Mosqueteros de Yehovah

2 Reyes Capítulo 15

Versos del 1 al 4

El reinado de Azarías, también llamado Ozías en 2 de Reyes 15, 13 y en muchos otros lugares en 2 de Reyes, 2 de Crónicas e Isaías, fue en gran parte caracterizado por el bien que hizo ante los ojos de YEHOVAH DIOS.

Su bondad fue recompensada con un largo reinado de 52 años.

Después de los trágicos eventos que llevaron al reinado del Rey Amasías a su final, Jerusalén estaba en caos, una gran parte de su muro protector estaba destruido, su templo y palacio vaciados de sus tesoros y algunos de sus habitantes llevados a Israel como rehenes.

2 de Crónicas 26 nos dice mucho más acerca del exitoso reinado de Ozías (Azarías):

1. Inició su reinado cuando solo tenía 16 años (26, 3).

2. Reinó durante el ministerio de Zacarías el profeta (26, 5).

3. Derrotó a los Filisteos y tomó muchas de sus ciudades, y también mantuvo a los Amonitas bajo tributo (26, 6-8).

4. Fue internacionalmente famoso como un rey poderoso (26, 8).

5. Fue un constructor ambicioso y hábil en agricultura (26, 9-10).

Probablemente le dio atención especial al cultivo de la tierra debido a las profecías de Oseas y Amós acerca de la escasez próxima (Oseas 2, 9; 4, 3; 9, 2; Amós 1, 2; 4, 6-9; 5, 16-19).

6. Edificó un ejército organizado, introduciendo muchos instrumentos de tecnología militar (26, 11-15).

Al igual que con Yoás (2 de Reyes 12, 3) y Amasías (2 de Reyes 14, 4), las reformas de Azarías no llegaron tan lejos como remover estos lugares tradicionales de sacrificio para YEHOVAH DIOS.

Las evidentes concesiones son un indicativo de la superficialidad espiritual básica que estaba por emerger en las profecías de los grandes profetas escritores del siglo ocho A.C.

Versos del 5 al 7

2 de Crónicas 26 también nos cuenta de la caída de Azarías, quien fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse poderoso (2 de Crónicas 26, 15).

El Cronista continua, “mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina, porque se rebeló contra YEHOVAH DIOS, entrando en el templo de YEHOVAH DIOS para quemar incienso en el altar del incienso” (2 de Crónicas 26, 16).

Los sacerdotes intentaron detenerlo, pero el rey insistió en entrar al Templo para ofrecer incienso.

Azarías violó lo que se había convertido en un principio general en el trato de YEHOVAH DIOS con Israel, que ningún rey debía ser también sacerdote, que los oficios de profeta, sacerdote y rey no debían ser combinados en un solo hombre, hasta el Mesías, quien cumplió con los tres oficios.

Su gran poder crio tal orgullo y altivez que alrededor del 750 A.C. buscó agregar a su vasto poder, usurpando los derechos del Sacerdocio Sagrado, tal cual lo hacia el rey de la idolatra casa de Israel del norte.

Azarías vino al Templo como un rey arrogante y se fue, se dio prisa a salir, porque YEHOVAH DIOS lo había herido (2 de Crónicas 26, 20), se fue como un leproso humillado.

Fue un terrible golpe de parte de YEHOVAH DIOS. La muerte era realmente la pena que por ley merecía por su crimen (Números 18, 7) y la lepra era justamente eso, una muerte en vida, prolongada e intensificada.

La muerte de Azarías, una vez más, también conocido como Ozías contribuyó al llamado del profeta Isaías, “en el año que murió el rey Ozías, vi yo a YEHOVAH DIOS sentado sobre un trono” (Isaías 6, 1).

Considerando el reinado de Azarías:

· Comenzó su reinado cuando tenía solamente 16 años de edad.

· Reinó por 52 años.

· En general, fue un rey bueno y fuerte que dirigió a Israel a muchas victorias militares y que fue un constructor y planeador enérgico.

· A pesar de todo esto, Azarías tuvo un final trágico.

Por lo tanto, cuando Isaías escribió que fue llamado en el año en el que murió el rey Ozías, dijo mucho.

Es decir, “En el año en el que un gran y sabio rey murió”. Pero también “En el año en el que un gran y sabio rey que tuvo un trágico final murió”.

Isaías tenía una gran razón para sentirse desalentado y desilusionado ante la muerte del Rey Ozías, porque un gran rey había fallecido, y porque su vida terminó trágicamente.

Sin embargo, vio a YEHOVAH DIOS en su trono, quien era más grande que cualquier rey terrenal.

Versos del 8 al 12

El Reinado de Zacarías hijo de Jeroboam sobre Israel, fue corto de seis meses, perversamente, continuó en la idolatría patrocinada por el estado iniciada por Jeroboam.

Zacarías era tan despreciado por su propio pueblo que Salum fue capaz de hacer esto.

Este fue el final de la dinastía de Jehú, la cual inició con mucho potencial pero terminó, como YEHOVAH DIOS lo había predicho, en gran oscuridad.

La muerte de este último rey de la dinastía de Jehú, vio el final del reino del norte como debía ser.

En los últimos veinte años seis gobernantes seguirían uno tras otro, pero solo uno moriría de forma natural.

La anarquía, la rivalidad y el regicidio (asesinato de reyes) conducirían al derramamiento de sangre terminal que cumplió con las profecías de Oseas (Oseas 1, 4).

