Mosqueteros de Yehovah

2 Crónicas Capítulo 34

Versos del 1 al 2

Inusualmente, el joven Josías llegó al trono a los ocho años de edad. Esto fue debido al asesinato de su padre.

Por fin, después de más de trescientos años, la profecía del “hombre de YEHOVAH DIOS de Judá” se cumple (1 de Reyes 13, 2).

Esto se refiere más a la descripción general del reinado de  Josías, que a una descripción de él a los ocho años de edad.

Versos del 3 al 7

La adoración de esta gran variedad de ídolos fue arraigada después del reinado de Amón.

Las reformas finales de Manasés ayudaron en contra de esta tendencia, pero desde el breve pero perverso reinado de Amón había mucha idolatría en la tierra.

“Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares”, Josías hizo esto tanto para llevar a cabo el castigo prescrito para los sacerdotes idólatras en Israel como para contaminar los altares paganos.

Las reformas de Josías no solo eliminaron las cosas pecaminosas, sino también a las personas pecaminosas que promovieron y permitieron estas cosas de idolatría.

Los ídolos que llenaron el Templo no llegaron ahí ni se quedaron ahí por sí solos, hubo sacerdotes que fueron responsables por estas prácticas de rebeldía.

Puesto que el reino de Israel había sido conquistado por el Imperio Asirio y estaba en proceso de ser despoblado en el exilio, Josías podía extender también ahí sus reformas.

Y hasta Neftalí que estaba en la frontera más lejana hacia el norte del reino de Israel. Hay que recordar que las diez tribus ya se habían ido en cautividad y los que habían venido en su lugar eran débiles y pocos, no eran capaces de oponerse al poder de Josías.

Versos de 8 al 13

“A los dieciocho años de su reinado”, después de su enérgica campaña para limpiar la tierra de Judá e Israel de la idolatría, Josías puso sus esfuerzos en restaurar el descuidado Templo, tanto como su predecesor lo había hecho (2 de Crónicas 29).

El Cronista (2 de Crónicas 34-35) parece presentar una sucesión de dos etapas:

1. La purificación de las prácticas religiosas en Judá, Jerusalén y Neftalí en el año doce de Josías.

2. Una continua reforma estimulada por el descubrimiento del libro de la Ley en el año dieciocho.

Pero esta podría ser una presentación que se ajusta a los énfasis particulares del cronista.

Incluso si Josías aún no había visto una copia de este libro, lo cual no es imposible, quedaba mucho de la ley en las mentes y en las memorias del pueblo, que fácilmente podría haberlo persuadido y dirigido a todo lo que había hecho hasta ese momento.

Josías estaría motivado por reconstruir el Templo después de escuchar o recordar que fue lo que el rey Joás había hecho muchos años antes (2 de Reyes 12).

Josías entendió que la labor de reparar y reconstruir el templo necesitaba organización y financiamiento.

Él puso atención a ambas necesidades cuando le dio a Helquías (Hilcías) la supervisión de este trabajo de restauración del Templo. Como resultado, estos hombres procedían con fidelidad.

Según Jeremías 1, 1-2, el profeta Jeremías era hijo de este particular sacerdote Helquías. Jeremías comenzó su ministerio durante el reinado del rey Joás.

Versos del 14 al 17

El sacerdote Helquías halló el libro de la ley de YEHOVAH DIOS.

Según Deuteronomio 31,24-27, habría una copia de este libro de la Ley junto al Arca del Pacto, comenzando en los días de Moisés.

La Palabra de YEHOVAH DIOS estaba con Israel, pero fue grandemente descuidada en esos días.

Aquí la Palabra de YEHOVAH DIOS se difunde. Había sido olvidada y considerada nada más que un libro polvoriento.

Ahora era encontrada, leída y difundida. Debemos esperar alguna medida de avivamiento espiritual y renovación a continuación.

A lo largo de la historia del pueblo de YEHOVAH DIOS, cuando la Palabra de Altísimo era recuperada y difundida, entonces seguía un avivamiento espiritual.

Puede comenzar tan sencillamente como lo hizo en los días de Josías, con un hombre encontrando, leyendo, creyendo y difundiendo el Libro.

