquí, aquí estoy, Yo soy Aquel”, “He aquí, vengo”.
· Muestra al Mesías como el gran tema de las Escrituras Hebreas, “en el rollo del libro está escrito de mí”.
· Muestra la dedicación del Mesías hacia la voluntad de DIOS, “El hacer tu voluntad, DIOS mío, me ha agradado”.
· Muestra el amor del Mesías por y en el obedecer la Palabra de YEHOVAH DIOS “tu ley está en medio de mi corazón”.
En un sentido mucho menor David pudo decir esto de sí mismo, ya que su ascenso al trono de Israel fue profetizado mucho antes de que se realizara.
Pero cualquier cumplimiento de esto en David es una sombra pálida a su sorprendente y perfecto cumplimiento en el gran Hijo de David, Yeshúa el Mesías.
De nuevo, en un sentido mucho menor esto fue cierto de David, el hombre conforme al corazón de YEHOVAH DIOS.
Yeshúa dijo que el hacer la voluntad de DIOS era necesario para Él, así como la comida es tanto necesaria como placentera (Juan 4, 34).
Versos del 10 al 13
Proclamación pública de las buenas nuevas y bendición de YEHOVAH.
David dijo esto para asegurar a YEHOVAH DIOS y no a sí mismo, que había glorificado al Altísimo entre Su pueblo.
Esto era parte del nuevo cántico que llegó de su liberación, David no refrenaría sus labios para ofrecer esta alabanza.
La justicia de YEHOVAH DIOS era evidente tanto en las palabras como en las acciones de David.
No era puesto en un lugar secreto que no tuviera conexión en el cómo él vivía en realidad su vida.
Aunque David alabó a YEHOVAH DIOS por la liberación pasada y presente, él no presumiría sobre el futuro.
Se mantuvo a sí mismo en una humilde oración delante del Señor, pidiendo por una constante provisión de Sus misericordias.
David necesitaba esa constante provisión de misericordia, bondad y verdad de YEHOVAH DIOS, porque conocía sus propios pecados.
Le pidió a YEHOVAH DIOS que no le dejara con sus muchos pecados, “Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza”, sino que le liberara con misericordia.
Versos del 14 al 16
El ruego por liberación, a pesar de sus muchas iniquidades David pudo y si descansó en el Señor por liberación.
Él con habilidad fraseó la petición, no solamente pidiéndole al Justo Juez para que le liberara, sino pidiéndole a YEHOVAH DIOS que se agradara en su liberación.
Pudo pedir con audacia, ya que él creía que era consistente con el agrado del Creador.
Podríamos tomar este principio y aplicarlo a muchas de nuestras peticiones.
· “Agrádate, Oh Señor, para perdonarme”.
· “Agrádate, Oh Señor, para corregirme”.
· “Agrádate, Oh Señor, para proveer para mí”.
· “Agrádate, Oh Señor, para sanarme”.
· “Agrádate, Oh Señor, para guiarme”.
· “Agrádate, Oh Señor, para bendecirme”.
Aunque David realizó su petición con habilidad, también fue hecho con urgencia, entendió que la ayuda que se demoraba mucho, era lo mismo que una ayuda denegada.
Esta era la ayuda que David buscó, DIOS con gracia le había librado (Versos del 1 al 3), pero la amenaza permanecía.
David oró que YEHOVAH DIOS deshonraría a sus enemigos y les causaría estar confundidos.
Versos del 17 al 18
Alabanza con otra petición, David llamó al pueblo de YEHOVAH DIOS, al menos a aquellos que le buscan, a estar alegres en ÉL y decir siempre, “YEHOVAH DIOS sea enaltecido”.
David pudo comparar su sentido de gran alegría en YEHOVAH DIOS con una realística evaluación de su necesidad presente.
Seguro en la verdad que el Justo Juez cuidaba y pensaba en él, de nuevo apela al Altísimo para ser su ayuda y Libertador, necesitaba que lo hiciera sin tardanza.