Versos 1 al 14
Fundamentalmente es alusivo moverse en dirección a la Obediencia a la Cabeza, en el original hebreo, literalmente dice: “elevó sus pies”, Jacob dio un salto a la nueva etapa de su vida. En lugar de deprimirse, estaba enfocado y con muchas expectativas de su porvenir.
Ciertamente, en las regiones desérticas se solía tapar los pozos con rocas para evitar que la arena contamine el agua y lo cubriera. Los pastores esperaban a que llegasen otros, para poder moverla entre varios y así abrevar a sus rebaños.
Había llegado al mismo pozo donde el siervo (Eliezer) de su abuelo Abraham se había encontrado con su madre Rebeca. Ahora, él se iba a encontrar con una prima, sobrina de su madre.
Entre los pastores en el Medio Oriente, tenía por costumbre dar refugio a las visitas siendo hospitalarios por tres (3) días, aún a extraños o viajeros. Posteriormente, la cortesía dictaba que las visitas debían seguir su camino. Si se quedaban, tenían que explicar y justificar la razón de su estadía.
Jacob ya había pasado un mes con su tío y sus primos, más del tiempo habitual de una visita. Por lo tanto, Labán pidió a Jacob manifestar su propósito.
Versos 15 al 30
Evidentemente, por la descripción del testimonio bíblico, Jacob no estaba siendo un viajero, estaba ayudando y trabajando. Pero si él se iba a quedar por una temporada, tenían que definir su status laboral y familiar.
Jacob, no sólo buscaba refugio, sino que también tenía la intención de buscar esposa entre su parentela como le había ordenado su padre, para dar cumplimiento a lo ordenado por YEHOVAH DIOS al Patriarca Abraham.
Antiguamente, se acostumbraba dar una dote y regalos a la familia de la novia. Pero Jacob no tenía nada. A diferencia del “Doulos” Eliezer de Abraham, quien llevaba una caravana de camellos, sirvientes y costosos obsequios, Jacob no llevaba nada más que su persona. No tenía nada que ofrecer aparte de su capacidad para trabajar.
Sin embargo, nos preguntamos ¿Por qué ofreció el trabajo de siete (7) años? En la Biblia señala que el período de servicio de un esclavo hebreo era precisamente siete (7) años (Éxodo 21, 2).
Cabe destacar a continuación, lo que resultó ser la paga del pecado de Jacob. Él había engañado a su padre y luego su nuevo padre, el suegro lo engañó y “cayó redondito” porque quien engaña será engañado.
La ceremonia de Boda duraba una semana, era posible que Jacob fuera engañado debido a las tradiciones de las bodas de la época.
A propósito de las costumbres, la mujer era velada, hasta que finalmente estuviera a solas con su marido en la “habitación nupcial de luna de miel” y ya estaba oscuro para el tiempo que Jacob y su nueva esposa estuvieran a solas.
Labán no tendría dificultad para arreglar esos detalles, para que su sobrino picara el anzuelo.
Nótese, que así como Jacob tenía la convicción que su engaño estaba justificado por ser lo correcto, también Labán se justificó apelando a una tradición que Jacob desconocía.
De modo idéntico, no hubo Arrepentimiento por parte de su suegro, como él tampoco lo hizo delante de su padre Isaac y las consecuencias de este engaño resultaron en rivalidades familiares que se han extendido toda la vida y lo cual, trascendió a la siguiente generación, a la otra, a la otra, y así hasta el día de hoy.
No perdamos de vista este conflicto entre las dos hermanas, porque de Raquel se edifica el reino de Efraín, “que tal”, como dice la Palabra, mayor son los hijos de la que no daba a Luz y Lía por su parte, es el vientre que edifica el reino de Judá, sus hijos al día de hoy siguen sin hacer las pases.
Versos 31 al 35
En medio de las erráticas, pecaminosas y carnales decisiones de los hombres, YEHOVAH DIOS hace actos de justicia.
Por favor, tengan la bondad de darse cuenta que estamos mal, porque preferimos seguir las inclinaciones del corazón irremediablemente perverso, antes que a YEHOVAH DIOS.
Si Jacob se hubiese humillado ante YEHOVAH DIOS, hubiese entendido de una vez, que la voluntad del Altísimo era el matrimonio con la fea Lía o ¿Acaso de allí no es que viene el Mesías?.
Retomando, Lía “la fea”, se sienta tristemente en su tienda con su criada y pasa su tiempo hilando lana y llorando, mientras, la bellísima Raquel se divertía despreciándola, porque contaba con el favoritismo de su marido quien estaba perdidamente enamorado de ella.
YEHOVAH DIOS, equilibra la balanza edificando hijos en el vientre de “la fea” Lía, mientras que ahora Raquel comienza a dudar de ser una mujer completa, comienza a deprimirse ella también.
Raquel razonaba que su marido, tenía intimidad con “la fea” de su hermana en el mínimo requerido para cumplir con sus deberes de esposo, así fuere una vez al año y quedaba embarazada, en contraste, ella podía intimar frecuentemente con Jacob sin producirse embarazo alguno.
A continuación, la descendencia de la no amada Lía:
El hijo primogénito fue RUBEN en hebreo “Ruven” literalmente “miren un hijo”.
SIMEÓN en hebreo “Shimon”, del verbo Shamá, “escuchar” literalmente “escuchada” o “el que escucha”.
LEVI del verbo “Lavá”, estar unido o reunido, literalmente “unido a”, “adherido”.
JUDÁ del hebreo Yehuda, del verbo Yadá, literalmente “usar la mano”, lanzar, dar gracias, alabar con manos extendidas, confesar, literalmente “Alabado, celebrado”. La raíz de “yadá” es “yad”, “mano”, éste es el cabeza de la tribu en la cual nacería el Mesías.
Por otra parte, en este capítulo, también se puede plantear aplicar igualmente la segunda técnica hermenéutica de interpretación alegórica “remez”, para enriquecer el sentido profético.
En este sentido, la piedra que cubre el pozo es representación de Yeshúa, el pozo representa alegóricamente la Fuente de Agua Viva, los tres rebaños son la humanidad representada en los tres hijos de Noé, Lía es el reino de Judá y Raquel es el reino de Efraín. Labán en este caso representa la soberanía del Altísimo.
Gloria a Yehovah que no es alcahuete de nadie. Vemos que la poligamia no es instituida por el Padre sino por el enemigo a través de deseos carnales.