Este Salmo tiene por título, “Al músico principal, sobre Neginot. Salmo de Asaf. Cántico”.
Asaf era el gran cantor y músico de la era de David y Salomón (1 Crónicas 15, 17-19; 16, 5-7; 25, 6; 2 Crónicas 29, 13).
1 Crónicas 25, 1 y 2 Crónicas 29, 30 añaden que Asaf era un profeta en sus composiciones musicales.
Este Salmo celebra una gran Victoria de DIOS por parte de Su Pueblo y aquellos que lo conectan con la derrota de Senaquerib (Isaías 37, 36,) atribuyen el Salmo 76 a un Asaf posterior o a alguien que era el descendiente literal o espiritual del Asaf de los tiempos de David y Salomón.
Versos del 2 al 4
La grandeza de DIOS en Sión, Asaf felizmente proclamó que YEHOVAH DIOS era conocido en Judá y que en Israel es grande Su Nombre.
DIOS recibiría la alabanza que se le debe entre Su pueblo.
YEHOVAH DIOS tiene una conexión más allá con Israel, es en su tierra donde ÉL eligió el hacer su habitación y establecer su Tabernáculo.
La mención de Asaf del Tabernáculo, pudiera ser una referencia de la historia o quizás de manera poética, pero es más probable que el Tabernáculo fue llevado a Salem, a la ciudad de Sión, cuando David llevó el arca del pacto allí (2 Samuel 6).
“Salem” era el nombre antiguo para “Jerusalén” (Génesis 14, 18; Hebreos 7, 1-2,).
Jerusalén se convirtió en el centro de Israel cuando David conquistó la ciudad y trajo paz hacia la ciudad de paz (2 Samuel 5, 6-10,).
En muchas maneras antes y después, YEHOVAH DIOS quebranta las armas de aquellos que se ponen en contra de Él y de Su pueblo.
Versos del 5 al 7
Alabanza para YEHOVAH DIOS triunfante, Asaf pensó en la belleza y en la generosidad de los montes de caza, el lugar suficientemente remoto y salvaje para albergar a los animales salvajes.
Sabía que el Señor DIOS era más glorioso y más poderoso que estos hermosos lugares.
Nos imaginamos a Asaf incursionando en lo alto de las montañas, en donde la cabra montés, la cabra salvaje y otros animales salvajes viven.
Él estaba aturdido por su hermosura, pero pasó a pensar, “Nuestro YEHOVAH DIOS es más glorioso y excelente que esos montes”.
El Señor que es más grande que los montes, también ayudó a Su pueblo en la batalla, ayudó al confundir a sus enemigos, quienes durmieron su sueño.
Versos del 8 al 10
El Temor del Señor, Asaf pensó en la importancia de dar honor y reverencia, un temor saludable, hacia el gran DIOS.
Enfatizó el aspecto personal de ello, que YEHOVAH DIOS mismo es temible, más que las cosas que puede hacer.
El Hebreo es simple, pero muy enfático “attah nora attah”, “¡Que terrible, eres tú!”, la repetición del pronombre profundiza en el sentido.
Nuestro respeto y reverencia hacia YEHOVAH DIOS va más allá de la admiración por Su grandeza, también está conectado a nuestro conocimiento de Su justicia, Su poder, y Su autoridad como Juez.
Nosotros entendemos que YEHOVAH DIOS es el mejor y el peor enemigo.
YEHOVAH DIOS utiliza Su justo poder, no primordialmente para defenderse a Sí mismo, sino para salvar a todos los mansos.
Tiene cuidado por el pobre y necesitado y cada mal será corregido o recompensado cuando YEHOVAH DIOS se levante para juzgar.
Versos del 11 al 13
Honrando al DIOS que gobierna, sobre todo, Asaf acaba de considerar los juicios de YEHOVAH DIOS y en cómo utiliza Sus juicios para librar a los humildes (Verso 10).
Con esto el Salmista ve la sabiduría sin igual y la providencia de YEHOVAH DIOS, quien puede obrar todas las cosas en unidad de una manera tan maravillosa, que ÉL hará que la ira del hombre le traiga alabanza.
YEHOVAH DIOS aún se adornará a Sí mismo con las “sobras” de la ira del hombre en contra de Él y de Su pueblo.
Esto de ninguna manera justifica la ira del hombre, pero si muestra la grandeza incomparable de DIOS.
Asaf sacó una conclusión lógica de los hechos presentados, si YEHOVAH DIOS es así de grande, entonces nosotros le debemos nuestros votos hacia ÉL y los votos hechos deben de ser llevados a cabo.
Nosotros podemos y debiéramos de honrar a YEHOVAH DIOS con más que nuestros votos. En una sumisión humilde debemos de traerle ofrendas al Temible, dándole a ÉL nuestras primicias y lo mejor.
Aun los príncipes y los reyes de la tierra pueden y debieran ver con asombro a este gran DIOS, ellos deben guardar sus votos hacia ÉL y traerle ofrendas para honrarle.
Nadie está excluido de la reverencia y alabanza del gran DIOS y Rey.