Versos del 1 al 5
Elihú y su insatisfacción con las respuestas de los amigos de Job. Al final de los persuasivos argumentos de Job en Job 26-31, sus amigos no tenían nada más que decir.
Aún pensaban que Job estaba totalmente equivocado, pero sintieron que estaba tan aferrado a sus propias opiniones, él era justo a sus propios ojos, que no tenía sentido continuar con la discusión.
Esta es la primera mención de Elihú en el Libro de Job, dominando toda la discusión y luego se va abruptamente, algunos comentaristas modernos piensan que él en realidad no era parte de la historia y fue insertado después en el relato por el autor o por otro editor.
De todos los amigos de Job, Elihú es el único con una genealogía, llamado el Buzita, ya sea por su progenitor Buz, el hijo de Nacor, que era hermano de Abraham y que tuvo con Milca a Uz, su primogénito de quien algunos piensan que viene Job y Buz, su hermano, Génesis 22, 21 o por su tierra, la ciudad de Buz, una ciudad de Idumea, Jeremías 25, 23.
La mención de su genealogía es importante, porque nos recuerda que Elihú no era un carácter ficcional.
Su linaje es este particularmente descrito, en parte por su honor y principalmente como evidencia de la verdad de esta historia, la cual de otra manera podría parecer ser solamente ficción poética.
Elihú, nombre en hebreo que significa “Mi Dios es él”, es un hebreo tan claro como el de algunos nombres de significado análogo en nuestro propio lenguaje.
Elihú aparece y desaparece repentinamente, sin embargo, sí pertenece y su discurso tiene sentido aquí, es verdad que no es mencionado en ninguna otra parte del libro, así que sus discursos podrían ser omitidos.
Pero al inicio Job 32 y al final Job 37, son hábilmente entretejidos en la tela del libro y llegan a desempeñar un rol legítimo.
Aparentemente, Elihú fue un escucha silencioso durante todo el diálogo hasta este punto.
Estaba enojado contra Job porque sentía que éste se justificaba a sí mismo más que a YEHOVAH DIOS, sentía que Job estaba más preocupado por estar en lo correcto a que el Altísimo lo estuviera.
Cuatro veces en el texto hebreo se nos dice que estaba enojado, primero con Job por justificarse a sí mismo en vez de a YEHOVAH DIOS, y luego con los amigos por su incapacidad de refutar a Job.
Elihú también estaba enojado con Elifaz, Bildad y Sofar porque habían fallado en resolver la controversia porque no hallaban que responder, mientras que al mismo tiempo estaban siendo en la opinión de Elihú demasiado duros con Job porque le habían condenado.
Por respeto a los que eran más viejos que él, Elihú se contuvo lo más que sintió que pudo, ahora, sentía que simplemente tenía que hablar.
Versos del 6 al 9
¿Por qué Elihú se sobrepuso a su renuencia a hablar?, fue como un joven entre ancianos y debido a esto estuvo dispuesto a contener sus palabras por un largo tiempo.
Elihú creía que el hecho que sus tres amigos eran más viejos, no significaba que eran los únicos con espíritu, ni los únicos que tenían sabiduría del Omnipotente.
Solo podemos imaginar la reacción de Job y sus tres amigos al escuchar estas palabras de Elihú.
Probablemente estuvieron unidos por primera vez en mucho tiempo, tal vez no estuvieran de acuerdo unos con otros, pero ciertamente todos estaban en desacuerdo con que este joven advenedizo pudiera ser más sabio o tener más entendimiento que ellos.
Elihú muestra algunas de las fortalezas y debilidades de su juventud a pesar de su enojo (Job 32, 2-3) y su estilo parlanchín de sermoneo, nunca se volvió amargo como lo hicieron Bildad y Sofar.
Versos del 10 al 14
Elihú critica a Elifaz, Sofar y Bildad como ineficaces, podemos asumir que había rostros amargados y desdeñosos en los rostros de los ancianos, sin embargo, Elihú continuó, pidiendo su audiencia.
Estaba frustrado porque los amigos de Job no lo pusieron en su lugar, de la manera en que él creía que debían haberlo hecho.
Podemos imaginarnos a Elihú siguiendo el debate, pensando en lo que él diría en respuesta a Job y sintiéndose frustrado porque las respuestas de los amigos de Job no eran tan brillantes como las respuestas en su cabeza.
Versos del 15 al 22
La compulsión interna de hablar de Elihú, notó que los amigos de Job estaban exhaustos del debate.
En la mente de Elihú, era bueno que tuviera mucha más energía y muchas palabras, pues ahora él podía iniciar con el permiso de los tres amigos que se habían quedado callados.
Él hablaría sin parar durante éste y los siguientes cinco capítulos, incapaz de callarse o de dejar hablar a alguien más.
Es por mucho el discurso solo más largo del libro de Job, incluso más largo que el discurso de YEHOVAH DIOS en capítulos más adelante.
Ya notamos que Elihú ha pasado un capítulo simplemente introduciendo su discurso, ni siquiera ha llegado a los verdaderos puntos que quiere plantear.
Tales introducciones largas y métodos confusos son característicos de Elihú y no sería el último hombre en la tierra en usar tantas palabras.
Casi todos los intérpretes modernos han encontrado que Elihú es un parlanchín insufrible.
Elihú estaba determinado a no lisonjear a nadie, excepto a sí mismo. En esta introducción al discurso evidentemente auto halagadora, claramente se presenta a sí mismo como más inteligente, más sabio y con más entendimiento que cualquiera de los otros cuatro hombres que lo acompañan.
Parece dolorosamente inconsciente de “cómo sonaba y cómo se veía”.