Versos del 1 al 14
Expedición de Nicanor. El libro se cierra enfrentando a Judas Macabeo contra Nicanor (1 Macabeos 7).
De nuevo aparecen los judíos renegados, esta vez representados en Alcimo, pidiendo al rey la guerra contra sus hermanos. Todo esto para recuperar el Sumo Sacerdocio y el poder sobre Jerusalén (vs 3-10; 1 Macabeos 7, 4-7).
Los “leales” (vs 6), a quienes acusa Alcimo de crear el desorden bajo el mando de Judas Macabeo (vs 6; 1 Macabeos 2, 42) son los mismos del que posteriormente surgirá el movimiento de los fariseos y los esenios.
Judas es acusado ante el rey Demetrio como enemigo de la paz (vs 10).
La palabra “paz” es una de las más manipuladas en la historia de la humanidad, no es lo mismo la idea de la paz que tiene Demetrio, Alcimo, Judas Macabeo o el pueblo.
Hoy ocurre lo mismo, para unos, la paz es ausencia de guerra o de delincuencia, para otros es justicia social.
San Agustín decía que a todos les gusta la paz, pero a muy pocos les gusta la justicia (Salmo 85, 11).
En nombre de la paz se han hecho las peores guerras e injusticias de la humanidad.
¿Cuál será la paz para el mundo que quiere Jesús?.
Versos del 15 al 46
La oración es nuevamente el punto de partida para enfrentar el enemigo. Judas y Nicanor ya se habían encontrado y enfrentado. Al comparar el relato con el del Primer libro de los Macabeos hay grandes diferencias.
Allí Nicanor es presentado como traidor y tramposo (1 Macabeos 7, 27-29) mientras aquí el acuerdo de paz es sincero.
Nicanor es nombrado por el rey para someter a los judíos y como en 1 Macabeos 7, 27-29 elige el camino del diálogo y el pacto de paz, con la diferencia que allí era un engaño, en cambio aquí es sincero.
El camino del diálogo y la paz es un buen ejemplo para solucionar los conflictos entre los pueblos y naciones.
La paz es sincera y duradera, tanto que Judas puede abandonar la vida militar y dedicarse a una vida normal de familia.
Alcimo, fiel a su papel de “renegado” logra con su cizaña que el rey obligue a Nicanor a romper el acuerdo de paz firmado con Judas (vs 27).
En Nicanor fue más importante la orden que la persona, primó la ley sobre el espíritu.
La defensa del Templo, amenazado esta vez por Nicanor (vs 33), es objetivo prioritario en la campaña de Judas Macabeo.
El anciano Razis, un hombre fiel y respetado, miembro del sanedrín de Jerusalén, es la versión opuesta de Alcimo.
Su actitud hay que entenderla no como suicidio sino como martirio, destacándose así la participación activa de los mártires en la campaña liberadora.
Muere profesando su Fe en la resurrección (vs 46), el martirio es un sí al Dios de la Vida y a la Vida del Pueblo, asumido y ofrecido con todas las consecuencias.
Al respecto se escribió: “Creemos que mientras haya martirio habrá credibilidad, mientras haya martirio habrá esperanza… mientras haya martirio habrá conversión, mientras haya martirio habrá eficacia. El grano de maíz muriendo se multiplica”.