Versos del 1 al 5
YEHOVAH DIOS le dice a Moisés que los incensarios de los rebeldes, deben ser moldeados y convertidos en láminas para cubrir el altar.
Debían ser una señal conmemorativa para los israelitas, a fin de que ninguno ofreciera incienso delante de YEHOVAH DIOS, a menos que fuese del linaje de Aarón el Sacerdote.
Hoy, hemos visto la tendencia natural del ser humano, para rebelarse contra YEHOVAH DIOS y contra todo lo que ÉL ha establecido.
Esta actitud, forma parte de la naturaleza humana y se manifiesta espontáneamente de muchas maneras.
Sin embargo, la Palabra de YEHOVAH DIOS tiene algo que decirnos a todos los seres humanos.
Porque el Juez Supremo del universo es amor, Hechos 17, 30-31
“Pero YEHOVAH DIOS, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, Jesucristo, acreditándole ante todos al haberlo levantado de los muertos”.
Versos del 6 al 7
Los hijos de Israel continúan quejándose. Los rebeldes habían sido juzgados y ahora los israelitas, le echan la culpa a Moisés y a Aarón.
Pero fue muy evidente que Moisés y Aarón no ejecutaron la pena, pues fue YEHOVAH DIOS mismo quien ejecutó el castigo.
Después de esta murmuración, la Gloria del Altísimo volvió a aparecer. YEHOVAH DIOS está listo para juzgar a este pueblo murmurador.
Sin embargo, el mismo hombre de quien se quejan, es quien se interpone entre el pueblo y su creador, para impedir que el juicio de YEHOVAH DIOS, descienda sobre ellos.
Versos del 8 al 15
El hombre contra quien los israelitas se habían rebelado, fue el mismo hombre que les salvó. Se interpuso entre ellos y YEHOVAH DIOS.
Igualmente, ocurrió con quien la humanidad llevó a morir en la cruz, Yeshúa Ha Mashiaj es el que nos Salva.
Él es el Kohen Gadol que se interpone entre YEHOVAH DIOS y el pecador.
Esta actitud de Moisés, está reflejada en Romanos 9, 1-5
“Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.
Porque deseara yo mismo estar bajo maldición, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley de Moisés, el culto y las promesas.
A ellos también pertenecen los patriarcas, de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.”
Estos dos hombres Moisés y Pablo, amaban tanto a este pueblo de Israel que estaban dispuestos a morir ellos mismos o ser separados de Yeshúa Ha Mashiaj.
Como dice el Apóstol Pablo, si eso fuera posible, por amor a sus hermanos, para que ellos pudieran ser salvos.
Versos del 16 al 22
Los hijos de Israel estaban murmurando contra Aarón, diciendo que él no era el único que les podía representar delante de YEHOVAH DIOS.
Fue una rebelión contra él, por lo tanto, YEHOVAH DIOS confirma su Sacerdocio de una manera extraordinaria.
Tomaron esas 12 varas del desierto. Cada vara estaba tan muerta como un palo.
Verso 23
Esta es la vida que procede de la muerte. Por eso decimos que el Sacerdocio de Aarón fue confirmado por una resurrección.
Esos bastones o varas estaban muertos. La vara de Aarón estaba muerta también.
Pusieron, esas varas delante de YEHOVAH DIOS. La vara de Aarón, estaba allí entre las otras, pero, revivió.
Floreció y dio fruto, es decir que la vida provino de la muerte, se produjo una resurrección.
El reflorecimiento de las plantas que han estado aletargadas durante el invierno, no ilustra que la vida provenga de la muerte, solo es la incidencia de la estación invernal.
La primavera, no ilustra la resurrección de Yeshúa Ha Mashiaj. Tampoco la ilustra el polluelo que proviene del huevo, porque ya hay un germen de vida en el huevo.
¡La resurrección es la vida que procede de la muerte! Y la ilustración perfecta de la resurrección de Yeshúa Ha Mashiaj, es la vara que floreció.
Versos del 24 al 26
Como se mencionó anteriormente, seguramente estas varas habían sido recogidas en el desierto.
Probablemente habían sido talladas, se les habían dado ciertas formas con un cuchillo y quizá algunas aún estaban adornadas.
Lo que es seguro, es que esas varas estaban bien muertas. Ahora, la que cobró vida, fue la vara de Aarón que floreció, produjo almendras, tuvo que ser guardada como testimonio y recuerdo para las generaciones futuras.
Esta vara era una de las tres cosas que se guardaban en el Arca del Pacto, como dice el escritor a los Hebreos 9, 4
“Dónde está el altar de oro de los perfumes y el arca de la alianza, enteramente cubierta de oro. El arca contenía un vaso de oro con el maná, la vara de Aarón que había florecido y las tablas de la Ley”.