Versos del 1 al 3
Herido en su amor propio, planea Nabucodonosor un ejemplar castigo de las naciones rebeldes a su llamamiento.
Corría el año dieciocho de su reinado, el veintidós del mes de Nisán, es decir, a principios de Aviv, “tiempo en que los reyes suelen ponerse en campaña” (2 Samuel 11, 1), cuando en el palacio del rey se bosquejó el plan de ataque.
Según Jeremías 32, 1; 52, 29, el año dieciocho del Nabucodonosor histórico coincide con la fecha en que el mencionado rey se apoderó de Jerusalén para el año 587 a.C.
El autor ha querido asociar la memoria del año más triste para los judíos, con el desquite por manos de Judit, el sacrilegio de Nabucodonosor señala el comienzo de su caída.
Verso 4
Un rey de Babilonia que reina sobre los asirios en la ciudad de Nínive tiene a un persa como generalísimo de sus tropas.
Que el nombre de Holofernes sea de origen persa, lo prueban tanto su terminación como la analogía con otros nombres de la misma procedencia, como Artafernes y Datafernes.
¿Qué personaje se esconde bajo este nombre que recuerda el mugido de un buey en una caverna? Con ocasión de la campaña contra Egipto, Artajerjes III deportó a Hircania, a orillas del mar Caspio, a muchos judíos.
En esta misma campaña destruyó y conquistó Jericó, lugar en donde se habían congregado los rebeldes judíos, hecho que tuvo lugar hacia el año 351.
Un cierto Holofernes, hermano del rey de Capadocia, Ariarates, combatió al lado de Artajerjes contra los egipcios.
Aunque el nombre de Bagoas era muy común entre los eunucos, además Holofernes se halla en otras partes, es, sin embargo, muy casual que se hable de los dos en una misma narración.
La mención de éste y del eunuco Bagoas, ¿basta para identificar a Holofernes con Artajerjes III?.
Aquél regresa victorioso a Persia, seguido de una caravana de judíos, camino del destierro, éste cae muerto por la acción de una mujer israelita.
Concluyamos diciendo que el escritor ha escogido el nombre de Holofernes con el fin de asociarlo al de otros enemigos de los judíos.
Versos del 5 al 13
“El gran rey” es una expresión que usaban los reyes de Asiria (2 Reyes 18, 19; Isaías 36, 4) y de Persia (Ester 13, 1; 16, 1).
YEHOVAH DIOS es el único que puede ostentar el título de “rey de toda la tierra” (Miqueas 4, 13; Zacarias 4, 14; Jeremías 32, 27).
Los reyes de Asiria se llamaban a sí mismos “reyes de las cuatro regiones”.
El autor sagrado ha puesto en boca del monarca una oratoria más ambiciosa, con el fin de poner de relieve su soberbia, que le llevó a arrogarse un título propio de la divinidad.
Al paso de Holofernes y de su ejército seguirá la visita real, que acabará por aniquilar a los pueblos que no se rindieron.
La frase “preparar la tierra y el agua” se halla en los documentos persas para significar que las naciones, en señal de sumisión, debían poner a disposición del vencedor todo cuanto necesitara para el traslado y mantenimiento de las tropas durante su permanencia en ellas.
La orden es formal “que tu ojo no perdone a ninguno” (Deuteronomio 7, 16; Ezequiel 20,17).
En confirmación de sus palabras jura Nabucodonosor por su vida y por su imperio (1 Reyes 7, 12; 18, 10; 2 Reyes 2, 2-4.6; Isaías 49, 18) que ejecutará cuanto dijo.
Versos del 14 al 18
A Holofernes “el segundo después del rey” (Judit 2, 4), que no asistió al consejo secreto de “sus servidores y magnates” (Judit 2, 2), le fue confiado el reclutamiento y la puesta en marcha de un poderoso ejército.
Pasó revista a sus tropas escogidas, infantes y arqueros a caballo (2 Crónicas 14, 7; 17, 17; 1 Sam 31, 3; 1 Re 22, 34; Jeremías 4, 29; 6, 23) y los organizó militarmente.
Aparte de este ejército escogido, reunió gran cantidad de bestias de carga y animales para el servicio de la tropa.
