Versos del 1 al 4
Este fue el tiempo de la rebelión de Jeroboam contra la casa de David. Roboam pretendía mantener el reino unido por la fuerza.
Pretendía hacer guerra contra las tribus de Israel que se separaron, Roboam escuchó la Palabra de YEHOVAH DIOS, para su crédito o debido a la falta de valor, YEHOVAH DIOS habló a través de un profeta Semaías.
Versos del 5 al 12
Provocado por la guerra civil que le costó más de la mitad de su reino, Roboam se centró en fortificar, construyendo una serie de ciudades fortificadas para la defensa.
Las quince ciudades que Esdras enumera están en las fronteras del sur y del oeste de Judá. Su elección parece haber sido dictada por la amenaza de Egipto (12, 2-4).
Roboam trató de fortalecer su reino y tuvo éxito hasta cierto punto. Sin embargo, en general, descuidó las cosas espirituales necesarias para fortalecer su reino.
En estos lugares construyó almacenes para provisiones, no solo para permitirles soportar un asedio, sino también para que pudieran, desde su situación, proveer a lugares desolados.
Versos del 13 al 16
Esto fue en respuesta a la idolatría patrocinada por el gobierno de Jeroboam, el primer rey del reino del norte (1 de Reyes 12, 26-33).
Estos siervos consagrados del Altísimo se negaron a vivir en un reino donde adorar a YEHOVAH DIOS como él lo ordenó era contra la Ley.
No les permitirían instruir ni asistir a los israelitas en la adoración y el servicio a YEHOVAH DIOS, ni ir a Jerusalén a adorar en sus cursos.
Estos sacerdotes no se unirían a ellos en la adoración de los becerros, como se deseaba y se les ordenaba que lo hicieran.
Por lo tanto, voluntariamente abandonaron todos sus patrimonios y posesiones por amor a YEHOVAH DIOS.
Él intentó adaptar la religión por interés del Estado y terminó destruyendo a ambos.
Esto significó que desde los días de Jeroboam el reino del sur de Judá se conformó no solo de las tribus de Benjamín y Judá, sino también del remanente consagrado de las otras diez tribus del norte.
Espiritualmente hablando, Israel fue golpeado dos veces, por la impía religión de Jeroboam y por la partida de los consagrados y fieles. Quedaron muy pocos consagrados en el reino del norte.
Incluso visto como un golpe de política, esta eyección de los sacerdotes y levitas del Altísimo fue un error. Se fueron casi en un cuerpo, al rival de Jeroboam y por lo tanto, “fortalecieron al reino de Judá”.
1 de Reyes nos cuenta acerca de los becerros, los cuales eran representaciones falsas de YEHOVAH DIOS verdadero.
Sin embargo, también nos enteramos aquí de que Jeroboam estableció altares para los demonios, esto es, los dioses paganos de Canaán.
Así erigió dos clases de lugares altos, algunos para Baal y otros para YEHOVAH DIOS verdadero, a quien él pretendía y pensaba que adoraba a través de los becerros.
Verso 17
Esta era la verdadera fortaleza de Judá, los hombres y mujeres consagrados que migraron al reino del sur para vivir ahí.
Tristemente, este periodo no duró mucho debido a la inclinación general de Roboam hacia la impiedad.
Versos del 18 al 23
Evidentemente Roboam no aprendió del error de su padre Salomón.
Aunque tuvo muchas menos esposas y concubinas, probablemente era menos capaz de sostener a tantas, seguía teniendo un corazón que rompió el mandamiento de Deuteronomio 17, 17.
Esto significa que designó a Abías como su futuro sucesor, el príncipe heredero y tal vez por algún tiempo co-regente.
Abías no era el primogénito de Roboam, pero como amaba a Maacá más que a cualquiera de sus otras esposas, también prefirió a su hijo, probablemente a través de la influencia de su madre.
Obró sagazmente y esparció todos sus hijos por todas las tierras de Judá y de Benjamín, los mantuvo separados a sus muchos hijos y era menos probable que formaran una alianza contra Abías, que podía ser considerado un sucesor ilegítimo al trono.
Era una verdadera política el dispersar a sus hijos a través de las diferentes provincias, ya que no era probable que fueran a formar alianzas con Jeroboam contra su padre.
GLORIA A YEHOVAH. Este capitulo me enseña cuán importante es el remanente del Pueblo de YEHOVAH en una nación, siendo sus consagrados la causa por la que YEHOVAH bendice. Bendecidos para bendecir.