Los capítulos del 34, 11 al 35,10 son la Escatología de Isaías II.
Los capítulos 34-35 componen un gran díptico escatológico: en un primer momento un gran juicio sentencia y castiga a la ciudad rebelde y en un segundo, el pueblo es restaurado.
El primer cuadro es más vigoroso y amplio, el segundo expresa el gozo sereno.
Versos del 1 al 17
Juicio. Edom es objeto de muchos oráculos de condenación en la literatura profética, (Isaías 63, 1-6; Jeremías 49, 7-22; Ezequiel 25, 12-14; 35, 1-15).
Los profetas, y en general los israelitas, nunca pudieron perdonarle a Edom, descendiente del hermano gemelo de Jacob, su conducta durante la invasión de Babilonia.
Edom aprovechó la debilidad de Israel e invadió y saqueó su territorio.
Por eso el profeta augura un castigo tremendo y un trágico final para su vecino, de acuerdo a lo establecido por YEHOVAH DIOS.
Esta actitud concuerda con la mentalidad israelita que es la de YEHOVAH, considerando a los pueblos enemigos como malditos porque son enemigos de Dios.
En síntesis, el autor plantea el desenlace funesto que asolará a todas las naciones enemigas de YEHOVAH, que se agrupan bajo la filosofía de Edom.
De acuerdo a la Profecía Bíblica, desde el principio todo se trata de una batalla entre hermanos, por la posesión de la Tierra Santa (véase Profecía, explicado en este sitio web), Caín contra Abel, Ismael contra Isaac y Esaú (Edom) contra Jacob (Israel).
La Biblia plantea acontecimientos proféticos cíclicos, en un comienzo la rebelión del Edén en que la serpiente indujo a la desobediencia, insertó la violencia que dio pie a continuas pugnas entre hermanos que se han gestado incluso desde el vientre.
YEHOVAH dará fin a toda rebelión en el día de su ira, donde todas las naciones con el espíritu de Edom serán aniquiladas.
Mientras las naciones con el espíritu Israelita, de todos aquellos que aman a YEHOVAH y guardan sus mandamientos recibirán la tierra en herencia.
En esta tierra todo se tornará en Paz, por causa de su Fidelidad.