Versos del 1 al 4
La sucesión regular al trono de Judá cesó con el lamentado Josías. Joacab (Joacaz) no era el hijo mayor del difunto rey.
Johanán y Joacim eran mayores que él (1 de Crónicas 3, 15). Él fue coronado rey por elección popular, fue la preferencia de la multitud, no la designación de YEHOVAH DIOS.
Después de la derrota del rey Josías en batalla, el Faraón fue capaz de dominar a Judá y convertirlo efectivamente en un reino vasallo tributario o subyugado y un amortiguador contra el creciente imperio babilónico.
Condenó la tierra a pagar tributo y puso en el trono de Judá a un rey marioneta, un hermano de Joacaz (Eliacim, rebautizado Joaquim).
Versos del 5 al 8
Cuando comenzó a reinar Joaquim era de veinticinco años, no fue más que un rey títere que presidió sobre un reino vasallo sometido a los egipcios.
Impuso pesados impuestos sobre el pueblo y pagaba el dinero a los egipcios, como era requerido (2 de Reyes 23, 35).
Joaquim, como su hermano Joacab, no siguió el piadoso ejemplo de su padre Josías.
Nabucodonosor, rey del imperio de Babilonia, se preocupó por Judá debido a su posición estratégica en relación con los imperios de Egipto y Asiria.
Por lo tanto, era importante para él conquistar a Judá y someterla a su reino, como su vasallo, asegurando su lealtad a Babilonia.
Nabucodonosor subió contra Jerusalén porque el Faraón de Egipto invadió Babilonia.
En respuesta, el joven príncipe Nabucodonosor derrotó a los egipcios en Karkemis y luego persiguió a su ejército en retirada hasta el Sinaí.
En el camino o en el camino de regreso, sometió a Jerusalén, que había sido leal al Faraón de Egipto.
Esto sucedió en el 605 a.C. y fue el primero, pero no el último encuentro entre Nabucodonosor y Joaquim. Después habría dos invasiones (597 y 587 a.C.).
Según 2 de Reyes 24, 1-7 esto sucedió debido a que Joaquim se rebeló contra Nabucodonosor.
YEHOVAH DIOS no bendijo esta rebelión porque, aunque Joaquim fue un patriota del reino de Judá, no era un hombre sometido a YEHOVAH DIOS.
Estos pecados estuvieron entre las cosas que fueron encontradas en su contra.
Versos del 9 al 10
Joaquim hizo lo malo ante los ojos de YEHOVAH DIOS, continuó con la tradición de los reyes perversos de Judá.
El rey anterior de Judá (Joaquim) dirigió una revuelta contra Nabucodonosor.
Ahora el rey de Babilonia llegaba con sus ejércitos contra Jerusalén y Joaquim esperaba apaciguar a Nabucodonosor sometiéndose él, junto con su familia, y sus líderes al rey de Babilonia.
YEHOVAH DIOS permitió que Joaquín fuera tomado como cautivo a Babilonia.
En este segundo ataque contra Jerusalén, Nabucodonosor tomó los objetos que quedaban en el templo y en los palacios reales de Jerusalén.
La caída de Jerusalén no se produjo en una batalla catastrófica; ocurrió en etapas.
· La subyugación inicial de Nabucodonosor a la ciudad en 605 a.C.
· Destrucción de las bandas merodeadoras de Nabucodonosor de 601 a 598 a.C.
· El asedio y la caída de Jerusalén bajo el ejército principal de Nabucodonosor del 597 a.C.
· Nabucodonosor vuelve para destruir por completo y despoblar Jerusalén en el verano del 586 a.C.
Versos del 11 al 14
De veintiún años era Sedecías cuando comenzó a reinar.
Debido a que Nabucodonosor había humillado por completo a Judá, puso un rey en el trono que pensó que se sometería a Babilonia.
Escogió a este tío de Joaquín, que también era hermano de Joaquim.
Sedecías a los ojos de YEHOVAH DIOS, fue malo se mostró especialmente en que no se humilló delante del profeta Jeremías. En vez de escuchar a Jeremías y a los otros mensajeros de YEHOVAH DIOS, se burlaron y despreciaron el mensaje.
