Versos 1 al 2
Para empezar, colocamos un fundamento, las promesas de YEHOVAH DIOS son semillas que deben sembrarse, cultivarse y cuidarse, mientras se fortalecen las raíces, se levanta el árbol y comienza a dar sus frutos transcurriendo un tiempo de espera.
En el caso de Abraham, fueron veinticinco (25) años para ver el cumplimiento de su descendencia a partir del vientre de su esposa Sara. No sólo la espera fue larga, sino que atravesó circunstancias que parecían poner en riesgo el cumplimiento de la promesa.
Pero cuando YEHOVAH DIOS promete, ÉL cumple, porque para ÉL nada es imposible (Génesis 18, 14; Jeremías 32, 17.27; Lucas 1, 37).
Versos 3 al 7
Por fin, se materializaba el primogénito de la Promesa, aunque Ismael tenía catorce (14) años, cuando nació Isaac, no cuenta en términos de la promesa porque Ismael es el recordatorio de lo que trata este libro.
Solo hay dos caminos, la Obediencia o la Desobediencia, Ismael es el resultado del segundo camino, YEHOVAH DIOS nos muestra que nuestras decisiones carnales tienen su consecuencia.
Ahora bien, aunque Ismael representa una imagen torcida de la desobediencia, al final ambos Árboles en el Jardín fueron creados por Yehovah, solo que la simiente, recta camina de continuo en su presencia, posee claridad de propósito, mientras la simiente del hombre busca desplazar por la fuerza al de la promesa, quiere ser reconocido por medio de una lucha con obstinación.
Por su parte, Sara estaba feliz, todos le felicitaban, había edificado su casa dando descendencia a su marido, lo que le traía elogios de todos en la comunidad porque YEHOVAH DIOS le favorecía y definitivamente el niño debía llamarse risa porque eso fue lo que representó para su madre, un gran gozo.
Versos 8 al 21
Como contrapartida, resultaba difícil para Abraham satisfacer la demanda de Sara, ahora bien, en Oriente como lo hemos explicado la herencia va más allá de un tema material.
La herencia es el derecho y la obligación de tomar el testigo, para seguir dando cumplimiento del llamado que han recibido los Padres y que estos han recibido de YEHOVAH DIOS.
Heredar la promesa involucra, el Carácter, el Llamado, la Santidad, el Sacerdocio, el Gobierno, y lo más importante las Cualidades Espirituales para iniciar la carrera en la distancia en que los padres son convocados al reposo.
El techo de los Padres se constituye en la tarima de los hijos, eso de empezar de cero es un invento pagano, hasta el mismo Adán en el momento en que fue creado, ya había heredado un Jardín que no plantó él, con el compromiso de labrarlo para hacerlo fructífero y extenderlo por toda la tierra.
Como era de esperarse, Abraham buscó el respaldo del Altísimo para llamar a Sara al orden, pero solo consiguió que YEHOVAH DIOS le hiciera saber, que en todo aquello que él dio poder a su mujer por encima de sí, ella era cabeza.
Y ahora, a Abraham le tocaba sujetarse, porque con respecto a Agar, él no consultó previamente a quien es su cabeza YEHOVAH DIOS.
Como era de esperarse, el TODOPODEROSO hizo de Ismael un hombre prominente y poderoso padre de los Ismaelitas, porque portaba también la simiente del Patriarca Abraham, con quien había hecho un Pacto que trasciende todo tiempo.
Versos 22 al 34
En otro orden de ideas, la prosperidad de Abraham, era sin medida en el país de los Filisteos y todos atestiguan que era obra de su DIOS, pues el esposo de Sara caminaba en Rectitud y Santidad.
No es de extrañar la preocupación de Abimelec, fue con su Ministro de Defensa, estaba literalmente aterrorizado por el poderío económico y social que el hebreo extranjero representaba para el equilibrio en la región.
Literalmente, Abraham era más poderoso que Abimelec, sin embargo, YEHOVAH DIOS fue enfático, serían sus descendientes quienes tomarían posesión de la tierra, por el contrario él hubiese podido poner en sitio a Abimelec.
Finalmente, hizo un Pacto de Paz y pidió respetuosamente le fuese devuelto un pozo de su propiedad, porque Abraham en este periodo de su vida, había aprendido a caminar rectamente en Adoración, Obediencia y Servicio a YEHOVAH DIOS.