Versos del 1 al 6
“Sin defecto” es literalmente, “perfectos“, puesto que de otra manera hubieran sido una ofensa para YEHOVAH DIOS (Malequias1, 6-14).
Todos los detalles de la Consagración hacían resaltar la necesidad de la Santidad.
A todo Sacerdote del Evangelio le haría bien en estudiar cuidadosamente los capítulos 28 y 29 de Éxodo, a fin de lograr una comprensión cabal de la naturaleza y las responsabilidades de su sagrada investidura.
El Midrash comenta que el objetivo de estos animales era purgar a Aarón de toda culpa por haber participado en el incidente del Becerro de Oro (Éxodo 32, 1-5).
Vs 2 “y panes sin levadura y tortas sin levadura amasadas con aceite y hojaldres sin levadura”.
Esta clase de pan era ceremonialmente más puro que el pan leudado, puesto que la fermentación es un símbolo de mezcla entre la doctrina de YEHOVAH DIOS y las doctrinas de hombres además de la nociva doctrina de la corrupción (Éxodo12, 15; Mateo16, 6.12; 1 Corintios 5, 6-8).
Había tres tipos de pan sin levadura, hechos de trigo, pero preparados de diferente manera.
1. El primero que se menciona, “lejem matsot”, se preparaba hirviendo su masa en agua hasta hacerla comestible. Luego se horneaba un poco y después se freía en aceite de oliva.
2. El segundo tipo de pan, “jalot matsot”, fue hecho de harina mezclada con aceite de oliva y luego horneado, sin hervir ni freír.
3. El tercer tipo, “rekikei matsot” fue hecho horneando su masa que no tenía aceite y luego fue untado con aceite.
Vs 4 “acerquense a la entrada de la Tienda de las Citas”. Los lavamientos rituales eran una parte importante del ceremonial de la mayoría de las religiones antiguas.
Esto era natural, la limpieza física es un símbolo adecuado de la limpieza moral y espiritual.
A los Sacerdotes se les exigía realizar estos lavamientos cada vez que entraban en el Tabernáculo u ofrecían sacrificios en el Altar de los holocaustos (Éxodo 30, 20).
Debían estar libres de las manchas y de la contaminación del pecado antes de ministrar en favor de otros (Salmo 51, 7; Isaías 52, 11; Juan 13,10-11).
Además, los Sacerdotes debían presentar los sacrificios traídos por pecados específicos (Levíticos 4,3-12).
El lavamiento tenía que ver con el pecado en un sentido más general y con la función oficial del Sacerdote que con su vida privada.
La palabra hebrea para lavar “rajats” significa en este caso una inmersión total de todo el cuerpo en aguas purificadoras (Levítico 15, 16; 2 Reyes 5, 10.14).
Esta es la inmersión que inicia todo servicio sacerdotal. Cuando el templo estaba en Jerusalén (en hebreo Yerushalayim), nadie podía entrar sin haber pasado todo su cuerpo desnudo en una “mikvé”, acumulación de aguas naturales y purificadoras (Génesis 1, 10).
Yeshúa Ha Mashíaj tuvo que pasar por una tevilá, inmersión, en las aguas de la muerte pura y lana carmesí y para entrar en su Ministerio Sacerdotal (Lucas 12, 50).
Primero vino como profeta (Deuteronomio 18, 15.18; Hebreos 1, 2). Después de su Resurrección entró en su Ministerio Sacerdotal (Salmo 110, 4; Hebreos 6, 20). En su Segunda Venida vendrá como Rey (1 Reyes 2, 45; Isaías 9, 7; Lucas 1, 32).
También todos los que van a entrar en el Ministerio Sacerdotal Mesiánico en Espíritu y Verdad tendrán que pasar por las aguas purificadoras en el Nombre de Yeshúa Ha Mashiaj.
Vs 5 Revestirás es “Tomarás las vestiduras”, segundo paso para ser Sacerdote es la investidura con las ropas Sagradas.
Vs 6 Lamina Sagrada es “La diadema santa”, lámina de oro con su cinta azul era un tipo de diadema considerada en el Oriente como emblema de realeza.
