Mosqueteros de Yehovah

Levítico Capítulo 25

Versos del 1 al 2

Observemos que la escena vuelve al Monte Sinaí, pero las normas entrarían en vigor cuando los israelitas llegaran a la tierra de Canaán.

Recordemos que en Levítico 1, 1 vimos a YEHOVAH DIOS hablar desde la Tienda de las Citas.

Era sorprendente. Había un Shabbat o Reposo para la tierra, así como para el ser humano. El séptimo día era para el hombre y el séptimo año para la tierra.

El séptimo día se proyectaba hacia la Creación, cuando YEHOVAH DIOS reposó de sus trabajos, porque había completado Su obra de la Creación.

Shabbat significa “reposo” y en su significado final se refiere al “reposo de la redención”.

Dice la carta a los Hebreos 4, 9-11 de manera que todavía queda un reposo sagrado para el pueblo de YEHOVAH DIOS.

Porque el que entra en ese reposo de YEHOVAH DIOS, reposa de su trabajo, así como YEHOVAH DIOS reposó del suyo.

Debemos, esforzarnos por entrar en ese reposo, para que nadie siga el ejemplo de aquellos que no creyeron.

El “reposo” en estos versículos significa literalmente “el cumplimiento del Shabbat”.

En estos días actuales y ante los conocimientos de la agricultura científica, es evidente que dejar la tierra sin cultivar en el séptimo año era bueno para la tierra.

Era también un descanso para aquellos que araban la tierra, aunque pudieran desempeñar otras ocupaciones necesarias.

El Año Sabático para la tierra, tenía por objeto liberar al israelita de la codicia.

De hecho, el quebrantar esta norma sobre el Año Sabático hizo que Israel fuese llevado a soportar, por setenta (70) años, la cautividad de Babilonia (2 Crónicas 36, 21).

Habían fallado en guardar setenta (70) años sabáticos durante un período de cuatrocientos noventa (490) años, en consecuencia, tuvieron que pasar por setenta (70) años de cautividad.

Versos del 3 al 4

En estos versos se aclara perfectamente que el Año Sabático estaba relacionado con la tierra.

Tenían que sembrar sus campos y podar sus viñas por seis (6) años y el séptimo año, no sembrarían ni podarían.

Hay una maldición sobre la tierra, así como sobre el ser humano y es por medio, del sudor de su frente que él obtiene el pan de la tierra.

En un día futuro, la maldición será quitada de la creación (Romanos 8, 20-22; Isaías 35,1- 2)

Realmente, el Año Sabático fue un buen principio agrícola para el bien de la tierra.

Evidentemente, YEHOVAH DIOS como Creador, conoce lo que es mejor para el cultivo de la tierra.

Versos del 5 al 7

Este pasaje muestra que las necesidades físicas del pueblo de YEHOVHA DIOS, estaban cubiertas durante el Año Sabático.

La tierra era tan productiva, que no era necesario sembrar cada año.

En el valle del Río Éufrates, en los días de Abraham, no era necesario sembrar nada en absoluto y el grano crecía sin cultivar la tierra.

En Israel, el suelo producía lo suficiente, para suplir las necesidades del propietario, sus sirvientes y trabajadores extranjeros.

Incluso el ganado podía sobrevivir y probablemente engordar pastando en terrenos sin cultivar.

YEHOVAH DIOS, se preocupó del cuidado del ser humano y de los animales, de los israelitas, extranjeros, ricos y pobres, durante el Año de Reposo de la tierra.

A todos se les proveyó lo suficiente para comer. Sin embargo, no podían cosechar nada para comercializarlo.

YEHOVAH DIOS, estaba enseñando a los israelitas varias lecciones.

ÉL nunca permitió que ninguno de ellos monopolizara la tierra, de manera, que nadie se preocupara por los necesitados.

Verso 8

Vemos que continúa el proceso de los múltiplos de siete (7).

Se contaban siete (7) Años Sabáticos, lo cual daba un total de cuarenta y nueve (49) años.

El año siguiente, es decir en el cincuenta (50), era separado como Año del Jubileo.

El Año del Jubileo, era una continuación de la continua evolución del calendario. Era la mayor unidad de tiempo de cincuenta (50) años.

