Las tribus de Israel que se establecieron al este del Río Jordán.
Versos del 1 al 10
Rubén primogénito de Israel, como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados.
Esto responde la pregunta, “Si Rubén era el primogénito, ¿por qué no fue nombrado al principio?”.
Fue debido al pecado descrito en este verso, el cual descalificó a Rubén de ser el primero entre los hijos de Israel.
Los agarenos eran tribus de Nómada o Scenite, árabes, personas que vivían en tiendas, sin vivienda fija y cuya propiedad consistía en ganado.
Los descendientes de Rubén extirparon a estos agarenos, tomaron sus propiedades y sus tiendas y moraron en su lugar.
Versos del 11 al 22
Vemos aquí los descendientes de Gad.
Cuando estos hombres de Gad hicieron lo que YEHOVAH DIOS los llamó a hacer, ellos confiaron en ÉL en medio de la guerra.
Debido a que ellos esperaron en YEHOVAH DIOS, el Altísimo los libró en la batalla.
Esto describe las guerras únicas del juicio al que YEHOVAH DIOS llamó a Israel, para que llevara a los Cananeos, cuando llegaron a la Tierra Prometida.
Esta fue una guerra de exterminio en cuanto al estado político del pueblo, que nadie puede justificar excepto por una dirección especial de YEHOVAH DIOS.
Nunca se podría dar contra nadie, a menos de que la copa de su iniquidad se haya llenado. Los agarenos estaban llenos de idolatría.
Versos del 23 al 26
Aquí se presenta la Media tribu de Manasés, estos colonos originales de la tribu oriental de Manasés eran hombres osados y consagrados.
Su deseo por establecerse al este del Río Jordán, no reflejó un deseó impío por su parte.
A pesar del buen comienzo de la tribu oriental de Manasés, así es como terminaron.
Su distancia del pueblo de Israel en general y la vida espiritual de la nación en particular, parecieron debilitar su devoción por YEHOVAH DIOS y fortalecer su atracción por los dioses de los pueblos de la tierra.
Los versos restantes del capítulo 5, describen una temprana campaña militar en donde YEHOVAH DIOS recompensó su Fe y sus Oraciones.
Fueron recompensadas, con una gran victoria sobre los ismaelitas y su posterior deportación a Asiria, como resultado de su apostasía colectiva.