Versos del 1 al 3
Tabernáculo de mishkan, “morada“, palabra derivada de shakan, “habitación“ o “morada“.
Este vocablo está relacionado con “Shekinah”, la gloriosa presencia de YEHOVAH DIOS en el Lugar Santísimo.
Hoy se podría traducir mejor la palabra “Tabernáculo” como “tienda” o “habitación“.
Éste capítulo se ocupa de las indicaciones para hacer el “Tabernáculo”. Éste constaba de dos partes principales.
Un recinto cuadrangular de 30 codos de largo por 10 codos de ancho y 10 de alto o sea 13,34 m por 4,45 m por 4,45 m (43,9 x 14,7 pies); abierto en un extremo.
Los tres lados estaban hechos de tablas de acacia recubiertas de oro. Esto era el Tabernáculo propiamente.
Una tienda de pelo de cabra, probablemente plana en su parte superior, estaba extendida sobre el Tabernáculo.
En lugar de la palabra “cubierta”, debería aparecer “tienda“, o toldo también es apropiado, notará que entre los versos del 7 al 14 se intercambian lo que causa dificultad para hacer la imagen mental.
Por encima de la tienda de pelo de cabra iban una cubierta exterior de “pieles de carnero teñidas de rojo“, o sea pieles de carnero curtidas, y una cubierta de “pieles de tejones”.
Las partes secundarias de la estructura eran:
1. Las “basas”, donde se apoyaban las tablas verticales que encerraban el tabernáculo.
2. Las “barras”, que se usaban para unir estas tablas.
3. El “velo” o la cortina que se extendía de un lado al otro del tabernáculo para dividirlo en dos ambientes.
El primero, el “Lugar Santo” o “el Primer Tabernáculo“, era dos veces más largo que el “Lugar Santísimo” (Éxodo 26, 15-25. 33; 1 Reyes 6, 16-20; Hebreos 9, 2-7).
Medía 20 codos de largo por 10 de ancho, o sea 8,89 m x 4,46 m (29,2 x 14,7 pies).
El “Lugar Santísimo” (Hebreos 9, 3) medía 10 codos de largo por 10 de ancho, son 4,5 m x 4,5 m (14,7 x 14,7 pies).
4. Una “cortina” para cubrir el frente, donde el Tabernáculo no tenía tablas.
Al referirse a las “diez cortinas de lino torcido”. Unidas entre sí, éstas formaban la primera de las cuatro “cubiertas” y constituían algo así como el cielo raso de las dos habitaciones.
Estas cortinas medían dos codos menos que las cortinas exteriores, debido a lo cual la cubierta interior era, de cada lado del Tabernáculo, un codo más corta que las exteriores.
Cada cortina tenía unos 12,45 m de largo por 1, 78 m (40, 1 x 5,1 pies) de ancho. Desde afuera, el Tabernáculo no era especialmente atrayente, pero por dentro era de una exquisita belleza, con su oro y sus “cortinas” de azul, púrpura y carmesí y sus querubines bordados.
Versos del 4 al 6
La unidad es muy importante para YEHOVAH DIOS.
Esta construcción nos enseña que hace falta unirse para poder ser un templo en YEHOVAH DIOS.
Si una persona que ha nacido de nuevo no busca las cosas de arriba, sino sus propios intereses, también causa divisiones.
La única manera de mantenernos unidos, es que todos busquemos el Reino de YEHOVAH DIOS por medio del Espíritu que nos ha sido dado.
Versos del 7 al 13
Como el Tabernáculo corresponde al hombre cada cubierta representa una parte del hombre.
La primera cubierta, la interior, representa el hombre interior.
La segunda, de pelo de cabras, podría representar el “yetser hará” es la mala inclinación.
La cabra en las Escrituras representa los demonios y hombres rebeldes (Isaías 13, 21; Mateo 25, 31-46). Dentro de cada persona hay una parte maligna, el pecado.
Los árabes todavía usan el pelo de cabra para tejer sus tiendas.
Era el pelo de cabra el que le daba al santuario su solidez y lo protegía en tiempo de humedad o tormenta.
Estas “cortinas” medían dos codos más que las cortinas interiores de lino, es decir, tenían unos 13,34 m (43,1 pies) de largo.
Puestas por encima del tabernáculo, llegaban hasta las “basas” de plata a cada lado del Tabernáculo (Vs 19).
Proporcionaban amplia protección para la pared posterior del Tabernáculo y también para la parte superior del frente.
Versos del 14 al 25
Las “Pieles de carneros”, esta “cubierta” del tabernáculo debía estar por encima de las “cortinas de pelo de cabra” para asegurar la máxima protección posible contra las inclemencias del tiempo.