Versos del 19 al 21
Se complace el autor sagrado en ponderar la potencia del ejército de Holofernes, tanto por su calidad como por el número.
Del texto parece desprenderse que el ejército de Holofernes estaba encargado de marchar en vanguardia, con el fin de someter las naciones que Nabucodonosor debía ocupar.
Esta muchedumbre se compara, por su gran número, a la invasión de langosta proveniente del desierto o al polvo de la tierra (Josué 11, 4; Jueces 7, 12).
El autor sagrado junta nombres del abigarrado mosaico de nacionalidades situadas al norte de Palestina y pasea por ellas el rulo del ejército de Nabucodonosor, con el fin de presentar al monarca como señor y dueño de todo el mundo conocido, enfrentándolo con el diminuto pueblo de Betulia.
Versos 22 al 23
El Verso 23 es una verdadera cruz para los intérpretes. A menudo se mencionan juntos en el Antiguo Testamento los nombres de Put y Lut (Jeremías 46, 9; Ezequiel 27, 10; 30, 5).
¿En dónde localizar ambos pueblos? Put es un pueblo de África (Genesis 10,6, 1 Crónicas 1, 8; Jeremías 46, 9; Ezequiel 27, 10; 30, 5; 38, 5; Nehemías 3, 9).
Lut puede ser Lidia (Genesis 10,22) o un pueblo norteafricano (Genesis 10, 13.).
En Isaías 66, 19, los dos nombres se asocian a Javán, Tarsis y a “las islas lejanas, que no han oído hablar nunca de Mi nombre (YEHOVAH)”, de lo cual se infiere que su localización debe buscarse en el extremo occidental del Asia Menor.
Sin embargo, la predilección del autor por la antigüedad hace sospechar que al mencionar Put y Lut tuvo en la mente los textos de Genesis 10, 6-13.22.
Versos 24 al 26
Con el fin de solucionar la dificultad del regreso del ejército a su punto de partida, con los datos geográficos que disponemos hoy, se desprende el verso 23.
Una vez dominadas las naciones del Asia Menor y ya en territorio de Siria, pronto para descender a Palestina, torció Holofernes hacia el este con el fin de someter las tribus nómadas acampadas entre Palmira y el Éufrates.
En el verso 24, el ejército de Holofernes cruza de nuevo el río y presenta batalla a los pueblos situados entre los ríos Éufrates y Tigris.
En la primera campaña, Holofernes siguió la ribera del Éufrates, en esta segunda ataca Cilicia y lleva sus tropas hacia “los confines del norte” (Ezequiel 38, 6).
Según Genesis 10, 1-2, los hijos de Jafet se establecieron en la orilla meridional del mar Negro, en los alrededores de los lagos Van y Urmia, junto a las riberas del Caspio.
No se ha explicado todavía satisfactoriamente la presencia en el texto de la palabra “Arabia”, la mayoría de los autores la consideran como glosa, es decir un sentido poético, irreal, no geográfico.
Versos 27 al 28
Holofernes desciende de los confines del norte a la llanura en los días de la siega del trigo, a fines de abril y principios de mayo (Genesis 30, 14).
Como en el verso 1 se dice que el consejo se tuvo hacia primeros de abril (primer mes Bíblico), asombra la rapidez de las campañas del ejército de Holofernes.
La ciudad de Damasco se halla situada en la fructífera y bien regada llanura de Guta (2 Reyes 5, 12; Jeremías 49, 25), en un lugar por donde pasa la gran ruta caravanera que une Egipto con Mesopotamia.
Existía la bárbara costumbre de incendiar las mieses (Jueces 15, 4-8) para sumergir a los pueblos en la indigencia.
Llama la atención este comportamiento de Holofernes en relación con la noticia de la Vulgata, según la cual contaba con el trigo de Siria para su ejército.
Es muy probable que el autor haya imputado a Holofernes la conducta que solían seguir otros conquistadores.
En el verso 20 se habla de una incontable muchedumbre que se agregó a las fuerzas de choque, engrosando continuamente el ejército con el alistamiento de guerreros de los pueblos conquistados.
A medida que las tropas se acercan a Palestina se intensifican los actos conducentes a sembrar el pánico y el terror entre los pueblos.
Ante ello, los pueblos prefieren pactar antes que lanzarse a un combate en el que llevarían las de perder.