Versos del 1 al 6
La respuesta y acusación de Elifaz se observa en estos versos, no se impresionó por la elocuente dependencia de Job en YEHOVAH expresada en los capítulos anteriores.
Él respondió a Job con una aguda reprensión, acusándolo de vana sabiduría, de palabras inútiles y de disipar el temor.
Elifaz buscaba hacer desistir a Job de su autodefensa. “No está ayudando en nada Job. No te estamos escuchando. No nos estás persuadiendo”.
Estaba equivocado en su juicio sobre Job, pues Elifaz no podía ver la vida de oración secreta de Job, él era un hombre de piedad y oración como lo demuestra Job 1.
Elifaz insistía en que Job también se estaba condenando más a sí mismo cada vez que hablaba.
Esto es porque desde la perspectiva de los amigos de Job, las únicas palabras que Job debe hablar son palabras de humilde arrepentimiento por el pecado, que lo puso en ese lugar.
Versos del 7 al 13
Elifaz acusa a Job de falta de entendimiento, como lo vemos en estos versos, discutía sobre líneas similares a las que YEHOVAH hizo después con Job en los capítulos 38 y 39.
Ambos apelaron a Job al considerar que no sabía tanto, como pensaba. Sin embargo, lo que Elifaz se imaginaba y lo que DIOS sabía, era totalmente diferente a lo que Job no sabía.
Job no podía afirmar haber nacido primero que Adán, tampoco que había sido formado antes que los collados, menos afirmar que había escuchado,“¿ oíste tú el secreto de YEHOVAH?”.
Sin embargo, Job podía ciertamente afirmar saber más que lo que sabían sus amigos en esta situación.
Ellos “sabían” que Job era un pecador particular y de mala fama que necesitaba arrepentirse, Job sabía que no lo era, y que debía haber otras razones para su crisis.
Es importante recordar que Elifaz consideraba que las consolaciones de YEHOVAH eran el consejo de él y sus amigos.
Él asumió que si Job rechazaba su consejo, estaba rechazando también las consolaciones de DIOS. Por lo tanto, pensaba que Job había vuelto su espíritu contra DIOS.
Versos del 14 al 16
La impureza universal de la humanidad “¿Qué cosa es el hombre para que sea limpio, Y para que se justifique el nacido de mujer?.
He aquí, en sus santos no confía, Y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos; ¿Cuánto menos el hombre abominable y vil, Que bebe la iniquidad como agua?”.
a. “Qué cosa es el hombre para que sea limpio”, Job y sus amigos ya habían discutido sobre este punto, con Sofar (entre otros) acusando a Job de afirmar ser puro y limpio (Job 11,4).
Las propias admisiones de pecado de Job no sirvieron de nada para persuadir a sus amigos de que no solo sí era un pecador en un sentido general, sino que también debía ser uno en un sentido particular y perverso.
b. “Cuánto menos el hombre abominable y vil”, Elifaz parece tener a los ángeles en mente con la referencia a los santos en Vs 15.
Si YEHOVAH DIOS en sus santos no confía, entonces es totalmente lógico que tenga aún menos confianza en el hombre, que bebe la iniquidad como agua.
Versos del 17 al 26
El sufrimiento que viene sobre los malvados, se muestra en estos versos, una vez más, los amigos de Job apelan a la idea de traición y “todas las personas sabias saben esto”.
Hablan en términos de asociaciones de causa y efecto entre la perversidad humana y el juicio recibido y asumen que este principio siempre es verdadero en todos los casos, especialmente en el caso particular de Job.
Consideraban a Job como un impío, porque consideraban que solo los impíos sufren como él, estaba sufriendo en gran dolor, por lo tanto, debe ser uno de los impíos. Mientras más pronto confesara esto y se arrepienta, será mejor para él.
Por asociación, Elifaz claramente acusa a Job de esta arrogancia y desafío de prácticamente atacar a DIOS. Corrió contra él con cuello erguido, con la espesa barrera de sus escudos.
Versos del 27 al 35
Los versos presentan a continuación la certeza del juicio de YEHOVAH DIOS contra los perversos.
Elifaz poéticamente explicó que los perversos parecieran tener éxito por un tiempo, como lo hizo Job, pero su éxito es solo una ilusión.
Están solos, pobres, y en tinieblas, una verdadera descripción del presente estado de Job.
Ser gordo en ese mundo no era desagradable, Era la prueba de la prosperidad. Aquí Elifaz estaba admitiendo que los malvados sí prosperan, pero como dijo en Job 15, 29 “Su riqueza no perdurará”.
Había sabiduría en la descripción de los impíos y su destino de Elifaz.
El problema era que no aplicaba a Job y a su situación. Independientemente del hecho de que estas palabras no aplicaban en el caso de Job, constituyen una descripción magnífica de la espantosa locura del hombre que se rebela.
En esta manera indirecta, Elifaz acusa a Job de todo tipo de pecado incluyendo la hipocresía, soborno, provocación de problemas y mentir.
Era difícil convencer a Job y es difícil convencernos, de que esa vida justa y obediente había estado basada en culpa e hipocresía, que toda esta miseria era la compensación bien merecida, bien mesurada de una vida que era una mentira.
Conforme a la discusión que se profundiza vemos a los tres amigos convenciéndose más y más de que Job es su propio peor enemigo y que sus pruebas son completamente de su propia fabricación.