Versos del 1 al 11
Confesión del pecado y súplica. Dos veces en el mismo poema se reconoce la paternidad de Dios, aquí y en Isaías 63,16.
Apelando a esta paternidad se vuelve al tono de la súplica (vs 8.11).
La oración es realizada por el remanente que continúa con la petición que YEHOVAH intervenga desde los cielos, confiando en Su Padre que actuará a su favor.
YEHOVAH responde la oración del hombre justo, que vive en la justicia y rectitud del camino estrecho marcado en Su Palabra de vida.