Versos del 1 al 6
Despierta, Sión. Llamada a la alegría y a la confianza en que nunca más Jerusalén será profanada.
Por unos siglos esta promesa se cumplió hasta la aparición de los griegos, con la figura del tráfico de esclavos que podían ser vendidos y rescatados.
El profeta anuncia que el Señor no vendió a su pueblo y por lo tanto, el rescate tampoco tendrá costo alguno.
Aquí está en germen, el sentido de la gratuidad de la salvación otorgada por Dios.
Versos del 7 al 12
El mensajero de la paz. Este pasaje sintetiza muy bien todo el llamado “Libro de la Consolación” (40–55).
Se resaltan las buenas noticias refrendadas con la liberación de los cautivos.
En un mundo plagado de violencia y muerte, los trabajadores del Reino tienen la gran tarea de ser también anunciadores y promotores de paz, de justicia y de vida.
Versos del 13 al 15
De los capítulos 52, 13–53, 12 Cuarto cántico del siervo:
Su pasión y gloria. Éste es el cuarto cántico del siervo, donde se explícita mucho más abiertamente el aspecto del sufrimiento sin causa y su victoria final.
El asombro de muchos (vs 14), consiste en pensar que sus padecimientos son un castigo divino.
Los espectadores tendrán que reconocer que ellos son los verdaderos culpables de dichos padecimientos y que el siervo era inocente.