Versos del 1 al 4
Amasías, hijo del gran reformador Yoás, continuó con el reinado generalmente temeroso de YEHOVAH DIOS iniciado por su padre.
Él tuvo un buen comienzo adhiriéndose atentamente a la Ley. Hubiera sido feliz para él y para su reino que hubiera continuado como inició.
Comparado con Yoás, Amasías continuó fielmente con sus políticas. Sin embargo, algunas de estas políticas permitieron concesiones, tal como el permitir los continuos sacrificios y las ofrendas de incienso en los lugares altos.
Comparado con David, el rey humano más grande en reinar sobre el pueblo de YEHOVAH DIOS, Amasías no estuvo a la altura favorablemente.
Versos del 5 al 6
Esto fue justo y en el mejor interés de Amasías. Fue bueno para él eliminar a los que vieron el asesinato de un rey, como una forma razonable de cambiar al reino.
Esto también cumplió la orden de YEHOVAH DIOS de castigar a los asesinos con la ejecución, dada por primera vez en Génesis 9, 5-7.
Era una práctica común en el mundo antiguo, el ejecutar no solo a los culpables en un asesinato así, sino también a sus familias.
Amasías fue en contra de la práctica convencional de su época y en vez de eso obedeció la Palabra de YEHOVAH DIOS (Deuteronomio 24,16).
Verso 7
Éste mató a diez mil edomitas, lo que muestra el poder militar de Amasías y que sometió exitosamente a las naciones más débiles que rodeaban a Judá.
Algunos creen que esta es la antigua ciudad de piedra en el desierto también conocida como Petra, otros creen que era un lugar diferente. De una u otra forma, esta fue una victoria significativa para Amasías.
2 de Crónicas 25, 5-16 cuenta más acerca del trasfondo de este evento. Amasías reunió un ejército enorme en Judá para ir en contra de Edom, fueron hallados trescientos mil escogidos para salir a la guerra, que tenían lanza y escudo.
También contrató 100.000 soldados mercenarios de Israel. Pero un profeta vino y le advirtió que no usara a los soldados de Israel, porque YEHOVAH DIOS no estaba con ese reino idólatra y rebelde.
Amasías estaba convencido de confiar en YEHOVAH DIOS, por lo que envió a los mercenarios lejos y aceptó la pérdida del dinero usado para contratarlos.
YEHOVAH DIOS bendijo este paso de Fe, y les dio una victoria convincente sobre los Edomitas.
Amasías confió en YEHOVAH DIOS para la victoria sobre Edom, pero inmediatamente después de la victoria su corazón se alejó de YEHOVAH DIOS.
Luego Amasías de la matanza de los edomitas, trajo también consigo los dioses de los hijos de Seir, y los puso ante sí por dioses y los adoró, quemándoles incienso (2 de Crónicas 25, 14)
Versos del 8 al 12
Orgulloso por su éxito contra Edom, Amasías decidió hacer guerra contra el reino de Israel del norte.
Una vez más, 2 Crónicas 25, 5-16 cuenta más acerca del trasfondo de este evento.
Cuando Amasías despidió a los mercenarios Israelitas, a ellos no les agradó, a pesar de que les pagó por no pelear contra Edom, probablemente ellos esperaban recibir mucho más del botín de la batalla.
Cuando regresaron a Israel, invadieron las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-Oron y mataron a tres mil de ellos y tomaron gran despojo (2 de Crónicas 25, 13).
Esta era la motivación política del ataque de Amasías contra Israel.
Él tenía razón para creer que tendría éxito. Recientemente había reunido a un ejército de 300.000 hombres que mató a 20.000 Edomitas en una victoria sobre Edom (2 de Crónicas 25, 5.11-12).
Yoajaz parecía muy débil, teniendo solamente 50 hombres a caballo, 10 carros, y 10.000 soldados a pie después de haber sido derrotado por los Sirios (2 de Reyes 13,7).
La respuesta de Yoás rey de Israel, fue sabía y diplomática. Con esta pequeña historia y su aplicación, aconsejó a Amasías que se gloriara de su victoria anterior sobre Edom pero quedándose en su casa.
Amasías debió haber escuchado este mensaje de Joás, pero no lo hizo, provocó una pelea que debió haber evitado, no consideró lo que la probabilidad de éxito y el efecto de su derrota tendrían sobre todo el reino de Judá.
Versos del 13 al 14
Debido a su necio ataque contra Israel, Amasías perdió su libertad y por un tiempo se convirtió en prisionero del rey de Israel.
Amasías tenía un ejército poderoso y Yoás un ejército débil. Sin embargo, YEHOVAH DIOS le dio la victoria a Israel sobre Judá para reprender la idolatría de Amasías.
Era la voluntad de YEHOVAH DIOS, que los quería entregar en manos de sus enemigos, por cuanto habían buscado los dioses de Edom (2 de Crónicas 25, 20).
Su nombre significa “fuerza de YEHOVAH”, pero leemos, “Esforzándose entonces Amasías” (2 de Crónicas 25, 11), su carácter de autosuficiencia contradiciendo por lo tanto a su nombre, algo no poco común en nuestros días.
Debido a su necio ataque contra Israel, Amasías vio caer a las defensas de Jerusalén. No solo perdieron la batalla en Bet-Semés, sino que también estaban en una posición más débil para enfrentar futuros ataques.
Debido a su necio ataque contra Israel, Amasías perdió el tesoro del pueblo de YEHOVAH DIOS.
