Versos del 1 al 14
Los huesos y el Espíritu. Una de las visiones más famosas de Ezequiel es ésta de los huesos secos.
No basta sólo con hacer caer en la cuenta a sus paisanos que estaban como muertos, ya habían comenzado a experimentar la muerte desde el momento en que fueron desplazados de su tierra y se había completado con la noticia de la destrucción de Jerusalén y de su templo.
Pero no era el final de ese cadáver que es ahora Israel, YEHOVAH DIOS hará florecer de nuevo la vida, será una obra exclusiva de YEHOVAH DIOS, de su Espíritu que es vida y que sólo puede transmitir vida.
El mismo Espíritu que aleteaba sobre las aguas antes de la creación, será quien puede devolver la vida a Israel.
Versos del 15 al 28
Las dos varas. Mediante una nueva acción simbólica, Ezequiel ilustra a su pueblo cuál es el querer de YEHOVAH DIOS.
Si en la visión de los huesos revivificados está presente la idea de la resurrección del pueblo, ese pueblo no puede revivir para seguir siendo igual.
La resurrección implica la reunificación de las doce tribus de Israel, regidas ahora por una sola y única autoridad (vs 24), con un único santuario (vs 28), en donde YEHOVAH Dios de la alianza fijará su morada para quedarse con su pueblo.