Verso 9

Este era el punto culminante de toda la estructura sabática de la nación. Era el llamado “Shenath Hayobbel”, el Año del Jubileo.

En muchos aspectos, era el período más esperado y alegre, de la economía y sociedad mosaica.

Después que Israel estuviese establecido en la tierra, no era difícil imaginar cómo el sonido de una trompeta podría ser escuchado desde Dan, en el extremo norte, hasta Beersheba en el extremo sur.

Sería razonable concluir, que columnas de humo subirían al atardecer en montes altos y zonas muy pobladas.

Habría varios toques simultáneos del cuerno de carnero, replicados en todo el territorio para anunciar el Año del Jubileo.

Verso 10

En aquellos tiempos, la gente podía hipotecar su tierra por cincuenta (50) años, pero en el Año del Jubileo esa tierra volvería a su propietario original o a sus descendientes.

De esa manera, YEHOVAH DIOS protegió al propietario, para que no perdiese su tierra.

Si un ser humano se hubiese vendido a sí mismo como esclavo, cuando sonase la trompeta, saldría en libertad.

Así es como nosotros somos liberados en la actualidad.

La palabra griega para trompeta es “kerux” del verbo “kerusso” significa proclamar o anunciar.

El Año del Jubileo, puede compararse con esta época, en que opera la gracia de YEHOVAH DIOS.

Cuando el Evangelio es predicado a los esclavos del pecado y cautivos de Satanás.

En el Año del Jubileo todo recobraba su libertad y se cancelaban las hipotecas.

Recordemos, que cuando recibimos a Yeshúa Ha Mashiaj, el pecado queda saldado, porque Él pagó el castigo.

Todo ha quedado solucionado y la persona queda en libertad.

Versos del 11 al 24

Esta porción explica que toda propiedad y posesiones debían volver al propietario original.

Así se evitaba que un individuo o grupo adquiriese en posesión la mayor parte de la tierra, mientras que el resto se empobrecía.

Esta Ley tendía a lograr un equilibrio social.

El plan de YEHOVAH DIOS disponía que ÉL retuviera la propiedad y los israelitas la poseían a perpetuidad.

Versos del 25 al 27

Pasaba mucho tiempo entre un Año del Jubileo y el siguiente.

Si un hombre hubiese vendido su propiedad poco después de un jubileo, existía la posibilidad, que no estuviese vivo para disfrutarla, cuando llegase el próximo jubileo.

Así que YEHOVAH DIOS hizo las previsiones, que hemos leído para la recuperación de la tierra.

Veremos esta ley del pariente redentor en el libro de Rut.

Versos del 28 al 34

Estas fueron leyes para viviendas y casas en propiedad. La depreciación se tomaba en consideración.

Y había diferentes reglas para los Levitas, quienes independientemente si las ciudades eran amuralladas o no, siempre podían recuperar sus casas.

Versos del 35 al 46

YEHOVAH DIOS puso en claro que nadie debía aprovecharse de los menos favorecidos, nadie podía enseñorearse de su prójimo.

Todos eran hermanos descendientes de los Patriarcas, por nada podían olvidar su Identidad.

Ahora bien, en el país extranjero si podían comprar servidumbre, que heredan sus descendientes, porque estos no estaban bajo el Pacto de los Patriarcas.

Versos del 47 al 55

Estos versos son la aplicación de la Ley de la liberación o el Jubileo, a la persona que como decía el Vs 10 no solo había perdido su propiedad, sino que también, había tenido que venderse a sí misma.

Podría beneficiarse de los servicios de un pariente redentor, si había alguien dispuesto y capaz de liberarla antes del Año del Jubileo.

Tú y yo tenemos un Pariente Redentor. Él es rico, sin embargo, por Amor de nosotros estuvo dispuesto a hacerse pobre, viniendo a esta tierra para poder derramar Su propia sangre y así redimirnos.

Y no solo nos ha redimido como personas, sino que ha pagado el precio por esta tierra maldecida, que será redimida de su maldición actual.

La Ley del pariente redentor señalaba, a nuestro Señor Yeshúa Ha Mashiaj, quien es nuestro Redentor.

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