Versos del 1 al 3
Nabucodonosor usó un método común de ataque en aquellos días contra las ciudades amuralladas, la sitió y levantó torres.
Un sitio, tenía la intención de rodear a una ciudad, impedir todo negocio e intercambio de entrar o salir de la ciudad y eventualmente matar de hambre a la población hasta que se rindiera.
Este era el objetivo del sitio. Esto indica que Nabucodonosor y los Babilonios estaban en ese punto de victoria sobre Jerusalén.
El año y medio de sitio puede ser debido a la ausencia de Nabucodonosor en Ribla y su preocupación por contener los puertos Fenicios y su alerta contra la potencial intervención de Egipto para ayudar a Sedecías (Jeremías 37, 5.11).
Versos del 4 al 7
En este punto desesperado para Judá en el sitio de Jerusalén, Sedecías hizo un último intento por escapar de la sujeción del sitio total que estaba por tener éxito.
Planearon abrir secretamente una brecha a través de los muros de la ciudad y las líneas de sitio de los Babilonios, usando una táctica de distracción.
Esta era una distancia considerable desde Jerusalén. Sedecías probablemente pensó que esta estrategia fue exitosa y que había escapado al juicio que los profetas como Jeremías le habían prometido.
Sin embargo, la Palabra de YEHOVAH DIOS demostró ser verdadera cuando él fue capturado en las llanuras de Jericó.
Parece irónico que aquí, en el mismo lugar donde Israel tocó por primera vez la Tierra Prometida, el último de los reyes Davídicos fue capturado y su monarquía destruida.
Aquí, donde Israel experimentó su primera victoria, cuando los muros de Jericó cayeron ante el desarmado ejército que confió en YEHOVAH DIOS, fue la escena de su última derrota.
Los Babilonios no eran conocidos por ser crueles como los Asirios, que conquistaron al reino de Israel del norte unos 150 años antes, pero aun así eran expertos en crueldad en su propio derecho.
Ellos se aseguraron de que la última imagen del Rey Sedecías (Sedequías) fuera el asesinato de sus propios hijos, y luego pasó el resto de su vida en oscuridad.
Se cumplió la misteriosa promesa de YEHOVAH DIOS hecha a través de Ezequiel sobre Sedecías poco antes de la caída de Jerusalén.
“Mas yo extenderé mi red sobre él, y caerá preso en mi trampa, y haré llevarlo a Babilonia, a tierra de caldeos, pero no la verá, y allá morirá” (Ezequiel12, 13).
También cumplió la profecía de Ezequiel que Sedecías sería tomado a Babilonia, pero no la vería (Ezequiel12, 13).
Los prisioneros ciegos eran algo poco común (Jueces 16, 21), la mayoría eran puestos a trabajar.
Si Sedecías hubiera prestado atención a la palabra del profeta, se hubiera salvado a sí mismo y a Jerusalén (Jeremías 38, 14-28), iba morir en Babilonia (Ezequiel 12, 14).
Versos del 8 al 10
El gran templo de Salomón ahora eran ruinas y permanecería en ruinas por muchos años, hasta que fuera humildemente reconstruido por los exiliados que habían regresado en los días de Esdras.
El Talmud declara que cuando los Babilonios entraron al templo, tuvieron ahí un festejo de dos días para profanarlo, luego, en el tercer día, prendieron fuego al edificio. Además agrega que el fuego ardió todo ese día y el siguiente.
Así el templo fue destruido en el onceavo año de Sedecías, el diecinueveavo de Nabucodonosor, el primero de la Olimpiada, en el año ciento sesenta de la era de Nabonasar, cuatrocientos veinticuatro años tres meses y ocho días del tiempo en el que Salomón puso su primera piedra.
Los muros de Jerusalén, la seguridad física de la ciudad, ahora estaba destruida. Jerusalén ya no era un lugar de seguridad y confianza.
Los muros permanecerían en ruinas hasta que fueran reconstruidos por los exiliados que regresaran en los días de Nehemías.
Nabuzaradán capitán de la guardia, el título en Hebreo es literalmente “el verdugo principal o el asesino”.
Metódicamente, comenzó a demoler la hermosa ciudad, quemando el palacio y los edificios principales, rompiendo las murallas y destruyendo el templo.
Versos del 11 al 17
Esta era la tercera ola principal de cautiverio, tomando a todo el pueblo que quedaba, excepto a la gente común.
Cuando el pueblo que quedaba estaba siendo llevado cautivo a Babilonia, también lo fueron los artículos valiosos que quedaban en el templo.
Jerusalén fue desolada, completamente saqueada bajo el juicio de YEHOVAH DIOS.
Jeremías 52, 17-23 es un inventario detallado de todo lo que los Babilonios tomaron del Templo.
Versos del 18 al 21
Estos últimos líderes de Jerusalén y Judá también fueron capturados y asesinados. El rey de Babilonia tenía lo que parecía ser gobierno total sobre el antiguo Reino de Judá.
Esta era la tierra que YEHOVAH DIOS le había dado a su pueblo, las tribus de Israel. Ellos habían poseído esta tierra por alrededor de 860 años, la tomaron por Fe y Obediencia, pero la perdieron por idolatría y pecado.
Versos del 22 al 24
Parece que Godalías era un hombre bueno y piadoso, que era amigo del profeta Jeremías (Jeremías 26, 24; 39, 14).
Parecía poco patriótico y hasta impío hacer esto, pero era lo correcto.
Lo mejor que podían hacer en esta situación de juicio merecido e inevitable, era simplemente aceptarlo de la mano de YEHOVAH DIOS y hacer lo correcto bajo los Babilonios.
A pesar de que Judá era perverso y merecía juicio ¿Cómo pudo YEHOVAH DIOS utilizar a un reino aún más perverso como Babilonia para traer juicio?.
Habacuc lidió con estas difíciles preguntas en Habacuc 1, 5-2. 8.
Versos del 25 al 26
Como Godalías guio a lo que quedaba de Judá a someterse a los Babilonios, también llamados aquí los Caldeos, fue asesinado como traidor por el movimiento de resistencia contra los Babilonios.
Ellos hicieron esto porque tenían miedo de lo que los Babilonios le harían a la luz del asesinato del gobernador Godalías.
En este caso, irse a Egipto era peor que someterse al juicio de YEHOVAH DIOS traído por los Babilonios.
Versos del 27 al 30
Este Rey Joaquin no fue el último rey de Judá, Sedecías estuvo después de él.
Pero fue tomado a Babilonia en cadenas de bronce (2 de Reyes 24, 10-12).
Estos últimos eventos del Libro de 2 de Reyes llegaron cuando Joaquin había estado cautivo por muchos años.
Las palabras finales del Libro de 2 de Reyes, describen pequeños actos de bondad y bendiciones dadas en las peores circunstancias.
Judá aún seguía despoblada, el pueblo de YEHOVAH DIOS aún seguía exiliado y el rey de Judá seguía prisionero en Babilonia.
Sin embargo, viendo hasta las pequeñas evidencias de Gracia y Misericordia como evidencias del Favor de YEHOVAH DIOS que regresaba, el historiador divino anota que Joaquín comenzó a recibir mejor trato en Babilonia.
Gloria a YEHOVAH por este libro que finaliza mostrando que no importa cuál fiel sea la promesa de YEHOVAH, está a nuestro alcance es por la obediencia y santidad poniéndolo a Él primero, no hay otro galardón