Señalaba el carácter real del Sumo Sacerdote, quien, como símbolo de Mashiaj, era tanto Sacerdote como Rey (Levítico 8, 9; Zacarias 6, 11-13; Mateo 2, 2; 27,37).
Verso 7
Sus ingredientes deben haber sido de óptima calidad (Éxodo 25, 6; 30, 23-25). Se usaba el aceite para iniciar a los Profetas, los Sacerdotes y los Reyes en su ministerio.
El aceite representa al Espíritu Santo y el derramamiento del Espíritu sobre los que lo han de recibir.
El vocablo “Cristo” es el equivalente griego del hebreo Mashiaj “Mesías”. Ambas palabras significan “ungido” (Hechos 10, 38).
Por lo tanto, la unción de Aarón indicaba su Consagración al servicio de YEHOVAH DIOS. Del mismo modo, también debían ser ungidas todas las partes del Tabernáculo (Éxodo 30, 26-29).
Esto pasó cuando Yeshúa fue hecho Mashiaj “Ungido”.
Versos del 8 al 9
“Harás que se acerquen sus hijos” es decir, hasta la puerta del Tabernáculo (Vs 4).
La investidura del Sumo Sacerdote constaba de nueve partes (Levítico 8, 7-9), mientras que la de los Sacerdotes regulares no exigían sino tres: la colocación de la túnica de lino, del cinto y luego de la mitra.
“Así consagrarás” literalmente, “llenarás la mano de”. En los países orientales, la investidura solía hacerse poniendo en la mano del funcionario la insignia de su cargo. Aquí se usan ciertas porciones de las ofrendas para este propósito (Vs 24).
Versos del 10 al 14
El cuarto paso para iniciar el ministerio sacerdotal es la presentación de sacrificios delante de YEHOVAH DIOS. Estos sacrificios son un poco diferentes a los que son ordenados en Levítico.
Por ser sacrificios de inicio del Ministerio Sacerdotal, son especiales y no se preparan exactamente igual que los demás sacrificios posteriores.
El sacrificio del Mesías es la base para el Ministerio Sacerdotal de Melquisedec. Por medio de su sacrificio nosotros podemos presentar sacrificios espirituales.
“Después llevarás el Becerro”, literalmente, “el toro” (Vs 1). Por el hecho de poner las manos sobre la cabeza del animal, Aarón y sus hijos se identificaban con él y en forma figurada, le transferían la culpa de sus propios pecados e imperfecciones (Éxodo 29, 14; Levítico 4, 1-4).
No podía pasarse por alto el hecho de que la Ley aceptaba como Sacerdotes a hombres aquejados de enfermedades morales y espirituales (Hebreos 7, 28). Siendo pecadores, Aarón y sus hijos no estaban capacitados aún para presentarse ante YEHOVAH DIOS en favor de otros.
Necesitaban que se ofreciesen sacrificios en favor de ellos mismos. Eran tres los prescritos:
1. Una ofrenda por el pecado (Vs 10-15).
2. Un holocausto (Vs15-19).
3. Una ofrenda de paz (Vs 19. 22).
Estos sacrificios, con las ceremonias que los acompañaban, debían repetirse durante siete días consecutivos (Vs 35-36).
Puesto que el Altar era profanado por el pecado de los que allí oficiaban, también debía ser limpiado por la sangre de la ofrenda por el pecado (Vs 36, 37).
“Y de la sangre del becerro tomarás”. Dado que los cuernos del Altar simbolizaban la Gloria y el poder de la Salvación (Salmo 18, 2).
La sangre del becerro, representante de la vida (Levítico 17, 14) de Aarón y de sus hijos y presentada en expiación por sus pecados, primero debía ser puesta en ellos.
La parte que no se utilizaba debía ser vertida en la base del Altar. Tal era la práctica común respecto a las ofrendas por el pecado (Levítico. 4, 7), siendo éste el primer ejemplo.
