Este Salmo simplemente tiene por título, “Salmo de David”.
Medita sobre el carácter del hombre que es recibido en la presencia de YEHOVAH DIOS.
No se tiene una ocasión precisa para este Salmo, pero bien podría haber sido cuando se trajo el Arca del Pacto a Jerusalén (2 Samuel 6).
Este era un tiempo en que David estaba muy preocupado con las preguntas hechas y contestadas en este Salmo.
Verso 1
En un sentido, la pregunta de David aquí es figurativa. Aunque él, como los hijos de Coré, hubieran deseado vivir en la casa de YEHOVAH DIOS (Salmo 84, 2-4. 10), al mismo tiempo era imposible, ya que David no era un sacerdote.
La palabra traducida a “habitará” es “morar”, describe una visita, recibiendo la hospitalidad de un anfitrión en su vivienda estilo carpa.
Esta introducción se entiende a la luz de las costumbres de hospitalidad en el antiguo Próximo Oriente.
En la cortés hospitalidad del mundo antiguo, el invitado era resguardado de todo daño, su persona era inviolable y sus necesidades eran todas cubiertas.
Así que un invitado de YEHOVAH DIOS está a salvo, puede pedir asilo de cualquier enemigo y compartir de toda la abundante provisión de Su morada.
El Tabernáculo de YEHOVAH DIOS era el gran Tabernáculo de Reunión que le dijo a Moisés e Israel que construyeran para ÉL durante el Éxodo (Éxodo 25-31).
Este Tabernáculo sobrevivió a través de varios siglos y en los tiempos de David estaba en Gabaón (1 Crónicas 16, 39-40).
Ya que el Tabernáculo era un lugar donde el hombre podía encontrarse con YEHOVAH DIOS, a través del servicio de los sacerdotes y el sacrificio, el anhelo de David de habitar en su Tabernáculo era en realidad el deseo de habitar en la presencia de DIOS.
David tiene en mente la vida que se experimenta en la presencia de YEHOVAH DIOS, quien camina en cercano compañerismo con el Altísimo debido a que el corazón, la mente y la vida están todos alineados con el corazón, mente y vida de YEHOVAH DIOS.
Versos del 2 al 3
Al describir el carácter del hombre que puede vivir en la presencia de YEHOVAH DIOS, David empieza con dos descripciones en general, anda en integridad y hace justicia.
Expresa la importancia que tiene el sacrificio y expiación por medio de la sangre, también basaba la Bendición y la maldición en la obediencia (Levítico 26; Deuteronomio 28).
El desobediente no podía esperar Bendición, incluyendo la Bendición de la presencia de YEHOVAH DIOS.
En el Nuevo Pacto no es diferente, la Bendición y la relación con YEHOVAH DIOS están sujetas a una vida ajustada a la obra terminada de Yeshúa Ha Mashiaj en la cruz.
Bajo el Nuevo Pacto, la Fe es la base de la Bendición, lo que no entienden es que la Fe es “Emunah” que en el original es “Fidelidad” al “Verbo” hasta que se convierte en “carne” en nuestra propia persona.
El principio de David también es correcto bajo el sentido del Nuevo Pacto, la conducta de la vida de un hijo de YEHOVAH DIOS es un reflejo de su compañerismo con el Altísimo.
Como Juan escribió “Si decimos que tenemos comunión con ÉL y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad” (1 Juan 1, 6).
Se podría decir que bajo el Antiguo Pacto un riguroso caminar era un prerrequisito para tener compañerismo con YEHOVAH DIOS, bajo el Nuevo Pacto alguien que anda en integridad es el resultado del compañerismo con YEHOVAH DIOS.
Fundamentalmente la Fe te da integridad rigurosa porque la obediencia muda el hombre viejo y trae la vida del hombre nuevo según Yeshúa Ha Mashiaj en nosotros por el Ruaj Hakodesh que nos ha provisto.
David entendió que una vida íntegra y justa es conocida por la manera la cual se habla, así como Yeshúa dijo en Mateo 12, 34 “Porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
También sabía que la justicia es expresada en la manera en que tratamos a los demás.
Da una mayor prioridad a las obligaciones del Temor de YEHOVAH DIOS, tales como la adoración, obediencia y servicio sacrificial, participando con ello en las ceremonias de purificación.
Porque las Obras de Piedad son el pilar de una vida de Santidad, bajo la práctica de la Obediencia desarrollando honorabilidad hacía los vecinos y amigos.
Versos del 4 al 5
David sabía que no podíamos amar a YEHOVAH DIOS a menos que también nos opusiéramos al mal. Como dice en el Salmo 97, 10 “Los que aman a YEHOVAH DIOS, aborrecen el mal”.
Sin embargo, este hombre justo también honra a los que temen a YEHOVAH DIOS, realiza sus juicios sobre los hombres en un fundamento piadoso, no por favoritismo, halagos o corrupción.
Es un hombre íntegro que mantiene sus promesas, aun cuando ya no es ventajoso el mantenerlas. Josué y los ancianos mantuvieron el juramento a los Gabaonitas, a pesar de ser un inconveniente.
David describió al hombre que está preocupado en vivir una vida justa cuando se trata de dinero.
Muchas personas que se considerarían piadosas en otras áreas de sus vidas, no han decidido el utilizar su dinero de una manera que honre a YEHOVAH DIOS y muestre amor y cuidado por los demás.