Mosqueteros de Yehovah

La Ekklesía es Profeta y Apóstol a las Naciones

LECTURAS

DEL SHABBAT

EVANGELIO

Marcos 6, 7-13

1RA LECTURA

Amós 7, 12-15

2DA LECTURA

Efesios 1, 3-14

SALMO

85, 9-14

Reflexión de la Palabra Semanal

La salvación está al alcance de los que esperan en el cumplimiento de las promesas de Yehováh. Está disponible para la novia desposada que no se mancha con nadie, sino que se guarda en total pureza hasta la vuelta del desposado Yeshúa ha Mashíaj.

Proverbios 29, 18 Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena, pero bienaventurado es el que guarda la ley.

Quienes viven en santidad, son la ekklesía que disfruta estudiar apocalipsis, porque contiene las más extraordinarias promesas de amor y anhela diciendo (el espíritu y la novia dicen ven, ven, ven). Este tipo de personas extrañas se alegran cuando se menciona que la Ira de Yehováh purificará con fuego toda la tierra.

Son santos que tienen la mirada en la meta del día de la parusía, continuamente tienen la mirada puesta en los bienes eternos, Mientras son sabios administradores de los dones y talentos recibido por Yehováh para multiplicar en esta tierra.

En contraste, presentamos la descripción del mundo gentil. Viven esclavizados por sus pasiones carnales sin saberlo. Rechazan todo lo que tiene que ver con una vida dedicada a practicar el Temor de Yehováh y las obras de piedad.

Les encanta ser admirados y ovacionados por los hombres puesto que se creen sus propios dioses.

Les aburre leer la biblia, están muy ocupados como para perder el tiempo según ellos en formarse como discípulos de Yeshúa Ha Mashíaj. No saben diferenciar entre verdad e iniquidad sólo saben elegir muy bien lo que les produce placer detestando todo sacrificio. Anhelan vivir eternamente en el presente sólo ocupados de satisfacer sus apetitos demandantes.

Les da horror la muerte puesto que nunca están preparados para la eternidad, mucho menos para asumir el juicio delante del Trono del Dios Altísimo al que dicen que conocen, pero no obedecen Sus Mandamientos, y mucho menos se molestan en estudiar Su Palabra total es cosa sin importancia para ellos.

Hay que reconocer a Yeshúa, como en Mateo 10, 32-42

32 Al que se ponga de mi parte ante los hombres, yo me pondré de su parte ante mi Padre de los Cielos. 33 Y al que me niegue ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los Cielos. 34 No piensen que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sino espada. 

35 Pues he venido a enfrentar al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra. 36 Cada cual verá a sus familiares volverse enemigos.

37 El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. 38 El que no carga con su cruz y viene detrás de mí, no es digno de mí.

39 El que antepone a todo su propia vida, la perderá, y el que sacrifique su vida por mi causa, la hallará. 40 El que los recibe a ustedes, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. El que recibe a un profeta porque es profeta, recibirá recompensa digna de un profeta.

41 El que recibe a un hombre justo por ser justo, recibirá la recompensa que corresponde a un justo. 42 Asimismo, el que dé un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, porque es discípulo, no quedará sin recompensa: soy yo quien se lo digo.»

Prosiguiendo, veremos en la primera lectura que el profeta Amós es rechazado por la autoridad sacerdotal de Israel,  Amasías, sacerdote de Betel quien vela por los intereses del rey y no por los de Yehováh, por lo que se endosa una maldición extraordinaria que afecta tanto a su persona como a toda su descendencia, aunque este desenlace no forma parte de la porción de hoy, es necesario mostrar cómo los profetas eran repudiados en primer lugar por los supuestos conocedores que sabrían distinguir entre un falso y un verdadero profeta aunque esta cualidad no la tienen los que pervierten su corazón por intereses personales.

Maldición y bendición están delante de nosotros, lo que escojamos afectará a nuestra descendencia. Quien rechaza al profeta de Dios, a Yehováh mismo rechaza y pagará las consecuencias de sus extravíos. 

Para finalizar, el salmo nos muestra el corazón gozoso de un profeta que tiene su mirada continuamente gravitando en la presencia del Dios Altísimo. Está atento a la instrucción para   ponerla por obra, se deleita en la Ley del Señor. Al mismo tiempo nos muestra el corazón de quienes estamos como tierra preparada para recibir, retener y fructificar en Su Palabra en el Reino de Yehováh, agradecidos por su inmensa misericordia.

En el evangelio, Yeshúa envía a sus discípulos en el poder de Yehováh para sanar enfermedades, y liberar endemoniados. Esto es maravilloso, es un bien escaso. 

Las personas debían estar dispuestas a recibir el evangelio, alojando con gozo en sus corazones, las promesas del Altísimo Padre Creador, y por el impulso del Ruaj Hakodesh serian movidos a ofrecerles hospedaje, sabiendo que lo que portan los discípulos es sabiduría y poder de Yehováh que rompe con el dominio de satanás.

Sin embargo, habría ciudades enteras que simplemente no querían saber nada de la recibir el mensaje de salvación, por tanto, su incredulidad limitaría el poder de la fe en esas regiones.

La Palabra de Yehováh, solo puede ser recibida como semilla, por las personas que, como tierra buena, están dispuestas a retenerla hasta producir un árbol de abundantes frutos. Por otra parte, muchas personas que no quieren recibir nada del evangelio, se quedan sin liberación y sin sanidad.

El verso más conocido de la biblia se ubica en Juan 3, 16 y dice: tanto amó Yehováh al mundo que le entregó a su hijo único, para que todo aquel que crea en él, no se pierda, mas tenga vida eterna.  Quien no cree, simplemente rechaza el amor de Dios y por tanto se pierde la Vida Eterna.

En cuanto a la segunda lectura de hoy, se nos ofrece una postura totalmente antagónica a la primera lectura. Aquí se muestran los múltiples beneficios que reciben los Santos que han acogido el evangelio enseñado por los apóstoles de Yeshúa, se descubre la cortina podemos ver lo que significan los beneficios propios de ser profeta de Yehováh. Tenemos liberación, salvación y prosperidad plena. Estamos en nuestros tronos en lugares celestiales junto a Yehováh gozando de su presencia eternamente. Todo sacrificio en la vida presente no representa nada al computarlo con la shalom inagotable que nos aguarda en nuestro amado Yeshúa.

Todo esto y más será detallado en la hermenéutica que el Padre Eterno Yehováh de los ejércitos nos entrega a continuación……

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