Versos del 1 al 16
Viajes, visitas y despedidas. En este viaje europeo, Pablo se dedica a visitar comunidades ya fundadas, sale de Éfeso después del tumulto.
Cuando planea volver en barco se entera que los judíos preparan un atentado contra él y decide viajar por tierra.
En el viaje de regreso lo acompañan algunos colaboradores, quizás portadores de la colecta para Jerusalén.
Por las cartas de Pablo, sabemos que éste recorre Macedonia a fin de recoger fondos para la Iglesia que sirve a YEHOVAH en la Ciudad Santa.
Lucas ignora este motivo y da al viaje un carácter de despedida y testamento.
Las Fiestas de la Pascua las pasa en la comunidad de Filipos, a la celebración de YEHOVAH Dios va a seguir en el relato una celebración cristiana.
En efecto, es el primer día de la semana, Shabbat y se hace la partición del pan en el salón de una casa privada.
Es la primera mención en el Nuevo Testamento, que corresponde al día de la resurrección (Lucas 24, 1-36; Juan 20, 19-26). El partir el pan, seguía a la cena ordinaria.
El salón, ubicado en el tercer piso de la casa, está tan repleto de gente que un muchacho no encuentra más asiento que el marco de una ventana.
Como el discurso es de despedida, Pablo no sabe terminar y el muchacho no puede vencer el sueño. Cae al patio y muere a consecuencia del golpe.
La ceremonia queda trágicamente interrumpida, pero Pablo domina la situación.
La celebración de la vida del resucitado Yeshúa no puede terminar con la muerte de uno de los participantes.
Pablo imitando los gestos de Elías y Eliseo (2 Reyes 17, 21; 2 Reyes 4, 34) realiza el milagro, después, con toda serenidad, sube y termina la celebración.
Lucas termina el itinerario de viaje de Pablo y sus colaboradores con una nota: el Apóstol tenía prisa por llegar a Jerusalén en Pentecostés.
Versos del 17 al 38
Despedida de los efesios. Al llegar a Mileto, lugar muy cercano a Éfeso, Pablo convoca a los presbíteros responsables de las comunidades cristianas de Éfeso y zonas limítrofes.
Una vez reunidos les dirige un discurso. Se trata del único discurso de todo el libro de los Hechos, dirigido exclusivamente a cristianos y en concreto a los líderes de las comunidades.
Todos los demás, van dirigidos a personas o grupos de la comunidad cristiana.
Aunque Pablo no está en trance de muerte, se despide definitivamente de una comunidad querida, a la que ha dedicado más de dos años de su actividad.
En la primera parte del discurso (vs 18-21), el Apóstol hace una evaluación de su misión en Asia.
Es una misión recibida de Yeshúa, el Señor, y guiada por el Espíritu que consiste en servir, anunciar, enseñar, testimoniar en medio de pruebas y tribulaciones a judíos y griegos, tanto en público como en casas particulares.
En la segunda parte (vs 22-24), es la realidad fundamental que recorre todo el libro de los Hechos, el Ruaj Hakodesh es el verdadero protagonista de la misión.
El Apóstol, a la hora del adiós, se ve a sí mismo como prisionero del Espíritu, quien le llevará de ciudad en ciudad, a través de cadenas y persecuciones hacia Jerusalén para completar la tarea encomendada dando su vida por el Evangelio, como Yeshúa el Señor.
Aunque Pablo no murió en la Ciudad Santa sino en Roma, será la capital del imperio la simbólica Jerusalén de Pablo (Lucas 9, 51).
En la tercera parte (vs 25-31), el Apóstol se dirige a los dirigentes de las comunidades. Traspasa a ellos la responsabilidad de predicar el Evangelio y de cuidar del rebaño que el Espíritu les encomendó.
Tal y como él mismo, Pablo, lo ha venido haciendo por tres años, amonestándoles con lágrimas día y noche.
Una vez hecho el “traspaso de la responsabilidad apostólica”, les previene de los peligros que acechan a la comunidad con la metáfora de lobos rapaces que no respetarán al rebaño.
En la cuarta parte (vs 32-35), Pablo encomienda los responsables de las comunidades a la “Palabra de YEHOVAH”.
La Palabra aparece aquí personificada, como la única fuerza y dinamismo que puede construir la Iglesia de YEHOVAH Dios.
Concluye con una advertencia a los responsables contra la ambición del dinero y olvido de los pobres de espíritu que enseñan el evangelio.
Pablo se pone como ejemplo al haber trabajado con sus manos para su sustento y para socorrer a los pobres de espíritu.
Al final, la emoción embarga a todos, Pablo fue acompañado al barco. Ya no volverían a verle más.