Amados Feliz Año “שנה טובה” (Shanáh továh)
Bienvenidos al primer mes bíblico, número que identifica el carácter, la naturaleza y la voluntad de Yehováh, Nuestro Padre Creador. Ha llegado el tiempo designado para conocer la intencionalidad colectiva de nuestro amoroso Padre Yehováh de los ejércitos.
Durante este bendito mes, meditaremos la Cosmovisión de Nuestro Amoroso Padre Creador Yehováh para salvar a la Ekklesía Santa de Yeshúa, constituida del Pueblo Escogido que ahora está disperso por los cuatro puntos cardinales del planeta Tierra, llevando a cabo la obra de ganar almas para la Salvación en el Amado Yeshúa, Redentor crucificado por nuestros delitos (infracción a la ley de los hombres) y pecados (infracción a la ley de Yehováh Dios).
Al meditar en bloque las Escrituras asignadas por el Ruaj Hakodesh, caemos extasiados de rodillas al percibir que toda la organización de las lecturas es ejecutada por el mismo Dios, quien en el primero de los meses del año nos recuerda no solo que es Amor, sino que también persevera en el trabajo de llamar a los pecadores al arrepentimiento para que, por Yeshúa, tengan acceso a la vida que nunca perece.
Nuestra parte como Ekklesía consiste en comprometernos a dar nuestro mayor esfuerzo por perseverar con integridad en santidad, al cuidar y cultivar las almas bajo nuestra cobertura, al tiempo que asumimos con entereza la labor de llamar a la humanidad al Arrepentimiento y Conversión en Yeshúa, sin dejar de interceder por este propósito todos los días.
Amados hijos, solo contamos con el tiempo presente para llevar a cabo la obra encargada a la Ekklesía. El anhelo de nuestros corazones es que, a la vuelta de nuestro amado Yeshúa, seamos considerados como los siervos que, siendo fieles en lo poco, seamos dignos de ser promovidos para lo mucho en el Reino Milenial y el Reino Definitivo. Nadie más que nosotros mismos podemos aprovechar nuestra vida para el Reino o malgastarla entretenidos con el mundo.
Solo en el Yom Kippur serán separados los falsos de los auténticos discípulos de Yeshúa. Les rogamos, como hijitos amados, no tengan miedo de ser lumbreras que encandilan por vivir en sus clanes la práctica de la Cultura del Amor de Nuestro Padre Celestial Yehováh; al final, seremos dichosos con creces.
Seamos constantes cultivando y cuidando la viña de Nuestro Amado Señor y Dueño, esposo de la Ekklesía, Yeshúa Ha Mashíaj, que llegado el tiempo de la ciega indescriptible, Será la alegría para quienes han consumido sus vidas para llevar a cabo la voluntad del inmenso Amor que se propone la Salvación de las almas.
En este Año Nuevo renovados por Yehováh, les deseamos Shaná Továh en este Rosh Hashaná, que Ruaj Hakodesh nos ayude a todos a perseverar en la vida de Santidad.
SOLO HAY VICTORIA EN YESHÚA HA MASHÍAJ, AMÉN, AMÉN Y AMÉN. ÁNGEL MANUEL CORTEZ.