No se da el tamaño de esta cubierta, pero debe haber sido lo suficientemente grande como para cubrir las cortinas de pelo de cabra.
Esto podría simbolizar el sacrificio sangriento del Mesías, que cubre la naturaleza pecaminosa del hombre.
El Tabernáculo era muy hermoso por dentro, pero no muy bonito por fuera. Así es el Reino de los Cielos, no es muy atractivo para el mundo, pero cuanto más uno profundice, más riquezas encuentra.
Las “Pieles de tejones” era una cubierta exterior duradera y a prueba de agua. No era particularmente hermosa para verla, pero era extremadamente confortable.
Dice “Y harás tablas”, eran de unos 4,45 m de largo por unos 66 cm de ancho (14,7 x 2,2 pies).
Se mantenían en pie haciendo calzar las dos “espigas” de cada tabla en dos “basas” de plata. Las tablas estaban recubiertas de oro.
Las “Cuarenta basas”, cada una pesaba un talento, o sea 34,2 kg. (75 libras y 6 onzas). Cada una equivalía a un cubo de plata de 14,7 cm de lado.
Las “basas” estaban puestas una al lado de la otra sobre el suelo y formaban de ese modo un fundamento ininterrumpido para las paredes de tabla.
Otras cuarenta “basas” eran para el lado norte, 16 para el lado oeste y cuatro para las columnas entre los dos compartimentos, o sea un total de cien “basas”.
Versos del 26 al 29
Para mantener las tablas en su lugar y para reforzar las paredes, debían hacerse “cinco barras” para cada lado y para el extremo occidental.
Cuatro de ellas, debían pasar por “anillos” asegurados a las tablas. La quinta “barra”, o central, en cada pared debía pasar por el centro de las tablas.
Es probable que las cuatro barras visibles hayan estado del lado exterior del Tabernáculo.
Una de las barras estaba metida en medio de todos los maderos. Esto significa que todos los maderos estaban perforados. Una vara de 30 codos, (15 metros), atravesaba la pared larga.
La vara simboliza el Mesías quien unirá a todas las naciones del mundo.
En total había tres (3) varas que atravesaban las tres paredes del tabernáculo.
Nos habla de la muerte del Mesías cuando su cuerpo fue clavado al madero con tres clavos, uno para cada brazo y uno para los dos pies.
Versos del 30 al 33
Cuando dice “Un velo” debía de ser el mismo material y de la misma artesanía que las “diez cortinas” que formaban la cubierta interior del cielo raso y de las paredes del Tabernáculo y también debía de tener bordadas en hilo de oro y plata las figuras de los querubines.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “velo” es “parojet”, significa “partición”, “separación”, el velo simboliza el cuerpo del Mesías.
El “velo” debía colgar “sobre cuatro columnas“.
Poseía una “cortina” para la “puerta del tabernáculo” estaba suspendida de “cinco columnas”.
El velo interior no llegaba hasta el cielo raso sino que permitía que la Gloria de YEHOVAH DIOS, manifestada sobre el lugar del Perdón, fuese parcialmente visible desde el Lugar Santo.
Las cuatro columnas tenían “capiteles” de oro y descansaban sobre “basas de plata”, al igual que las tablas de las paredes.
Los “corchetes” eran ganchos o espigas que sostenían el velo.
El Sumo Sacerdote era el único que pasaba dentro del velo que separaba al Lugar Santo del Lugar Santísimo y no lo hacía sino una vez al año, en el día de la Expiación.
Versos del 34 al 37
La “cortina” cubría el extremo oriental del Tabernáculo o sea la entrada. Las figuras de esta pantalla fueron hechas mediante labor de aguja. Las figuras eran por tanto idénticas en los dos lados.
Hay diferentes opiniones en cuanto al techo del Tabernáculo. Algunos piensan que era plano, mientras otros creen que era un techo a dos aguas. Las pruebas, disponen favorecen la primera posición.
Las cortinas exteriores tenían 15 cm de largo, la longitud exacta requerida para formar un techo plano y bajar cada lado, cubriendo así las paredes de tablas recubiertas de oro.
Un techo a dos aguas hubiera requerido una porción mayor del cortinado para cubrir el techo y hubiera dejado una porción proporcionalmente menor para cubrir los costados.
De esta manera, hubiera quedado al descubierto cierta parte de las tablas recubiertas de oro. En todos los otros casos, el oro se reservaba para el interior de la estructura.
El hecho de que la cortina interior tuviese dos codos menos que los tres exteriores, implica que las cubiertas exteriores debían protegerla y probablemente alcanzaban casi hasta el suelo.