Jeremías nos cuenta que había muchos falsos profetas en esos días, que predicaban un mensaje de victoria y triunfo para Sedecías y él les creyó en vez de confiar en Jeremías y otros piadosos profetas como él. Por lo tanto, se rebeló asimismo contra Nabucodonosor.
Estos últimos reyes de Judá fueron todos malos y merecedores de juicio, pero no estuvieron solos en su pecado y rechazo a YEHOVAH DIOS.
Los principales, los sacerdotes y el pueblo también aumentaron la iniquidad, llevando a YEHOVAH DIOS y a Nabucodonosor al límite.
Versos del 15 al 17
YEHOVAH DIOS, grande en misericordia para con su pueblo, envió muchas advertencias, pero estas fueron rechazadas.
La grandeza de su misericordia hacia su pueblo se muestra en la expresión “envió constantemente Palabras a ellos por medio de sus mensajeros”.
Este trágico triple rechazo del mensaje de YEHOVAH DIOS y sus mensajeros selló el destino de Judá.
Ellos rechazaron el mensaje hasta que no hubo ya remedio y nada pudo hacer que el juicio de YEHOVAH DIOS diera marcha atrás.
Versos del 18 al 19
Habiendo rechazado al mensaje y a los mensajeros de su misericordia (2 de Crónicas 36, 15), YEHOVAH DIOS entregó a Judá a un líder y a un pueblo que no tuvo misericordia por su gente.
El énfasis está en la naturaleza completa de la destrucción que los babilonios trajeron sobre Jerusalén y su pueblo. Nada fue perdonado y todo fue destruido.
Quemaron la Casa de YEHOVAH DIOS, fue el final del gran templo de Salomón. Ahora era una ruina.
Permanecería una ruina por muchos años, hasta que fue humildemente reconstruido por los exiliados que regresaron en el tiempo de Esdras.
Los muros de Jerusalén, la seguridad física, ahora se encontraba destruida. Jerusalén ya no era un lugar de seguridad.
Los muros permanecerían en ruinas hasta que fueran reconstruidos por los exiliados que regresaron en los días de Nehemías.
Versos del 20 al 21
Esta fue la tercera gran ola de cautiverio, tomando a los que quedaban del pueblo excepto por los pobres de la tierra (2 de Reyes 25, 12).
Un cumplimiento de esto fue la toma de Daniel y sus compañeros en cautiverio. Daniel era uno de los descendientes del rey llevados al palacio del rey de Babilonia (Daniel 1, 1-4).
Los persas (junto con los medos) conquistaron a los babilonios en el 539 a.C. y al pueblo judío solo se le permitió regresar a sus tierras natales después de que los persas llegaron al poder.
YEHOVAH DIOS había ordenado a Israel que respetara el Sabático de la Tierra, permitiéndole descansar cada siete años (Éxodo 23, 10-11).
El pueblo de Judá había negado a la tierra sus Sabáticos por un periodo de alrededor de 490 años, lo que significaba que le “debían” a la tierra 70 años sabáticos y para cumplir los setenta años YEHOVAH DIOS recuperó los años durante el exilio en Babilonia.
Versos del 22 al 23
YEHOVAH DIOS le dio al rey persa un sentido de urgencia sobre esto y la liberación del exilio fue concedida el primer año de su reinado, cuando YEHOVAH DIOS despertó su espíritu.
Este notable reconocimiento de la mano de YEHOVAH DIOS sobre su vida, puede estar conectado con las notables profecías sobre Ciro en Isaías 44, 28-45.
El mandato de Ciro no solo permitió el regreso del pueblo exiliado, sino también reconstruir un Templo destruido.
Los libros de 1 y 2 de Crónicas terminan con este maravilloso y notable estímulo para regresar y reconstruir Jerusalén.
Este fue el necesario y útil estímulo para los primeros lectores de Crónicas, dejándoles ver su conexión con el plan más amplio de YEHOVAH DIOS para las eras.
Al final, por lo tanto, el final es también un nuevo comienzo. Las promesas de YEHOVAH DIOS continúan a lo largo del exilio a través de su propia generación y hacia el futuro.