No fue solamente una pérdida de su riqueza personal, los tesoros de la casa del rey, sino también del oro, y la plata del pueblo de YEHOVAH DIOS.
Amasías no tuvo la sabiduría de ver cómo el perder la batalla heriría a otros y como así mismo.
Esto incluso se extiende a los rehenes que fueron tomados de Jerusalén a Samaria.
La decisión de atacar a Israel fue solamente suya, pero el precio pagado por el necio ataque fue pagado por todo el reino de Judá.
Es una advertencia seria para todos los líderes, considerar como sus decisiones necias afectan a muchas otras personas.
La pelea de Amasías ciertamente era justa, sin embargo, sufrió una fuerte derrota, realmente se metió en un mal, cayó él y Judá cayó con él, como Yoás lo había dicho.
Versos del 15 al 22
La penosa derrota contra Israel debilitó el apoyo para Amasías entre los líderes de Judá.
Él vivió quince años después de la muerte de Yoás, probablemente provocó su liberación de su encarcelamiento en Israel, pero fue una especie de vida sin vida, él permaneció todo el tiempo bajo el odio y el desprecio de sus súbditos.
Amasías intentó, pero no pudo escapar de los conspiradores. Fue asesinado igual que su padre (2 de Reyes 12, 20-21).
Laquis fue la primera de las ciudades de Judá en adoptar las idolatrías del reino de Israel “fuiste principio de pecado a la hija de Sion; porque en ustedes se hallaron las rebeliones de Israel”, Miqueas 1,13 y fue algo natural para el idólatra Amasías el buscar asilo ahí.
Este fue el inicio del ilustre reinado de Azarías, también conocido como Uzías. Él fue el rey de Israel más grande después de David.
La elección del hijo de Amasías, Azarías, puede referirse a tiempo atrás cuando todo el pueblo había tomado a Azarías, cuando tenía dieciséis años y lo hicieron rey mientras Amasías era prisionero.
Versos del 23 al 27
Jeroboam II fue un rey perverso, que continuó la idolatría motivada políticamente de su tocayo Jeroboam hijo de Nabat. Durante su reinado los profetas Jonás y Amós hablaron por YEHOVAH DIOS.
Por su gran misericordia, YEHOVAH DIOS mostró bondad a un desobediente Israel gobernado por un rey perverso.
Este es el mismo Jonás que es famoso por su viaje misionero a Nínive. Por lo visto también tenía un ministerio entre su propia gente, no solo entre el pueblo de Nínive.
Versos del 28 al 29
El reinado de Jeroboam II fue un tiempo de prosperidad económica, política y material para Israel.
Sin embargo, no fue debido a sus propios méritos o bondad, sino por la gran misericordia de YEHOVAH DIOS hacia Israel.
La arqueología confirma el poder económico de Jeroboam II. En la época anterior a Jeroboam II, las casas en las ciudades de Israel eran aproximadamente del mismo tamaño.
Pero los arqueólogos encontraron un cambio empezando en el siglo ocho A.C. ciudades antiguas como Tirsa tienen un vecindario de casas grandes y costosas, otro vecindario de estructuras más pequeñas y atestadas, incluso más pequeñas que las casas de los años anteriores.
Las casas más grandes están llenas de las marcas de la prosperidad y los ricos opresivos de Israel pensaron que podrían encontrar seguridad ahí, pero el juicio de YEHOVAH DIOS llegó también sobre esas casas (Amós 3, 13-15).
Aunque la mano de YEHOVAH DIOS estuvo detrás de estos eventos, YEHOVAH DIOS utilizó la fuerza del Imperio Asirio para bendecir a Israel.
En la mayoría de su historia, el reino de Israel del norte luchó contra Siria, su vecino al norte.
Pero alrededor del año 800, el poderoso Imperio Asirio derrotó a Siria y neutralizó este poder que obstaculizaba la expansión y la prosperidad de Israel.
Con Siria en control, Israel disfrutó de una gran prosperidad bajo el reinado de Jeroboam II.
El Libro de Amós muestra, que no manejó bien esta prosperidad y la perversidad bajo la prosperidad de Jeroboam II acumuló juicio sobre ellos mismos.
Israel fue bendecido con los ministerios de Oseas y Amós durante el reinado de Jeroboam.
De sus escrituras fácilmente podemos ver que aunque hubo un avivamiento político bajo su gobierno, no hubo un verdadero despertar moral ni espiritual entre el pueblo.
Cuando Jeroboam II murió en el 752 A.C., dejó un reino fuerte pero, desafortunadamente, uno cuyo fundamento principal estaba tan podrido espiritualmente, que la estructura del estado no resistiría mucho tiempo las crecientes mareas de intriga y presión internacional.
Zacarías fue la cuarta generación de la dinastía de Jehú y fue profetizado que la dinastía de Jehú continuaría por cuatro generaciones (2 de Reyes 10, 30).
Desde el tiempo de la muerte de Jeroboam, comenzó el declive, terminando, menos de setenta años después, en su derrocamiento y disolución final.
El ministerio profético en este tiempo creció grandemente, es la manera de nuestro YEHOVAH DIOS lleno de gracia, por regla general de su misericordia cuando el juicio está cerca, el testimonio se multiplica.
En este capítulo vemos como a semejanza del rey Amasías, muchas veces le volvemos la espalda a YEHOVAH después de habernos dado grandes victorias. Él le dice a Amasías por medio del profeta: ¿Vas a volverte a esos idolos que no te dieron la victoria?