Versos del 1 al 3
Vuelta del destierro. Presagio de un cambio de suerte.
Los dominados serán dominadores, los esclavos serán esclavizadores, son las categorías de pensamiento de la época.
Para el cristiano actual éste nunca puede ser el punto de llegada de la lucha por la justicia.
Jesús ha mostrado el camino que conduce a la ruptura con la espiral de violencia, que genera el rencor y la venganza, estos son la solidaridad y la fraternidad.
Versos del 4 al 23
Sátira contra el rey de Babilonia. La costumbre de ridiculizar a los prepotentes y soberbios es muy antigua.
Se basa en la simple observación que por más poder que ostenten y crean poder dominar al mundo, siempre tienen un fin idéntico al de todo mortal.
La sátira que encontramos aquí es probablemente más antigua de lo que parece.
Algunos comentaristas piensan, que posee expresiones que la gente sencilla cantaba a propósito de los reyes asirios, retocada después y dedicada al rey de Babilonia.
Materiales de este tipo son saludables y liberadores, pues evitan absolutizar personas e ideologías.
La imagen del “estrella brillante (lucero), hijo de la aurora” se refiere a Lucifer, príncipe de los ángeles, que cayó en desgracia a causa de su soberbia.
Versos del 24 al 27
Contra el rey de Asiria. Palabras de amenaza contra el imperio asirio que corresponden a la época propia del profeta.
Los pueblos pequeños han visto surgir al imperio asirio y han padecido sus acciones expansionistas.
El reino del Norte ha desaparecido a manos de ellos y así, otros muchos (Isaías 10, 5-34).
Con esta profecía se inculca la esperanza en la caída también de Asiria.
No se trata tanto de un nacionalismo exaltado, cuanto de un estilo de Fe profética que no admite ninguna otra soberanía por encima de la soberanía de YEHOVAH DIOS.
Versos del 28 al 32
Contra Filistea. Filistea celebró con gran alegría la muerte de un rey asirio, probablemente Sargón II, que varias veces les había atacado.
A su muerte le sucedió su hijo Senaquerib. Al parecer su nombre significa “víbora” o “dragón volador”, resultó peor que su padre.
Las tropas invasoras, tanto de Asiria como de Babilonia, procedían del norte (Jeremías 4, 6; 6, 1. 22; Ezequiel 26, 7), pasando por territorio judío.
Los filisteos, ubicados más al sur de Jerusalén, probablemente enviaban espías o por qué no, mensajeros que proponían a los jerosolimitanos una coalición contra el enemigo.
Los habitantes de Sión prefieren mantener su confianza en la inviolabilidad de su ciudad protegida por YEHOVAH DIOS.