Vs 13 Sebo es “Toda la grosura”, generalmente se consideraba que la gordura era la parte mejor de la ofrenda y, por lo tanto, la más aceptable a YEHOVAH DIOS.
Es probable que esto se debía al hecho de que ardía con una llama viva y ayudaba a consumir el resto de la ofrenda.
“La grosura de sobre el hígado”, se refiere a la membrana que cubre la parte superior del hígado y lo une al estómago, esta membrana suele cubrirse de grasa.
Vs 14 “Pero la carne del becerro, su piel y excremento, los quemarás a fuego”, las partes del sacrificio que se mencionan aquí eran incineradas de acuerdo con la Ley que se aplicaba a las ofrendas por el pecado (Levíticos 4, 11.12).
La maldición del pecado que descansaba sobre ellas, las hacía inaptas para ser usadas como alimento y aun indignas de ser enterradas dentro del campamento, de manera similar Cristo “padeció fuera de la puerta” (Hebreos 13, 11-13).
Versos del 15 al 18
Derramar la sangre, es decir de una vasija y no con la mano o con un hisopo.
La tradición rabínica dice que la sangre se derramaba en dos esquinas opuestas, la del noreste y la del suroeste mojando de esta manera los cuatro lados además de ser esparcida “sobre el Altar alrededor”.
Despedazar el carnero en trozos, literalmente “en sus pedazos“, es decir descuartizar o despedazar el animal según las divisiones naturales de su cuerpo.
Por “intestinos” se entiende “entrañas“. Luego de ser lavados, eran puestos con los otros “trozos“.
Y quemarlo todo en el Altar, la Ley general de los Holocaustos seguía esta práctica (Levíticos 1, 9.13.17).
El holocausto representaba el espíritu de sacrificio propio, entera Consagración y dependencia constante de la sangre expiatoria de Yeshúa Ha Mashiaj, que es aceptable ante YEHOVAH DIOS.
En el caso de la ofrenda por el pecado, la contaminación del pecado hacía que casi todo el sacrificio fuera inaceptable (Vs 14).
La frase “olor grato” expresa en el lenguaje humano de la época, el pensamiento de que YEHOVAH DIOS se agradaba de la ofrenda y aceptaba a quienes la presentaban (Génesis 8, 21; Levíticos 1, 9.13.17).
Versos del 19 al 21
“El otro carnero”, literalmente, “el segundo carnero” (Vs. 1, 3, 15) se lo llama “carnero de Consagración” en el Vs 22 y es probable que hubiera sido una “ofrenda de paz”.
“Tomarás de su sangre” la aplicación de la sangre del carnero a la persona del Sacerdote era especial y significativa: el acto culminante de la Consagración.
Esto implicaba la total dedicación de su vida y de sus aptitudes al Servicio de YEHOVAH DIOS.
En forma simbólica, la sangre aplicada en la “oreja derecha” santificaba ese órgano para que oyera la Palabra de YEHOVAH DIOS.
Puesta en la “mano derecha“, santificaba las manos del Sacerdote para realizar su obra de mediador
Y puesta en el “pie derecho” santificaba su caminar por la vida como ejemplo para otros.
Dicho de otra manera, la vida Consagrada (la sangre) del sacrificio que el Sacerdote acababa de ofrecer le era devuelta, con el propósito de que su vida pudiera estar Consagrada al servicio de YEHOVAH DIOS.
“A través del oído, oímos y entendemos; gracias a la mano, actuamos; por medio de los pies, nos desplazamos. Los tres son consagrados para demostrar que el Cohén dedica todas sus facultades al servicio de YEHOVAH DIOS”.
“Y con la sangre”, esta “sangre” y la “unción” parecen ser los únicos ritos exigidos para la Consagración de los Sacerdotes regulares (Levíticos 8, 30).
La mezcla del aceite con la sangre sugiere la necesidad de la Justificación por la sangre Expiatoria de Cristo (Romanos 3, 23-26) y la Santificación por medio de la gracia del Espíritu Santo (Romanos 15, 16).
