Verso 1
De acuerdo a estas Leyes el divorcio era permitido en Israel, pero cuidadosamente regulado.
Bajo la Ley de YEHOVAH DIOS, el matrimonio no se puede simplemente disolver en cuanto uno de los cónyuges quiera hacerlo, debe haber una causa para la carta de divorcio.
El divorcio nunca se veía como una opción preferida o fácil. La palabra hebrea traducida como divorcio tiene en su raíz la idea de “separar por medio de una corte”, es la amputación de lo que es una sola carne.
Muchos cristianos consideran el divorcio como cortar un cuerpo viviente, como en una operación o cirugía.
Algunos piensan que la operación es tan violenta que es imposible hacerla, otros admiten que es un remedio inmediato en casos extremos.
Todos están de acuerdo que es como si te cortaran las piernas, en lugar de ser como una simple disolución de una relación de negocios o hasta desertar un regimiento.
YEHOVAH DIOS ordena aquí que cada divorcio debe ser sellado con una carta de divorcio.
En otras palabras, no era suficiente que un hombre declarara “estamos divorciados” a su esposa. El divorcio debía ser reconocido legalmente al igual que como lo había sido el matrimonio.
Así que una carta de divorcio, un documento legal, debe ser emitida o correctamente servida, se la entregará en su mano.
Esto describe los motivos de divorcio e indica que una carta de divorcio no podía ser escrita por cualquier simple razón. Tenía que estar fundamentada en estas dos cláusulas importantes.
Debe haber alguna cosa indecente, algunos rabinos definieron “indecente” como cualquier cosa en la esposa que pueda disgustar al esposo.
En el tiempo de Yeshúa, algunos rabinos enseñaban que si la esposa quemaba el desayuno del esposo, él se podía divorciar de ella.
Sin embargo, Yeshúa definió cuidadosa y apropiadamente que cosa indecente está en Vs 1.
Dijo, cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación y se casa con otra, adultera y el que se casa con la repudiada, adultera (Mateo 19, 9).
Yeshúa Ha Mashiaj correctamente entendía que “cosa indecente” se refiere a “inmoralidad sexual”, un término amplio que se refiere al “pecado sexual”, el cual incluye, pero no se restringe a relaciones sexuales con alguien más que no es tu conyugue.
La palabra hebrea traducida como “cosa indecente” en sí, implica el significado de inmoralidad sexual, literalmente es “desnudez de una cosa”.
Así que, si el esposo encuentra en ella alguna “cosa indecente”, tiene el derecho de entregarle a su esposa una carta de divorcio.
Sin embargo, no está obligado a hacerlo. También debe ser, si no le agrada por haber hallado en ella alguna “cosa indecente”.
En otras palabras, el marido debe de estar tan perturbado por la inmoralidad sexual de su esposa que ya no la puede ver con agrado, por haber hallado en ella, alguna cosa indecente.
Lo que nos ayuda a entender lo que dijo Yeshúa Ha Mashiaj en Mateo 19, 8 “Por la dureza de sus corazones Moisés les permitió repudiar a sus mujeres, más al principio no fue así”.
Si una mujer no tuviera el corazón endurecido, nunca cometería inmoralidad sexual en contra de su esposo y no habría necesidad de divorcio.
Si el esposo no tuviera endurecido el corazón, él perdonaría a su esposa y la miraría con agrado, a pesar de que fuera culpable de inmoralidad sexual.
Sin embargo, ya que YEHOVAH DIOS sabe que hay dureza en nuestros corazones, tanto del lado que ofende como el ofendido, nos concede permiso para el divorcio.
En los tiempos de Yeshúa, los rabinos enseñaban que era la obligación de un hombre piadoso divorciarse de su esposa si ella le desagradaba.
Tanto Moisés como Yeshúa aclaran que YEHOVAH DIOS permite el divorcio en ciertas circunstancias, pero nunca lo ordena.
No obstante, si alguien tiene motivos Bíblicos de divorcio, los cuales, de acuerdo con 1 Corintios 7, 15 incluyen abandono por el cónyuge no creyente, ellos tienen permiso de divorcio.
