Versos del 1 al 13
Categorías diversas. En su preocupación por la armonía y buen orden de la comunidad, se concentra ahora su atención en dos clases de cargos de responsabilidad, el obispo y los diáconos.
Ambos títulos procedentes del mundo civil y religioso griego, fueron también aceptados por los cristianos para designar a algunos de sus líderes específicos.
Originariamente obispo significaba “supervisor” y diáconos “servidor”, o sea un responsable y unos asistentes.
Comparando con lo que sabemos de Pablo en otros documentos, la presente carta indica un grado más desarrollado de organización interna de la Iglesia.
Allí donde se formaban Iglesias locales, la misión principal de sus responsables era cuidar la comunidad como un pastor cuida su rebaño (Hechos 20, 28) y los títulos que expresaban mejor esta función de “pastores estables”, eran justamente los títulos de “obispo” y “diácono”.
Otros líderes con diferentes funciones menos localizadas y más itinerantes eran designados con distintos nombres, como apóstoles, profetas, evangelistas, maestros, entre otros.
Aunque los términos de “obispo” y “diácono” son los mismos que utilizamos hoy, no es legítimo deducir que las funciones sean idénticas.
La proliferación de nombres y funciones del liderazgo cristiano era una característica de las primeras generaciones de la Iglesia.
Con el tiempo, toda la responsabilidad del servicio de la autoridad eclesial se fue concentrando en el ministerio de los obispos, presbíteros y diáconos, nombres con los que hoy día designamos a los ministros ordenados.
La carta suministra orientaciones concretas sobre la actitud de los candidatos para cargos estables de responsabilidad.
Llama la atención el hecho que el cargo de obispo no fuera muy apetecible, por el testimonio de vida intachable que exigía o bien por el peligro personal que suponía liderar la comunidad en aquellos tiempos de frecuentes persecuciones.
Por eso que Pablo anima a los que se sienten llamados a prestar ese servicio, a no esquivar la responsabilidad. Quizás a algunos llame también la atención el que la mayoría fueran casados.
El celibato no es un mandato de Yehovah Dios para sus ministros, sino una ley eclesiástica que tardó siglos en imponerse y generalizarse. Como tal, puede ser aplicada o no por la autoridad de la Iglesia de acuerdo con las necesidades de las comunidades cristianas.
En resumen, las cualidades del obispo y de los diáconos que exige el autor de la carta no son para nada extraordinarias, o quizás sí, porque el ser “sobrio, modesto, cortés, hospitalario, amable… pacífico, desinteresado” (vs 2-3), no son, por desgracia, las cualidades que fácilmente asociamos a las personas que ejercen la autoridad, ya sea dentro o fuera de la Iglesia.
Así debía ser entonces y así sigue siendo ahora; de ahí que la amonestación siga tan actual hoy como hace dos mil años.
Por otra parte, estas exhortaciones están indicando el ideal de la comunidad cristiana que Pablo tenía en su mente: la “casa de Yehovah Dios”, donde debe reinar el espíritu y las virtudes propias de una verdadera familia.
Versos del 14 al 16
Misterio cristiano y falsos maestros. Al final del primer encargo importante dado a Timoteo, y a modo de conclusión, aparece claramente el objetivo de la carta: el traspaso de la autoridad apostólica.
Hay que tomar estas palabras (vs 14-15), Timoteo queda como delegado interino del Apóstol, el cual espera volver pronto o con un pequeño retraso.
La mención de la ausencia ya definitiva de Pablo, que se consumó con su martirio en Roma, sería como un llamamiento conmovedor a la aceptación y a la fidelidad de la comunidad a los sucesores del ausente, encargados ahora de cuidar “la casa de Yehovah Dios, que es la Iglesia de Yeshúa vivo, columna y base de la verdad” (vs 15).
Esta bella descripción de la comunidad cristiana apunta al misterio mismo de la salvación, que el autor expresa por medio de un himno litúrgico conocido probablemente por los destinatarios de la carta.
El himno, síntesis de nuestra fe, proclama que este misterio no es una verdad abstracta, sino una persona, Yeshúa Ha Mashiaj.
El hombre que fue conocido como Yeshúa de Nazaret y que sufrió la muerte en la cruz y resucitó glorioso, es el mismo que ahora es proclamado a los paganos y creído en el mundo (vs 16).
Dado el contexto de la carta, el himno tiene la clara intención pastoral de reafirmar el contenido fundamental de la fe cristiana que ya se va extendiendo por todo el mundo.
Este capítulo evidencian de Pablo tanto como de YEHOVAH la exigencia de que exista dentro de la Ekklesia planificación y testimonio YEHOVAH es Santo y requiere nuestro compromiso de una vida en santidad. No es cualquiera que esta habilitado para liderar. ¿Cómo puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?
Gloria a YEHOVAH
Dios es bueno, Pablo nos induce al orden riguroso que debe mantener la ekklesia, dentro de las características de los servidores se nos muestra que seamos hombres de pacto, casados una sola vez, así como Yehovah se casó con nosotros, . Gloria a Yehovah.