LECTURAS
DEL SHABBAT
EVANGELIO
Marcos 7, 31-37
1RA LECTURA
Isaías 35, 4-7
2DA LECTURA
Santiago 2,1-5
SALMO
146, 7-10
Reflexión de la Palabra Semanal
Ciertamente, de acuerdo con las escrituras, Yehováh, es la causa última de la ceguera y la sordera. Sin embargo, no se puede desconocer la responsabilidad de Israel (como personalidad colectiva), al desarrollar estas incapacidades, debido especialmente: al abandono de la Alianza con el Padre Creador y a su idolatría.
La salud y la enfermedad se encuadran en el marco de la Alianza del Altísimo con Su Pueblo Israel, la fidelidad a ésta, se convierte en fuente de salud para Israel, la infidelidad, por el contrario, en fuente de enfermedad y de todo tipo de desgracias, incluida la muerte prematura.
De este modo, si la fidelidad a la Alianza produce que el pueblo sea Santo como Yehováh es Santo (Ver Levítico 11, 44-45; 19, 2; 20, 7. 26; 21, 6), el olvido de la Alianza y el volverse a los ídolos ocasionan que el pueblo se haga igual que estos que “Tienen boca pero no hablan, ojos, pero no ven , orejas, pero no oyen, nariz, pero no huelen. Tienen manos, mas no palpan, pies, pero no andan, ni un susurro sale de su garganta” Salmo 115, 5-7 (Ver también Salmo 135, 16; Jeremías 5, 21; Ezequiel 12, 2).
Así, la relación que existe entre el pueblo y Su Dios, ocasiona que quien opta por los ídolos termine siendo igual que ellos, como señala el Salmo 115, 8 ¡Que sean como ellos los que los fabrican y todos los que en ellos tienen confianza! (Ver también, Salmo 135,18).
Por tanto, sobre todo en las tradiciones proféticas de la TaNaK, la ceguera y la sordera no serán más que el reflejo de la realidad del ídolo en la vida de quienes han optado por él.
Ezequiel 3, 26-27: 26 Hago que tu lengua se pegue a tu paladar: estás mudo y dejas de reprocharlos porque son una raza de rebeldes. 27 Pero más tarde te hablaré, te abriré la boca y les dirás: ¡Esto dice Yehovah! que escuche el que quiere escuchar, y el que no quiere, que no escuche, puesto que es una raza de rebeldes.
En el Nuevo Testamento los ciegos y los sordomudos, hacen parte de un conjunto más amplio de personas oprimidas por las dolencias y las enfermedades entre las que se encuentran además, los cojos y los leprosos.
La especial atención de Yeshúa a este colectivo y la restitución de la salud que éste les ofrece, constituyen una señal inequívoca de la llegada de los tiempos Mesiánicos en que las profecías veterotestamentarias alcanzan su cumplimiento.
Así, en Mateo 11, 2-6 y su paralelo de Lucas 7, 18-28, ante la pregunta que hace Juan desde la cárcel, sobre si Yeshúa es “el que ha de venir o se debe esperar a otro”, la respuesta de Yeshúa más que afirmativa o negativa, remite a Sus obras, que permiten, a su vez, ser reconocidas como las señales esperadas de la llegada del Salvador profetizado.
Exactamente, hoy en la Primera Lectura, Isaías profetiza sobre el poder misericordioso de Yehováh manifestado en la vida de su Salvador Yeshúa el Ungido para sanar enfermedades incurables, Yeshúa tiene capacidad no sólo de perdonar y sanar, sino que también trae propósito de comunicarnos al espíritu de la Ley con su interpretación correcta. Yeshúa desenmascara la hipocresía de los saduceos, fariseos, escribas, maestros de la Ley y Herodianos.
Yeshúa resucita muertos, edifica la nueva Ekklesía a partir de Sus apóstoles, anuncia su Pasión tres veces, paga la deuda por el pecado en la Cruz del calvario y extiende el Rhema de Yehováh sobre la Ekklesía en Pentecostés. Yeshúa Ha Mashíaj muestra en Su propia vida lo que es estar sujeto a Yehováh en adoración, obediencia y servicio hasta la muerte y muerte de cruz.
En el Salmo se nos muestra que Yehováh hace justicia a los oprimidos y es que Yeshúa vino a deshacer las obras del diablo, porque el Padre Eterno es Fiel y cuida de todo el que depende por completo de Su asistencia, da vista a los ciegos, da pan al hambriento, da libertad a los cautivos, es la fortaleza del justo y quien trae Salvación a quien se apega a Él siendo un Genuino Adorador y al mismo tiempo, decreta su sentencia contra los malvados, todos los desobedientes a Su Palabra
En cuanto al Evangelio, la palabra de hoy nos enseña que Yeshúa es el Salvador prometido, es quien manifiesta la obra de la sanidad del sordo mudo profetizado por Isaías, porque nada es imposible para Yehováh, quien Ha dispuesto desde el principio el Plan de Salvación. Yeshúa ha abierto nuestros sentidos espirituales de oír la Palabra de Yehováh que nos da la capacidad para obedecer, comunicando la Palabra libre de contaminación que rompe cadenas y pudre yugos espirituales, que libera a los cautivos por satanás.
Yeshúa Ha Mashíaj es quien permite que el ciudadano común salga de la sordera, encontrándose con quien Es la Palabra hecha carne recibiendo autoridad y poder para comunicar el mensaje de Salvación que libera a sordomudos espirituales, teniendo acceso a la Comunión de los Santos que guardan los Mandamientos de Yehováh y el testimonio de Amor de Yeshúa Ha Mashíaj, participando como testigos que comunican el testimonio de quien Es la Verdad.
Finalmente, en la Segunda Lectura nos advierte que nuestro llamado es a evangelizar a todos, y no limitar la liberación a los sordomudos cautivos del paganismo para que tengan una mejor condición social o económica, porque es el hombre y no Yehováh, quien ha establecido la diferenciación por clases sociales, eso es iniquidad mundanal, desde siempre el acceso al conocimiento había sido un privilegio de las clases sociales altas.
El apóstol Santiago nos dice que al contrario del sistema del mundo, el conocimiento de Yehováh ha de estar siempre disponible en primer lugar para los humildes y Yeshúa nos dice que debemos dar de gratis lo que hemos recibido de gratis y que la semilla se lanza en todo tipo de terreno.
Por lo que desde siempre, lo que ha permitido el desarrollo social es la Palabra de Yehováh y no el hombre quien siempre ha buscado hallar ventajas sobre sus semejantes al negarles el acceso al conocimiento. Por el contrario, si conocemos la Palabra de Verdad que es Yeshúa Ha Mashíaj entonces tendremos acceso a la verdadera libertad.
Dispón tu corazón para gozar de la plenitud de la Palabra de vida que Yehováh nos trae para meditar en la hermenéutica de este Shabbat
Gloria a Yehovah Dios que nos ha dejado su Palabra para que ya no seamos más engañados por el enemigo y poder servirle a Yehovah Dios y conociendo la verdad seremos libres en cuerpo, alma y Espíritu. Amén Amén y Amén