Versos del 22 al 24
“Una torta de pan”, el “pan de aceite“, el “hojaldre” y el “canastillo” (Vs 2 y 3). Al poner estas ofrendas en las manos de Aarón y de sus hijos, Moisés debía tomar las manos de ellos en las suyas propias y “mecerlas” delante de YEHOVAH DIOS.
Es probable que el movimiento hacia adelante indicaba que la ofrenda pertenecía a YEHOVAH DIOS y que el movimiento hacia atrás indicaba que la ofrenda había sido aceptada por YEHOVAH DIOS, y devuelta, por así decirlo, con Su Bendición.
En su calidad de Sacerdote durante estos siete (7) días, Moíses al igual que los demás Cohen, mecieron estas partes de los sacrificios en cuatro direcciones, reconociendo que YEHOVAH DIOS es Omnipresente.
Este era el acto de la Consagración mediante el cual, se realizaba la toma de posesión del cargo.
De este modo Moisés transfirió a su hermano y a los hijos de su hermano, las funciones sacerdotales que hasta ese entonces él había desempeñado.
Al mecer físicamente sus manos, los ayudó a realizar su primer Acto Sacerdotal.
Porque es carnero de Consagración “un carnero de perfección”, si bien en todo el capítulo, esta palabra se traduce como investidura, aquí cambia la traducción porque en este versículo la palabra es sinónimo de שלמים “ofrenda de paz”, ya que los lexemas de ambas palabras -שלם, completo y מלא, lleno expresan el mismo concepto de “perfección”.
Como se afirma en los versiculos 22 al 28, este carnero fue dividido entre el Altar, Moisés quien llevó a cabo el servicio y los Sacerdotes, que trajeron la ofrenda.
Por lo tanto, esta representaba la Paz ya que todos los que habían tomado parte en ella recibieron una porción, imbuyéndoles una sensación de perfección.
Versos 25 al 29
“Después lo tomarás de sus manos”, sin embargo, Moisés debía completar el ritual Sacerdotal relacionado con la ceremonia de Consagración.
Se quemaban porciones escogidas de la ofrenda de paz sobre el Altar del holocausto (Vs 22; Levítico 3, 3-5).
En este caso Moisés meció el pecho de la ofrenda mecida. Más tarde Aarón y sus descendientes deberían seguir el mismo procedimiento al presentar tales ofrendas (Levítico 7, 31-35).
Los Vs 27 y 28 se aplican a todas las futuras ofrendas de Consagración. Desde esa ocasión en adelante el “pecho” y la “espaldilla” debían pertenecer a los Sacerdotes.
La palabra hebrea traducida “espaldilla” significa la parte superior de la pierna o el muslo. La “espaldilla” debía elevarse hacia el cielo en un solo movimiento, y el pecho debía mecerse con movimientos horizontales (Levítico 7, 30-36; Números 18, 11).
Vs 28 Este versículo habla de la categoría permanente que tendrían el pecho y el muslo de las ofrendas de paz en el futuro, a diferencia del procedimiento excepcional de los Siete Días de Investidura.
Durante esta semana, como vimos anteriormente, Moíses recibia el pecho, en tanto que el muslo se quemaba en el Altar. Pero en el futuro, el versículo nos enseña que ambos serían obsequiados a los Sacerdotes (cohanim).
Versos del 29 al 31
Las ropas o vestiduras santas de los Vs 29 y 30 también se aplican a los futuros servicios de consagración.
Las vestimentas preparadas para Aarón debían conservarse después de su muerte y serían usadas en lo sucesivo para la consagración de cada sumo Sacerdote, para que ellos también fuesen “ungidos en ellas” y “en ellas consagrados”.
Desde el momento en que iniciaba su tarea Sacerdotal, cada sumo Sacerdote debía llevar estas vestimentas durante siete días (Vs 35; Números 20, 24-28).
Las mismas ropas quedaban lino trenzado, obra de consagradas. Esto significa que con la instalación de los sumos Sacerdotales siguientes no hacía falta hacer estos sacrificios.
Parece que no se derramaba unción sobre el hijo de Aarón cuando tomó el puesto de su padre. Al recibir la ropa fue ungido y consagrado automáticamente (Números 20, 25-28).