Versos del 13 al 16

La dinastía de Jehú duró cuatro generaciones, la dinastía de Salum duró cuatro semanas.

El escritor de 2 de Reyes no tiene ningún comentario moral que hacer, del breve reinado de Salum, tal vez, no reinó el tiempo suficiente como para mostrarse bueno o malo.

La violencia que marcó tanto su ascenso como su caída del poder muestra que no reinó con la bendición de YEHOVAH DIOS.

Este acto de horrible brutalidad fue ordenado por Manajem, quien se convirtió en el próximo rey de Israel. Esto muestra la profundidad de la brutalidad y la impiedad de los tiempos.

La acción de Manajem contra los habitantes de Tirsa es incomparable para la brutalidad de cualquier Israelita.

Aquí puede que marque la creciente influencia de las naciones vecinas. Fue una práctica extranjera infligida a los propios Israelitas por Aram (2 de Reyes 8, 12), Amón (Amós 1, 13) y Asiria (Oseas 13, 8).

Versos del 17 al 22

Su reinado fue típico de los reyes de Israel en que fue malo y en que fue una continuación de la idolatría de Jeroboam patrocinada por el estado.

Manajem puso al reino de Israel bajo tributo al Imperio Asirio. Él compró el respaldo del rey de Asiria con una gran cantidad de dinero recolectado de la riqueza de su reino y por lo tanto reinó con la fuerza de Asiria apoyándolo.

La carga de la imposición cayó sobre los ricos, lo cual no necesita provocar mucha simpatía cuando nos enteramos por los profetas Amós y Miqueas cómo obtenían sus riquezas. Amós 4, 1; 5, 11.12; 8, 4-6; Miqueas 2, 2; 6, 10-12.

La política Asiria era inicialmente el dejar un estado en sus fronteras independiente, aunque pidiendo un pago anual sustancial por este privilegio.

A partir de ahí el estado podía ser hecho un vasallo, que implicaba tener a un oficial Asirio en la corte como un perro guardián de las actitudes del gobernante.

Versos del 23 al 26

Los dos reyes anteriores antes de Manajem, no reinaron lo suficiente como para pasar el reino a un hijo o a otro descendiente dinástico.

Manajem reinó lo suficientemente bien como para pasar el reino a Pecajía.

“No se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel”, el ya conocido refrán de esta acusación en contra de los reyes de Israel se repite sobre Pecajía.

La bendición de YEHOVAH DIOS evidentemente no estaba con Pecajía, cuyo reinado terminó en un asesinato después de tan solo dos años.

Este fue el final de otra breve dinastía y el inicio de una nueva.

Versos del 27 al 31

Los reyes, familias y dinastías gobernando a Israel cambiaron rápidamente durante este periodo.

Sin embargo, hubo una increíble continuidad del mal durante estas dinastías. Cada una fue mala, continuando con la idolatría patrocinada por el estado en Israel.

Este rey Asirio, a diferencia de en los días de Manajem, no sería sobornado por el rey de Israel.

Él vino y tomó algunas de las mejores tierras del reino de Israel, incluyendo mucha de la parte norte del reino.

Con la pérdida de Galilea y Galaad y con la presencia de las tropas Asirias sobre toda la frontera occidental de Israel, parece evidente que la política anti-Asiria de Pecaj había traído a Israel al punto de la extinción.

De 1 de Crónicas 5, 26 aprendemos que Teglat-Falasar, reyes de Asiria, se llevaron en cautividad a las dos tribus de Rubén y Gad, y a la media tribu de Manases, todo lo que le perteneció a Israel al otro lado del Jordán. Estas nunca le fueron restauradas a Israel.

Esta se convirtió en una política oficial de estado del Imperio Asirio. Al conquistar una tierra, si era necesario, reubicaban a la fuerza a lo mejor y más brillante de la nación conquistada, llevándolos a Asiria.

Este era otro rey y otra dinastía que termina en asesinato, como una poderosa demostración de gran inestabilidad en el reino del norte.

Versos del 32 al 36

“Y él hizo lo recto ante los ojos de YEHOVAH DIOS”, resalta en fuerte contraste con el mal hecho por los reyes de Israel anteriormente mencionados.

Entre los reyes de Judá, hubo reyes buenos y temerosos de YEHOVAH DIOS.

El patrón es visto tanto en el reino de Israel como de Judá, donde el hijo reina como lo hizo su padre antes que él. Aunque no es algo concretamente predeterminado, ciertamente éste es un principio que nos muestra la gran influencia que un padre tiene sobre un hijo.

Esta era siempre una señal positiva en Judá. Cuando los reyes y líderes se preocupaban por la casa de YEHOVAH DIOS, esto reflejaba cierta medida de avivamiento espiritual.

Versos del 37 al 38

Bajo la inspiración del Espíritu Santo, el escritor de 2 de Reyes nos dice que fue la mano de YEHOVAH DIOS la que envió a estos gobernantes extranjeros que atormentaron a Judá.

Este fue el inicio. Si Judá y sus reyes respondían a estos eventos disciplinarios de la forma correcta, YEHOVAH DIOS lo tomaría en cuenta.

Si endurecían sus corazones y rechazaban la corrección de YEHOVAH DIOS, también lo tomaría en cuenta.

Durante el reinado de Yotam, las fuerzas combinadas del Rey Razón de Siria y el Rey Pecaj de Israel comenzaron su invasión de Judá, pero el impacto total de estos ataques militares no se sintió hasta que el hijo de Yotam se volvió rey.

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