YEHOVAH DIOS no se los “sostendrá en su contra”, a menos que YEHOVAH DIOS les haya dicho específicamente que no se divorcien y estarían desobedeciendo la palabra específica para sus vidas.
La mayoría de las personas piensan que, en la antigua Israel, solamente los esposos tenían el derecho de divorciar a su esposa y las esposas no tenían el derecho de divorciarse.
Sin embargo, lo que se dice aquí puede ser aplicable para el esposo como la esposa.
Versos del 2 al 4
Esta es una ley fuerte, si una mujer divorciada se casa de nuevo, no puede regresar a su primer marido, si su segundo matrimonio termina por muerte o divorcio.
El romper esta Ley era la abominación delante de YEHOVAH DIOS.
Sería algo bueno para el primer esposo y esposa regresar. Sin embargo, este mandato se hizo porque YEHOVAH DIOS quería, que tanto el matrimonio como el divorcio sea visto como algo serio y permanente.
Nadie se podía casar o divorciar casualmente, tenía que planearse cuidadosamente porque era permanente.
Esta Ley también fortalecería el segundo matrimonio, esto desanimaría al cónyuge en simplemente dejar al segundo matrimonio y regresar al primer cónyuge.
Existe una razón mayor que solo asuntos sentimentales, noten amados hijos que YEHOVAH DIOS dice no manches la tierra. El adulterio se comete contra la descendencia.
Cuando se casó fue su cromosoma “Y” que injertó en la sangre de su Mujer, pero ahora que la va a recibir de nuevo, su descendencia no será pura genéticamente en la sangre de la mujer, ella es la que recibe y allí está presente la huella genética de sus compañeros anteriores.
Ya se ha explicado antes la Ley del Levirato, tiene la facultad de engendrar un hijo que hereda el mismo cromosoma que el difunto, porque la ejerce un hermano quien posee el mismo cromosoma “Y”, manchar la tierra, es propicio de levantar generaciones envilecidas genéticamente.
Con todo esto, tomamos consciencia de la importancia que reviste el hacernos uno con Yeshúa Ha Mashiaj, su sangre es la única que posee la virtud de limpiarnos y santificarnos.
La conversión no es opcional es indispensable, para que nosotros y nuestra descendencia no viva los estragos propios de las debilidades concupiscentes heredadas a partir de la carne.
Heredar el Reino implica caminar en Santidad, porque debemos ser gobernados por la Palabra de YEHOVAH DIOS, para alcanzar vida en nuestra descendencia.
Verso 5
Esta era la manera en que YEHOVAH DIOS honraba y bendecía el Pacto del Matrimonio. ÉL le permitía al esposo recién casado estar exento de cualquier servicio militar o civil por un año.
Este es un trabajo importante para cada esposo. Incluso como delante del Altísimo, nos encontramos a nosotros mismos al perdernos (Mateo 10, 39), así mismo el esposo encontrará su felicidad si él alegra a la mujer que tomó.
Como es descrito el papel del esposo en Efesios 5, vemos que YEHOVAH DIOS enfatiza la unidad esencial entre esposo y esposa.
El esposo no puede hacer feliz a su esposa sin también traer felicidad a su propia vida. En cambio, no puede darle miseria a la vida de su esposa sin atraer miseria para su propia vida.
Una esposa feliz es el cimiento de un hogar feliz, una esposa amargada o contenciosa es un hogar miserable. “Más vale vivir en un rincón solitario que con una mujer peleadora y desagradable” (Proverbios 21,19).
“Gotera continua todo a lo largo de un día de lluvia, así es la mujer peleadora” (Proverbios 27, 15).
Verso 6
Una muela del molino era algo esencial para el sustento de una familia, por lo tanto, estaba prohibido tomarlo por prenda por un préstamo.
Esto advierte a Israel contra aventajarse los unos de los otros, en tiempos de gran necesidad. Debemos de tener cuidado de nunca sacar provecho de alguien, injustamente por su pobreza o dificultad.
Artículos no esenciales deberían de ser tomados por prenda, a pesar de que no se podía cargar con intereses el préstamo de un israelita, sí se podía tomar una prenda, garantía subsidiaria para garantizar el reembolso del préstamo.
