Los salmos contienen tres colecciones tituladas Hallel, con los Salmos 113-118 conocidos como el Hallel egipcio, principalmente por su conexión con la celebración de la Pascua, conmemorando la liberación de Israel de Egipto.
Los salmos del Hallel egipcios eran cantados como parte de la ceremonia de la pascua, con el 113 y 114 cantados antes de la comida y del 115 al 118 después.
Este grupo es de un interés especialmente necesario para nosotros porque con toda probabilidad, estos salmos fueron cantados por nuestro Señor Yeshúa y por sus discípulos en la oscura noche en la que fue traicionado.
A estos se hace referencia en los evangelios, Mateo 26, 30 y Marcos 14, 26 los llaman “los himnos que Yeshúa Ha Mashiaj y sus discípulos cantaron en la pascua”, porque la totalidad de estos Salmos eran considerados como un gran himno o acción de gracia.
Verso 1
Un llamado a alabar a YEHOVAH DIOS.
Este es el tercer salmo consecutivo que comienza con la exclamación, “¡Aleluya!” como en los Salmos 111 y 112, es tanto como una declaración personal de alabanza como una motivación para que otros hagan lo mismo.
Los doulos de YEHOVAH DIOS tienen una razón especial para alabarlo, tienen el honor de compartir en su gran obra y a ellos se les ha prometido recompensas eternas por participar en ellas.
Si todos tienen una razón para alabar, los siervos del Altísimo tienen aún más razones.
Esto significa honrar y exaltar a YEHOVAH DIOS mismo y a su carácter, que son representados por Su Nombre.
Versos del 2 al 3
La duradera naturaleza de la alabanza a YEHOVAH DIOS, en el verso 1 fuimos motivados a adorar Su Nombre, en estos siguientes versos somos motivados a hacerlo desde ahora y para siempre.
El incambiable DIOS nunca deja de ser digno de nuestra alabanza, porque para el hijo de DIOS con ojos abiertos, el tiempo solamente revela más razones para alabarlo.
“Desde donde sale el sol hasta su ocaso”, usando la forma hebrea de la repetición, el salmista enfatiza la idea de que YEHOVAH DIOS es digno de constante alabanza.
Versos del 4 al 6
La altura de la gloria de YEHOVAH DIOS no es solo más grande que todas las naciones, sino que su gloria se extiende sobre los cielos.
El DIOS del Pacto del pequeño Israel es más grande que todo en la creación del Altísimo.
Su exaltación por encima de todo lo que está en la tierra y en los cielos muestra que YEHOVAH DIOS es incomparable, nada existe que sea más grande que quien se sienta en las alturas.
Cuando entendemos la grandeza de YEHOVAH DIOS, su interés y cuidado por la creación especialmente por la humanidad, es increíble.
Aquí el salmista comparte la idea de David en el Salmo 8, 5 “¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria y el hijo del hombre, ¿para que lo visites?” El Salmo 144, 3 tiene un sentido de asombro similar.
La grandeza de YEHOVAH DIOS nunca puede ser medida de forma adecuada, a menos que su condescendencia sea tomada en cuenta y nunca nos maravillemos lo suficiente de su condescendencia, a menos que su grandeza sea sentida.
Lo que impresiona al salmista es que YEHOVAH DIOS está tan altamente exaltado, que ÉL se tiene que humillar no solo para poder ver la tierra, sino también los cielos y al mismo tiempo ÉL se preocupa por los humildes.
Versos del 7 al 9
El cuidado de YEHOVAH DIOS por los humildes, cuando YEHOVAH DIOS en los cielos mira las cosas que suceden en la tierra(verso 6), ve a los pobres tirados en el polvo y a los menesterosos en los muladares y los levanta.
Cuando ninguna otra mano más que la Suya puede ayudar toma acción y el trabajo es hecho, vale la pena el ser derribado tan abajo solo para ser divinamente levantado del polvo.
Cuando Yeshúa Ha Mashiaj entonó estas palabras en la noche de su traición y arresto, se le debe haber ocurrido que en un sentido Él sería el que sería levantado del polvo de la tumba a los lugares altos.
YEHOVAH DIOS levanta a los pobres y necesitados desde las profundidades hasta las alturas, a la luz del Nuevo Pacto, el lector hace conexión con las palabras de YEHOVAH DIOS en la vida del creyente como es descrito en Efesios 2, 5-6.
Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo, por gracia somos salvos y juntamente con Él nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.
El salmista ilustra una manera en la que YEHOVAH DIOS levanta a los pobres y necesitados a lugares altos y de honor, la imagen es la de una mujer estéril y sin hijos convirtiéndose en una madre gozosa.
El DIOS cuidadoso y amoroso que viene de lo más alto del cielo para ayudar a los humildes de la tierra es digno de alabanza, ¡Aleluya!.
La música termina en su nota base, el salmo es un círculo, terminando donde comenzó, alabando a YEHOVAH DIOS desde la primera sílaba hasta la última.
Que en nuestra vida este Salmo tome lugar con el mismo carácter y que nunca conozcamos un bloqueo o una conclusión, en un ciclo interminable bendigamos al Señor, cuyas misericordias nunca terminan.