En este capítulo 36 encontramos la genealogía de Esaú. Él se casó con dos mujeres heteas y luego con una hija de Ismael.
Debido a que él se casó en yugo desigual con mujeres cananeas, eso trajo conflicto con sus padres.
Por si fuera poco, posteriormente Esaú tomó por mujer a la hija de Ismael, con quien Isaac había tenido conflicto en su niñez.
Las escrituras sagradas no afirman si Esaú lo hizo a propósito, para indignar a sus padres, o si fue simplemente por falta de discernimiento. Lo verídico es, que esos matrimonios dispares abrieron una brecha mayor entre Esaú y su familia.
Por otra parte, uno de los descendientes más sobresalientes de Esaú es Amalec, quien era un hijo ilegítimo del primogénito de Esaú, Elifaz (Génesis 36, 12).
Históricamente, los descendientes de Amalec han tenido un eterno conflicto contra los israelitas. Cuando los israelitas salieron de Egipto, los amalecitas los atacaron en el camino hacia el Monte Sinaí.
Evidentemente que este ataque fue sin provocación alguna, pues no estaban ni cerca de donde ellos vivían. No sólo eso, sino que atacaron a los más débiles, a los niños y ancianos.
Muchos años después, un descendiente de Amalec, llamado Hamán, intentó aniquilar a todos los judíos que vivían en Persia en tiempos de Ester, pero YEHOVAH DIOS los salvó milagrosamente.
Desde el principio, YEHOVAH DIOS se levantó en contra de Amalec, por lo que hizo a Israel. El Señor determinó que llegará el día en que borrará el nombre de Amalec por su espíritu anti-Israel.
Luego de la muerte de Isaac, Esaú decidió no quedarse en la Tierra Prometida.
La causa de su salida de la Tierra Prometida es un paralelo a la de Lot, cuando se separó de Abraham para buscar “mejores pastos”, terminando en Sodoma.
Todavía en su edad adulta, sigue haciéndose palpable el rechazo de Esaú por la herencia que YEHOVAH DIOS les había dado.