Mosqueteros de Yehovah

2 Reyes Capítulo 12

Versos del 1 al 4

Este fue un largo reinado y bendecido en su mayoría. Yoás se quedó corto en su compromiso total y en su consagración completa, pero sí avanzó en la causa de YEHOVAH DIOS en el reino de Judá.

Esto implica que cuando el sacerdote Yoyada murió, Yoás ya no hizo lo recto ante los ojos de YEHOVAH DIOS. 2 de Crónicas 24, 15-23 nos dice que se volvió a la idolatría cuando murió Yoyada y le siguió el juicio.

Después de la muerte del consagrado sacerdote, Yoás cayó en manos de consejeros impíos que voltearon su corazón a las prácticas Canaanitas.

El que no se hayan quitado los lugares altos indica, que Yoás puso en marcha una reforma a medias y no una reforma total de la adoración de Israel. No tomó la tarea más difícil de quitar los lugares altos.

El pueblo era tan cariñoso y extrañamente adicto a los lugares altos, que los reyes anteriores, aunque fueron hombres de edad más madura, gran poder y valor, y finalmente asentados en sus tronos, no pudieron quitarlos, por lo tanto, no es extraño que Yoyada no pudiera quitarlos en ese tiempo.

Versos del 5 al 6

Había un ingreso regular que llegaba al templo de diversas fuentes. El rey Yoás quería poner ese dinero hacia un objetivo particular.

Este dinero era recibido de tres maneras:

1. El dinero del rescate de cada persona: Este era el medio ciclo que cada Israelita mayor de veinte tenía que pagar cada año (Éxodo 20, 13).

2. Según está estipulado: Esto es, literalmente, “cada hombre según la estimación de su alma”. Este era el tipo de impuesto de propiedad, basado en la evaluación personal de cada individuo (Levítico 27, 2).

3. Todo el dinero que cada uno de su propia voluntad, trae a la casa de YEHOVAH DIOS: Estas eran ofrendas dadas libremente además de las donaciones requeridas.

Era natural para Yoás tener una gran consideración por la condición del Templo, porque fue su hogar cuando era un niño pequeño, de allí que estuviese familiarizado con las reparaciones periódicas que eran requeridas en el Templo.

Por otra parte, el templo necesitaba restauración porque había sido vandalizado por Atalía y sus hijos (2 de Crónicas 24, 7).

Versos del 7 al 14

Los proyectos de construcción toman mucho tiempo y renovar un edificio viejo es casi tan difícil y caro como construir uno nuevo.

Sin embargo, parece que el Rey Yoás tuvo que esperar mucho tiempo hasta que los daños del templo fueran reparados. La obra iba demasiado lenta.

Bajo la dirección del rey Yoás, los sacerdotes le dieron al pueblo la oportunidad de dar. Incluso los dadores dispuestos deben recibir una oportunidad.

Entonces él colocó un cofre de recaudación en el lado derecho del Altar, dándole al proyecto de reparación una alta prioridad y una correspondiente alta visibilidad.

El rey Yoás llegó al corazón del problema, el proyecto de reconstrucción estaba siendo estorbado por una pobre administración y mal manejo financiero.

A través de Yoyada el sacerdote, implementó un sistema donde el dinero sería apartado guardado y sabiamente gastado, en la reparación y en la compra de nuevo mobiliario para el templo.

Cuando al pueblo se le aseguró, que el dinero realmente sería usado para el propósito para el que era dado, respondió generosamente y así arreglos similares fueron continuados por Josías (2 de Reyes 22,3-7).

Tan exitoso había sido el programa del rey y tan bien llevaron a cabo, los interesados sus tareas que incluso hubo dinero de sobra, para la provisión de utensilios sagrados para el servicio del santuario (2 de Crónicas 24, 14).

Versos del 15 al 17

A través de la buena administración del proyecto, fueron capaces de encontrar hombres en los que se podía confiar para usar el dinero sabia y honestamente.

El proyecto anteriormente había sido detenido, no por falta de dinero, sino por un pobre manejo del mismo.

El punto es que el proyecto tuvo éxito sin necesidad de quitarle nada a los sacerdotes. El Templo no fue reparado ni amueblado a costa de ellos, ellos aún recibían dinero del sacrificio por el pecado y del sacrificio en reparación de algo.

Versos del 18 al 19

En ese tiempo, el reino de Siria atacó a Judá con un ejército inferior, pero YEHOVAH DIOS los usó como un instrumento de juicio contra el desobediente Yoás. El rey Yoás fue herido en batalla fuera de Jerusalén.

2 de Crónicas 24, 23-24 relata lo acontecido “A la vuelta del año subió contra él el ejército de Siria; y vinieron a Judá y a Jerusalén, y destruyeron en el pueblo a todos los principales de él, y enviaron todo el botín al rey a Damasco”.

Porque, aunque el ejército de Siria había venido con poca gente, YEHOVAH DIOS entregó en sus manos un ejército muy numeroso, por cuanto habían dejado a YEHOVAH DIOS de sus padres. Así ejecutaron juicios contra Yoás.

En vez de confiar en YEHOVAH DIOS, Yoás cambió la bendición anterior, los tesoros sagrados del Templo, para proteger a su capital y reino del ataque Sirio.

Herido, con un ejército agresivo y exitoso dirigiéndose rápidamente a Jerusalén. Le resultó difícil confiar en YEHOVAH DIOS en esta posición difícil, porque dejó de confiar en el TODOPODEROSO en circunstancias más sencillas tiempo atrás.

Versos del 20 al 22

No hay ningún registro de arrepentimiento de parte de Yoás. Nunca regresó ni cumplió su brillante promesa temprana.

Esto es alarmante y muestra que la bendición de YEHOVAH DIOS se alejó de este rey tiempo atrás, quien inició tan bien, pero fracasó en terminar bien.

El asesinato de Yoás a manos de sus oficiales o siervos, implica que pudo haber sido el resultado de desafección seguida de la derrota contra Jazael Rey de Siria (Aram)

Así la desobediencia trae su propia amarga recompensa y lo que el pueblo de YEHOVAH DIOS siembra siempre, de una forma u otra, cosecha.

Yoás merecía abundantemente su poco glorioso y terrible final.

De esta manera termina un reino lleno de promesas y esperanza al inicio, pero vicioso, cruel y ruinoso al final.

Nunca estuvo la mano de justicia de YEHOVAH DIOS más notablemente estirada en contra de un rey apóstata y un pueblo infiel que en este tiempo.

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1 comentario en «2 Reyes Capítulo 12»

  1. Me recuerda la importancia de ejercitar nuestra fe; si no confiamos en YEHOVAH en las cosas sencillas, ¿como vamos a confiar en las grandes batallas?

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