Versos 1 al 14
Israel no sospechaba que “el hombre” de quien hablaban era su hijo José, el que constantemente está en su memoria. En el fondo, culpaba a sus hijos por su “muerte”.
En esta parte del relato, comenzamos a ver señales de “Arrepentimiento” por lo que le habían hecho a José, no sólo de parte de Rubén, sino también de Judá.
Prácticamente, estaban obligados a sufragar las demandas de José, porque si Jacob no los dejaba ir, iban a morir todos por el hambre, incluyendo a Benjamín. Por lo tanto, no tuvo más opción que dejarlos ir.
Ahora bien, la estrategia que nunca le había fallado, no podía faltar, nos referimos al “soborno”, los envió con regalos para el gobernador, además del doble de dinero, por lo que les había sido devuelto.
Noten aquí, el valor del consejo del primogénito, Israel no escuchó a Rubén porque estaba descalificado igual que Simeón y Leví, entonces prestó atención a Judá porque este pasó a ser el primogénito.
Estaba poniendo su vida en la línea de fuego, seguramente a éste lo protege YEHOVAH DIOS, puesto que es el portador de la promesa.
Ellos, tomaron el doble del dinero y fueron a Egipto para comprar grano y la voluntad del líder egipcio.
Cuando los diez (10) hermanos partieron a Egipto, se llevaron el doble del dinero. Esto responde exactamente a las veinte (20) piezas de plata por las que vendieron a José. Las palabras plata, dinero o cobres son las mismas.
Supuestamente, Simeón había quedado como “garantía”, pero no regresaron por él, le hicieron lo mismo que a José, lo abandonaron. Pero, necesitaban alimento y por eso regresaron a Egipto.
Versos 15 al 24
La reacción de José al ver a Benjamín fue de conmoción, confirmó que su hermanito estaba vivo, como habían cumplido lo demandado, los atendió a todos espléndidamente.
Es posible, que José haya invitado a sus hermanos a su casa para que no se fueran, porque, si se les proporcionaban los alimentos, ellos, se marcharían rápido. Pero, José no quería perder la oportunidad de conversar con ellos.
Desde la perspectiva de los hermanos, todo pintaba demasiado bueno para ser realidad. Todavía tenían sospechas, así que prepararon los regalos que traían para ganarse el favor de José.
Los hermanos, esperaban ser puestos como esclavos por robarse todo. Sin embargo, José les trata con gentileza. La bondad de José va a ganar más de ellos, recibieron las Bendiciones sin saber quién era.
Versos 25 al 34
Aquí, vuelve a cumplirse el sueño que tuvo con sus hermanos inclinándose ante él. Todo se estaba cumpliendo, según el “Plan de YEHOVAH DIOS”.
En ese momento, José volvió a preguntarles sobre su padre y también se conmovió cuando tuvo la oportunidad de tratar con su hermano menor.
José, les dio pistas para que lo reconocieran, sentándose a la mesa en el orden de nacimiento. Pero ellos, no dedujeron nada, no quisieron equivocarse.
José, no podía comer con sus hermanos, porque en ese momento Egipto era una de las sociedades más racistas del mundo.
Ellos, tenían la creencia de que los egipcios vinieron de los dioses y todos los demás pueblos provenían de orígenes menores.
No había absolutamente ninguna mezcla social con los extranjeros, en el Egipto de la época de José.
En esto consiste la sabiduría de YEHOVAH DIOS, traerá a toda la familia de Israel a Egipto, donde estarían en aislamiento de la gente de los alrededores, por unos pocos cuatrocientos (400) años. Se multiplicaron entre ellos, pasando a ser millones.
Si YEHOVAH DIOS les hubiera permitido permanecer en Canaán, se habrían limitado a emparentar con los pueblos corruptos e impíos de Canaán.
José, quería probar cómo los hermanos reaccionan cuando el hermano menor Benjamín, se vio favorecido, porque, enfurecían mucho cuando José se vio favorecido por su padre.