Mosqueteros de Yehovah

Deuteronomio Capítulo 34

Verso del 1 al 3

Mientras Israel acampaba en los campos de Moab, Moisés subía las cumbres del monte Nebo, desde las cuales podría ver la Tierra Prometida, hasta el mar occidental.

Esta era la dulce gracia de YEHOVAH DIOS para Moisés. A pesar de que no podría pisar la Tierra Prometida, YEHOVAH DIOS le permitió verla.

Parado sobre la cumbre de Nebo en la colección de montañas llamada Pisga, Moisés estuvo de pie en lo que ahora es la nación moderna de Jordán, viendo hacia la Tierra Prometida.

Verso 4

Estas palabras, siendo dichas en el tiempo presente, fueron dadas a Moisés en el Zin, en el punto más alto de su elevación sobre el horizonte, del monte Nebo mientras miraba hacia el oeste y contemplaba la Tierra Prometida

La lista de los lugares a continuación describe la forma de un gran círculo hacia la izquierda del norte al sur.

En este amplio panorama, Moisés vio la extensión de la Tierra Prometida entera.

La invitación para Moisés de ver la Tierra Prometida, no era meramente una provisión amable de YEHOVAH DIOS para permitirle a su siervo ver la herencia de Israel.

Debió haber tenido un significado legal. Existe un poco de evidencia que prueba, que esto era parte de un proceso legal.

Un hombre “vio” lo que iba a poseer.

YEHOVAH DIOS juró darle la Tierra a los descendientes de Abraham, Isaac, y Jacob, ahora la promesa estaba a punto de cumplirse.

Moisés permitió llevar a los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob hasta el umbral de la Tierra Prometida pero no más allá.

¡Que momento tan dulce y amargo! Moisés vio esto y su corazón estaba entusiasmado por poder ver la Tierra Prometida como nunca antes lo había hecho.

Sin embargo, sin duda alguna había tristeza en su corazón, sabiendo que era su propio pecado, su propia tergiversación de YEHOVAH DIOS (Números 20, 7-12), no le permitió pisar la Tierra Prometida por sí mismo. Aquí estaba tan cerca y a la vez tan lejos.

Viendo el amplio panorama, en lo que debió haber sido un día completamente claro, Moisés vio el resultado de la obra de su vida, guiando a la nación de Israel hacia la Tierra Prometida y escuchó decir, tan claro y fuerte como YEHOVAH DIOS habla.

Versos del 5 al 8

El epitafio de Moisés, lo que podemos llamar la frase de su tumba, aunque en realidad no tuvo una, era simple.

· No era “Moisés, Príncipe de Egipto”.

· No era “Moisés, Asesino de un egipcio”.

· No era “Moisés, Pastor en el desierto”.

· No era “Moisés, Portavoz de una Nación”.

· No era “Moisés, Obrador de milagros”.

· No era “Moisés, Profeta”.

· No era “Moisés, El Hombre que Vio una Parte de la Gloria de YEHOVAH DIOS”.

· No era “Moisés, Quien Nunca entró a la Tierra Prometida”.

· Al final de todo, el título era simple “Moisés Doulos de YEHOVAH DIOS”.

Esto debería ser suficiente para nosotros. A menudo lo decimos y suena muy humilde cuando lo decimos, pero es mucho más difícil realmente vivirlo.

Estar satisfecho con simplemente ser un “Doulos de YEHOVAH DIOS”, es ciertamente algo precioso.

Es el punto más “Feliz de la Vida” porque cuando el Maestro es Glorificado, los “Doulos” están satisfechos.

Si uno verdaderamente es un “Doulos de YEHOVAH DIOS”, se puede demostrar por una simple prueba, “en cómo reaccionamos cuando alguien te trata como a un Doulos”.

Muchos están contentos con ser Doulos de las personas que ellos mismos eligen o en circunstancias de nuestra elección.

Sin embargo, eso no es lo que realmente significa ser “Doulos de YEHOVAH DIOS”.

Moisés murió justamente como lo había prometido YEHOVAH DIOS.

Las promesas de YEHOVAH DIOS son seguras, incluyendo sus promesas más severas. Todo sucedió conforme a lo dicho por ÉL.

Notablemente, YEHOVAH DIOS enterró a Moisés. Esto fue más complicado de lo que parece, porque Satanás luchó contra YEHOVAH DIOS por el cuerpo de Moisés.

Judas 9 habla de una ocasión cuando Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés.

Parece ser que hubo una contienda por el cuerpo de Moisés, y de acuerdo con Judas, el arcángel Miguel ganó esta contienda al apelar a la autoridad de YEHOVAH DIOS:

“El Señor te reprenda”, sin embargo, el por qué Miguel contendió contra Satanás por el cuerpo de Moisés aún no es muy claro.

YEHOVAH DIOS tuvo otro propósito para el cuerpo de Moisés, el cual Satanás quería derrotar:

Moisés aparece físicamente con Elías, cuyo cuerpo fue arrebatado hacia el cielo (2 Reyes 2) en la Transfiguración (Mateo 17, 1-3). Moisés y Elías son los dos testigos en Apocalipsis 11.

La vida de Moisés estaba dividida en tres partes.

Pasó cuarenta (40) años como príncipe coronado en Egipto, cuarenta (40) años como pastor humilde en el desierto y cuarenta (40) años guiando a los hijos de Israel hacia su destino en la Tierra Prometida.

Los primeros dos tercios fueron preparación para el último. Moisés permitió que YEHOVAH DIOS lo preparara por ochenta (80) años.

Esto confirma lo que se observó en Deuteronomio 31, 2 “no puedo más salir ni entrar”. Moisés no fue limitado por enfermedad física, sino por el mandato de YEHOVAH DIOS.

Verso 9

La oración de Moisés por Josué fue contestada. Josué, ciertamente estaba lleno del espíritu de sabiduría.

Lo mejor de todo, los hijos de Israel le Obedecieron. La verdadera prueba del liderazgo, es ver cuánta gente está dispuesta a seguirte.

Versos del 10 al 12

Josué era un líder capaz de Israel y la obra de YEHOVAH DIOS continuó, pero esto no disminuyó el legado de Moisés.

Nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés. Varias cosas hicieron a Moisés único.

Moisés era único por su “Intimidad especial con YEHOVAH DIOS”.

El término cara a cara no significa literalmente “cara física a cara física”, sino que tiene la idea de una comunicación libre y sin barreras.

Hubo gobernantes más grandes en Israel que Moisés, líderes más grandes, profetas más grandes y sacerdotes más grandes.

Sin embargo, antes de la venida de Cristo Jesús el Mesías, nunca ha habido ningún hombre que haya obrado todos los oficios con tanta gracia como Moisés.

En él, estaban concentrados todos los oficios grandes de Israel, Profeta, Juez, Gobernante y Sacerdote.

Si alguien que hiciera estos oficios fuera grande, Moisés fue el más grande de todos.

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