Versos del 18 al 21

El escuchar la Palabra de YEHOVAH DIOS hizo una obra espiritual en el Rey Josías.

No se trataba solamente de la transmisión de información, el escuchar la Palabra de YEHOVAH DIOS tuvo un impacto de poder espiritual en Josías.

El rasgamiento de la ropa era una expresión tradicional de horror y asombro. Josías mostró su dolor por su propia cuenta y por la de la nación.

Esta era una expresión de profunda convicción de pecado y algo bueno.

No era que el rey Josías no supiera nada de YEHOVAH DIOS ni como buscarlo. Era muy fuerte la convicción de pecado, que no sabía qué hacer a continuación.

Josías supo que el reino de Judá merecía juicio de YEHOVAH DIOS.

No podía escuchar la Palabra de YEHOVAH DIOS y responder a su Espíritu sin confrontar seriamente el pecado de su reino.

Versos del 22 al 28

Sabemos poco de esta mujer a parte de esta mención aquí y el relato similar registrado en 2 de Reyes 22, 14.

Con la aparente aprobación del rey Josías, el sacerdote Helquías consultó a esta mujer para recibir orientación espiritual.

No fue debido a su propia sabiduría y espiritualidad, sino debido a que era reconocida como profetisa y podía revelar el corazón y la mente de YEHOVAH DIOS.

Josías sabía que Judá merecía juicio y que el juicio ciertamente vendría.

Judá y sus líderes habían andado en contra de YEHOVAH DIOS por mucho tiempo y no se arrepentirían genuinamente como para evitar el eventual juicio.

“Todas las maldiciones que están escritas en el libro”, la Palabra de YEHOVAH DIOS era verdadera, incluso en sus promesas de juicio.

La fidelidad de YEHOVAH DIOS es demostrada tanto por su juicio sobre los perversos, como por su misericordia con los arrepentidos.

El corazón de Josías se conmovió de dos maneras. Primero, se conmovió con la Palabra de YEHOVAH DIOS y fue capaz de recibir la voz de convicción del Espíritu Santo.

Segundo, se conmovió con el mensaje de juicio de Julda de los versos anteriores.

Aunque Josías murió en batalla, hay por lo menos tres formas en que esto fue verdad.

· Murió antes de que el gran desastre espiritual y el exilio llegaran a Judá.

· Se reunió con los espíritus de sus padres, que estaban en paz.

· Murió en el favor de YEHOVAH DIOS, aunque a manos del enemigo.

Esta fue la misericordia de YEHOVAH DIOS para Josías. Su propia consagración y corazón tierno no pudieron evitar el eventual juicio de YEHOVAH DIOS, pero podía retrasarlo.

El juicio inevitable algunas veces se retrasa, debido a los corazones tiernos del pueblo de YEHOVAH DIOS.

Versos del 29 al 30

Josías escuchó la promesa de juicio final y del retraso inmediato del juicio.

No respondió con indiferencia y simple contentamiento, porque él no vería el juicio en su tiempo.

Él quería que el reino se pusiera a cuentas con YEHOVAH DIOS y sabía que no podría hacerlo solo, necesitaba a los ancianos de Judá para que se unieran en quebrantado arrepentimiento con él.

El rey hizo esto él mismo. Estaba tan preocupado porque la nación escuchara la Palabra de YEHOVAH DIOS que se las leyó él mismo.

Versos del 31 al 33

El rey Josías se paró delante del pueblo y públicamente declaró su compromiso de obedecer la Palabra de YEHOVAH DIOS con lo mejor de su habilidad, con todo su corazón y con toda su alma.

No bastaba que el mismo rey lo hiciera y ofreciera su ejemplo al pueblo. Ellos tenían que seguir tomando una posición respecto al Pacto ellos mismos.

Esto mostró que la obra del Espíritu de YEHOVAH DIOS fue más allá del rey y los líderes, se extendió también al pueblo.

“No se apartaron de en ir en pos de YEHOVAH, DIOS de sus padres, todo el tiempo que él vivió”, la labor del rey Josías tuvo un efecto duradero en el pueblo de Judá. Se mantuvieron fieles a YEHOVAH DIOS durante su reinado.

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