Quien sea elegido entre los hijos de Aarón para sucederlo como Cohén Gadol, vestirá sus ocho vestimentas y estas le elevarán, es decir, harán que alcance el rango de Cohén Gadol.
Esto se aplicó en especial en la época del Segundo Templo, en que no había aceite de unción y el Cohén Gadol asumió el cargo al vestir por primera vez las prendas del Sumo Sacerdocio.
El versículo también enseña que las ofrendas de los Siete Días de Investidura, en los que se invistió a Aarón, dejarían de aplicarse en el futuro.
Cada vez, que se designa un nuevo Cohén Gadol y si un hijo del Cohén Gadol anterior es digno del puesto, tiene precedencia por sobre todos los demás, debe vestir las ocho prendas durante siete días consecutivos, independientemente de si durante esos días va a realizar el Servicio del Templo o no.
En este contexto, el versículo enseña que el “Cohén Gadol” es aquel que entra en el Sancta Sanctorum en Yom Kippur (Expiación), un servicio que no puede llevar a cabo ninguna otra persona.
La parte del carnero que no había sido quemada (Vs 22-25) debía comerse, “en Lugar Santo”, es decir “a la puerta del Tabernáculo de reunión” (Levítico 8, 31).
En relación con cada ofrenda de Paz, se realizaba una comida ceremonial, de la cual participaban los Sacerdotes que habían presentado la ofrenda (Vs 27- 28; Levítico 7, 11-18).
Versos 32 al 35
El pan de canastillo, es decir, los panes, las tortas y los hojaldres que quedaban en la canastilla luego de haberse ofrecido al Señor uno de cada uno (Vs 2, 3, 23).
Vs 33 “Y comerán aquellas cosas con las cuales se hizo expiación”. Debían comer parte de aquello que había servido para su Expiación y Consagración. Todo sacrificio poseía, en mayor o menor grado, cualidades expiatorias.
La ofrenda por el pecado era totalmente expiatorio (Levítico 4, 2-5).
El holocausto y la ofrenda de paz sólo lo eran en parte (Levítico 1, 3; 3, 1).
La palabra “expiación” no necesariamente se refiere a limpiar un pecado real, pues el hecho de ser levitas en vez de Cohanim no tiene nada de pecaminoso.
Más bien, tal como ocurre en este caso, es posible que se refiera a ascender de un rango espiritual inferior hacia otro superior.
El versículo enseña, que ellos fueron elevados y santificados al comer las porciones de la ofrenda que se les había asignado.
Esto sigue el principio de que aquellos que traen una ofrenda, obtienen expiación cuando los Cohanim consumen la carne de esta, pues es gracias a su mérito, que los sirvientes de YEHOVAH DIOS disfrutan de la ofrenda, como ordenó YEHOVAH DIOS.
También en este caso, los Cohanim que traían la ofrenda obtenían la expiación y eran consagrados al realizar la mitzvá de comer su porción de aquella.
Vs 33 “El extraño” no se refiere a un extranjero, sino al que no es Sacerdote (Éxodo 12, 19; 20, 10).
La Torá explica por qué motivo el extraño si bien puede comer de las ofrendas de paz comunes, no puede comer de esta en particular.
Las otras ofrendas de paz tienen un grado de Santidad menor, pero las ofrendas de investidura eran de una naturaleza totalmente diferente.
Son sagradas, lo cual significa que poseían un rango de mayor Santidad y, por lo tanto, el extraño, el lego (no es Cohén), tenía prohibido comerlas.
De aquí se deduce que todo lego, que coma las ofrendas más sagradas transgrede un precepto restrictivo.
El ritual de la Consagración de Aarón y de sus hijos debía realizarse diariamente durante siete días consecutivos. Esta séptuple consagración simbolizaba la perfección ideal (Josúe 6, 3- 4; 1 Reyes 18, 43-44; 2 Reyes 5, 14).
