Versos del 1 al 4
En su entrevista con Holofernes, ella se postró a sus pies. Estos rasgos de femineidad desarmaron al general persa.
Trata el generalísimo asirio de explicar a Judit que él y su dueño no abrigan ningún odio personal contra Israel, aún más, en contra de su voluntad.
Se vio obligado a declararle la guerra, por haberle menospreciado los judíos al hacerle frente y no querer someterse libremente (Judit 5, 4) y por no haber salido a su encuentro, como hicieron los otros pueblos (Judit 3, 1-7).
Verso del 5 al 19
En estos versos se muestra el Discurso de Judit.
Judit confirma la tesis de Ajior de que Israel es invencible mientras no peque contra su DIOS YEHOVAH y añade en tono de escarnio: “Guárdalas en tu corazón, que son verdaderas”.
Hasta el momento se había mantenido Israel fiel a su DIOS, pero en la actualidad, debido a las estrecheces de la comida y bebida, corre hacia la muerte, por observarse en ellos síntomas de desorden y de pecado.
¿En dónde está este pecado? En que “agotadas las provisiones y escaseando el agua, han resuelto abalanzarse sobre sus ganados, decididos a devorar todo lo que YEHOVAH DIOS, en sus leyes ha prohibido comer”.
El pecado no está en comer la carne de los animales, sino en beber su sangre (Levítico 17, 10-14; Deuteronomio 12, 23-25; 1 Samuel 14, 31-34).
Tan pronto como hicieran esto, serán entregados a Holofernes, porque, habiendo pecado, YEHOVAH DIOS se desentiende de ellos.
Existe también la posibilidad de que, acuciados por el hambre y la sed, pongan en práctica su loco designio de comer y beber lo que está reservado exclusivamente a los sacerdotes, cosa que no puede hacerse ni aun contando con la autorización del consejo de ancianos de Jerusalén.
Como se ve, Judit exagera el alcance de la Ley (Levítico 22, 1-16), que autoriza el uso de estos alimentos en casos de necesidad (1 Samuel 21, 4-7).
Judit asegura a Holofernes, que le avisará cuando sus paisanos hayan cometido los pecados mencionados y se ofrece entonces a guiarle “por medio de Judea hasta llegar a Jerusalén” en el Verso 19.
Se presenta como mujer piadosa que alaba a YEHOVAH DIOS noche y día.
En la Ley no se prescribía la oración durante la noche, pero solían entregarse a esta práctica las personas piadosas (Salmo 42, 9; 119, 62).
Judit alega esta práctica en vistas a la consecución de sus planes, como las noches son propicias para las comunicaciones de YEHOVAH DIOS con los hombres.
Ella asegura a Holofernes que, durante la oración nocturna, DIOS le anunciará el preciso momento en que los de Betulia cometerán los pecados previstos. Entonces será la hora apropiada para el ataque.
Termina Judit su largo discurso diciendo todo cuanto ha dicho le ha sido comunicado por revelación, lo cual debe hacer decidir a Holofernes a creer en la veracidad de sus palabras.
Versos del 20 al 23
Aquí vemos la respuesta de Holofernes, él no acertó a vislumbrar la hiel que rezumaban las palabras de Judit.
Un oriental no teme anexionar un dios más a su panteón nacional, en las palabras de Holofernes hay más dosis de cortesía que de sinceridad.