Versos 1 al 17
Acciones simbólicas. La primera actividad profética de Ezequiel va dirigida tanto a los que comparten su situación de desterrado, como a los que aún permanecen en tierra de Judá, especialmente en su capital Jerusalén.
Todavía no se ha llevado a cabo la destrucción de la ciudad y su Templo y algunos albergan la creencia de que no sucederá.
Los capítulos 4 al 24 están orientados a demostrar y desenmascarar los grandes pecados y las infidelidades de Israel, por los cuales será juzgado y castigado.
Encontraremos vocabulario bélico, asalto, asedio, amenazas propias de la época, espada, hambre y peste.
Todo ello está orientado a destruir, literalmente, en cada israelita cualquier falsa esperanza.
Ezequiel, como Jeremías, tiene la desafortunada misión de arrancar y derribar (Jeremías 1, 10).
De dejar el corazón completamente vacío, en orden a comenzar una nueva posibilidad de relación con Dios.
Por eso no será siempre comprendido ni aceptado su mensaje.