Versos del 1 al 8
Reino de la justicia. El profeta ansía, como todo el pueblo, un gobierno justo.
La experiencia cotidiana es que los reyes y gobernadores no han desempeñado su papel con justicia.
Algunos comentaristas atribuyen a este pasaje características mesiánicas, ya que el Mesías será el único que podrá ejercer su mandato desde la Verdadera Justicia.
Se nota en todo el pasaje la descomposición e inversión de valores que se vive en la época de Isaías.
Versos del 9 al 20
Contra las mujeres frívolas. Restauración. De nuevo como en Isaías 3, 16-24.
Las mujeres son objeto de reprensión, recordemos que mujer simbólicamente es Ekklesía.
Después de los reproches y anuncio de desolación, viene un anuncio esperanzador sobre la efusión del Espíritu (Joel 3, 1-2), cuya presencia será el inicio de una nueva era, tal vez de una nueva creación.
El Espíritu, según la mentalidad Bíblica, renueva la faz de la tierra (Salmo 104, 30).
Básicamente este capítulo nos indica cuándo Yeshúa venga como Justo Juez, con barra de hierro como lo determina Apocalipsis.
Vendrá restableciendo el orden moral en todos los estratos, erradicará la iniquidad, ya no se llamará a lo bueno malo y a lo malo bueno.
Una fuerte reprensión aguarda a la Ekklesía tibia, que se convirtió en lámpara que no alumbra y en sal que no da sazón.
Descuidó la enseñanza de los mandamientos, la práctica de la piedad, la defensa doctrinal que denuncia toda enseñanza que viene del maligno.
Como consecuencia no hay frutos de santidad en la generación que se levanta, esta Ekklesía será echada al fuego, será vomitada.
En contraste, para el remanente de la Ekklesía fiel, que es hallada en el puesto de guardia, mujeres de lámpara encendida.
Viene el renuevo del Espíritu que le promueve a un mayor nivel de Gloria, en la presencia de su Hacedor, fructificando por doquier.
Levantando comunidades, llenas de la verdadera paz y seguridad, porque su Cultivador y centinela protector es el Ángel del Señor YEHOVAH de los ejércitos.