Puesto que los Sacerdotes representan a los ministros de YEHOVAH DIOS de nuestros días, la consagración de aquéllos enseña la excelsa Santidad de la función sagrada y la necesidad de preservarla separada del mundo.
Los mismos Sacrificios fueron presentados durante siete días. Ese fue el tiempo que hacía falta para iniciar el Ministerio Sacerdotal Levítico.
Versos 36 al 37
“Purifícarás el Altar” con la “ofrenda por el pecado” que se ofrecía por el Altar era el mismo becerro, que el que se usaba en favor de Aarón y de sus hijos (Éxodo 29, 1.10-14; Levítico 8, 15).
Moisés ungió el Altar rociándolo siete veces con el aceite de la unción (Levítico 8, 11).
Vs 37 Consagrado “Santísimo”, literalmente, “santo de santos“, para indicar la gran Santidad del Altar (Éxodo 40, 10). Por lo tanto “cualquiera cosa” que lo “tocare“, “será” o debía ser “santificada“.
No se puede colocar sobre el Altar aquellas partes de los sacrificios que quedan descalificadas, sin embargo, en ciertos casos, si ya fueron puestas allí, pueden permanecer y ser consumidas por el fuego.
Como implica esta frase, una vez que algo toca el Altar si bien no tendría que haber estado allí, será santificado.
Versos 38 al 42
Los “Dos Corderos” se refieren al sacrificio diario, que lógicamente, debería seguirá la Consagración del Altar.
Los corderos no podían tener un año de edad, sino que tenían que ser sacrificados durante su primer año de vida.
Con referencia al propósito de estos sacrificios vespertinos y matutinos, estos sacrificios “continuos” se hacían en ocasión del culto matutino y del culto vespertino en el campamento.
Este sacrificio fue llamado “tamid”, “continuo”, porque se hacía todos los días del año, incluso durante las Fiestas.
En el libro de Ezequiel donde habla del tiempo del Reino Mesiánico, cuando el templo será restaurado, se puede encontrar todos los sacrificios establecidos en la Torá de Moisés, menos el de la tarde. Es probable que sea omitido porque en esa hora murió Yeshúa (Ezequiel 46, 3-15).
Vs 40 Decima de medida de flor de harina, “Una décima parte de un efa” es decir un omer. Esto equivaldría aproximadamente a unos dos litros o sea 1,7 kg.
Se usaban varios cereales para estas oblaciones, sexta parte de aceite de oliva “cuarta parte de un hin de aceite” corresponde a casi un litro (0,9 l).
Versos del 43 al 46
“Allí me encontraré (reuniré)”, conociendo las pruebas que afrontarían en su peregrinaje por el desierto, YEHOVAH DIOS les dio la seguridad de que Su Presencia los acompañaría.
En ocasión de su dedicación, el Tabernáculo se llenó con la “Gloria” de YEHOVAH DIOS (Éxodo 40, 34).
La presencia de la Shekinah constituía la verdadera consagración del Tabernáculo, porque todo lo otro no era sino símbolos y figuras.
De esta manera YEHOVAH DIOS no sólo puso allí “Su Nombre” (Deuteronomio 12, 21), sino también, su presencia visible.
“Y santificaré este lugar”, esto se cumplió milagrosamente cuando Aarón colocó el primer sacrificio sobre el Altar de bronce (Levítico 9, 24).
Vs 45 “Y habitaré entre los hijos de Israel”. Esto se refiere en primer término a la Shekinah dentro del Lugar Santísimo, pero en un sentido más amplio respondía al cuidado divino, a la Protección y a la Salvación que en su Misericordia YEHOVAH DIOS le ofrecía a su pueblo escogido año tras año.
Vs 46 “Y conocerán que yo soy” que “seré su YEHOVAH DIOS”, repite que YEHOVAH DIOS es nuestro Único YEHOVAH DIOS, lo cual es una obvia redundancia.
Sin embargo, esto insinúa que incluso si nuestros pecados ahuyentaran Su Presencia de nosotros. ÉL seguirá siendo nuestro YEHOVAH DIOS y nosotros continuaremos siendo Su pueblo (Or Hajaim).