Este mandato prohíbe la toma colateral que se apoderaría de la habilidad del hombre para proveer a su familia y salir de la deuda.
Verso 7
El secuestro usualmente se hacía en el mundo antiguo, no tanto por un rescate, sino para que se pudiera vender a la persona secuestrada como esclavo, justamente como se hizo con José por sus hermanos (Génesis 37, 28).
Es lo que se conoce hoy como tráfico de personas. Este crimen era suficientemente serio delante de YEHOVAH DIOS, al igual que ordenar la pena de muerte.
Versos del 8 al 9
Levítico 13 y 14 describen en gran detalle cómo YEHOVAH DIOS quería que se examinaran a los leprosos y fueran puestos en cuarentena.
Ya que la lepra era una enfermedad tan temida, el Altísimo ordena que, en cuanto a la plaga de la lepra, ten cuidado, para que no se vuelva en una plaga por toda Israel.
En Números 12, María guio a su hermano Aarón a rebelarse contra Moisés y como consecuencia YEHOVAH DIOS la contagió de lepra.
A pesar de que Moisés oró para que ella fuese sanada, YEHOVAH DIOS la dejó ser leprosa por siete días antes de sanarla y ella fue echada fuera del campamento por esos siete días (Número 12, 14).
Si alguien tan prominente como María fue puesta en cuarentena, demuestra que cualquier otro leproso en Israel también debe ser puesto en cuarentena.
Versos del 10 al 13
Cuando una prenda se tomaba por préstamo, se tenía que recibir de una manera que le permitiera al pobre hombre mantener su dignidad.
YEHOVAH DIOS no condena el principio de tomar una prenda, sólo ordena que se reciba humanamente.
La idea de tomar un colateral por préstamo es válida, porque anima a la responsabilidad personal para el que recibe el préstamo.
Asumiendo que la prenda era algo para mantener al hombre calientito, algo como una cobija o manto, la cual usualmente era la única prenda que podía dar un hombre pobre, la prenda se tenía que devolver para que el hombre pudiera estar cobijado durante la noche.
Los judíos en varias ocasiones hicieron lo contrario a esta regla y los encontramos siendo reprendidos grandemente por el profeta Amós 2, 8.
Versos del 14 al 15
Un sirviente podría ser oprimido al no pagarle, por condiciones laborales brutales o peligrosas.
YEHOVAH DIOS le ordenó a los empleadores a tratar a sus empleados justa y amablemente.
El Altísimo escucha el clamor de los oprimidos, Santiago 5, 4 advierte al hombre rico que oprime a sus trabajadores “Oigan las protestas de los obreros del campo a quienes estafaron con el salario. Los reclamos de quienes les cosechan sus campos han llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos Celestiales”.
Verso 16
YEHOVAH DIOS ordenó que cada individuo sea responsable por su propio pecado.
Un padre no puede ser culpado ni responsable por los pecados de sus hijos (adultos) y los hijos no pueden ser culpados ni responsables por los pecados de sus padres.
Está mal que los padres automáticamente se culpen a sí mismos de sus hijos descarriados, aunque puedan tener parte en el problema, no siempre era el caso.
Hay casos en los que YEHOVAH DIOS ha ordenado castigo sobre toda una familia por su pecado, tal como la familia de Acán en Josué 7, 16-26.
Cuando YEHOVAH DIOS trata con toda la familia, demuestra que hubo algún tipo de conspiración entre los miembros de la familia, ya que cada uno es responsable por su pecado.
Versos del 17 al 18
Si Israel siguiera recordando todo lo que YEHOVAH DIOS había hecho por ellos, los haría más compasivos y justos al tratar con los demás.
Siempre debemos tratar a los otros, recordando lo mucho que YEHOVAH DIOS nos ha bendecido y perdonado.
Versos del 19 al 22
Este era uno de los programas de bienestar para Israel, estableciendo el derecho del espigador.
Se les instruía a los granjeros en no cosechar completamente todo en sus campos, para que se dejara un poco para los pobres que trabajaban duro.
Esta era una grandiosa manera de ayudar a los pobres. Les ordenaba a los terratenientes tener un corazón generoso y hacía que los pobres fueran activos y trabajaran por su comida, así podían proveer para sus necesidades con dignidad.