Verso 1
En esa parte del mundo, las guerras normalmente no se peleaban durante los meses de invierno porque las lluvias y el clima frio dificultaban los viajes y las campañas. La pelea se reanudaba en la primavera.
David debió haber salido a la batalla, pero permaneció en la ciudad. En 1 de Crónicas 19 Joab y el ejército de los valientes ganaron frente a los sirios y los amonitas pero no ganaron una victoria decisiva.
La victoria decisiva vino cuando David dirigió la batalla al final de 1 de Crónicas 19. Tanto por la costumbre como por la experiencia YEHOVAH DIOS le dijo a David, “Necesitas estar en la batalla”. Mas David estaba en Jerusalén.
Lo que sucedió cuando David estaba en Jerusalén era tan bien conocido que el cronista no necesitó registrarlo.
En su ocio vio a una mujer bañándose y actuando en base a sus sentimientos de lujuria, cometió adulterio con ella, embarazándola y conspirando con Joab para asesinar a su esposo Urías uno de los valientes de David, para cubrir su crimen.
Muchas cosas sucedieron mientras David estaba en Jerusalén y Joab batió a Rabá.
De hecho, el relato de 2 de Samuel 12, 26-31 nos dice que el mismo Joab no ganó la batalla de Rabá.
Peleó contra los amonitas hasta llegar a un punto muerto y luego le pidió ayuda a David, después de su pecado y su subsecuente arrepentimiento.
Luego, 2 de Samuel 12, 29 nos dice y juntando David a todo el pueblo, fue contra Rabá y combatió contra ella. Esta fue la fase final de la restauración de David.
Regresó a hacer lo que debió haber hecho desde el principio, dirigir a Israel en batalla, en vez de permanecer en Jerusalén.
Esto significa que David estuvo en victoria una vez más, su pecado no lo condenó a una vida de fracaso y derrota.
Hubo disciplina para el pecado de David, pero no significó que su vida estaba arruinada.
La caída de David debe poner a los que no han caído en alerta y salvarse de la desesperanza de los que sí lo han hecho.
Versos del 2 al 3
El pecado de David no le quitó su corona. Si David se hubiera negado a escuchar la voz del profeta Natán tal vez si habría sucedido.
Como David respondió con confesión y arrepentimiento, aún había corona para la cabeza de David.
Él crece de nuevo en poder y riqueza, trayendo a Jerusalén las riquezas para la futura construcción del templo.
Este ejemplo de extender la seguridad de Israel con sus vecinos, encaja en el propósito más amplio del cronista de mostrar cómo David preparó el camino, para que su hijo construyera el Templo.
Versos del 4 al 7
Esta victoria sobre los gigantes muestra que Israel podía matar gigantes sin David. Sibekay, Eljanán, Jonatán, estos hombres lograron hazañas heroicas cuando David ya había terminado de luchar contra gigantes.
YEHOVAH DIOS continuaría levantando líderes cuando los líderes de la generación pasada dejaran la escena.
El legado de David no solo estaba en lo que él logró, sino en lo que dejó, un pueblo preparado para la victoria.
Los triunfos de David fueron significativos no solo para él mismo sino para otros que aprendieron la victoria a través de su enseñanza y ejemplo.
Verso 8
Como Goliat era de Gat (1 de Samuel 17, 4) estos eran los hijos o hermanos de Goliat.
Los guerreros filisteos también eran llamados “refaítas” (RSV) o descendientes de Rafa “gigantes” (NRSV), que fueron uno de los grupos pre israelitas en Canaán (Génesis 15, 20) y fueron famosos por su tamaño.
Parte de la idea es que David estaba conquistado enemigos ahora para que fuera mejor para Salomón en el futuro.
Nuestra Victoria presente no solo es buena para nosotros, sino que pasa algo importante a la próxima generación.
La derrota de estos cuatro gigantes acertadamente se atribuye a la mano de David y de sus tropas. David tuvo un rol en esto a través de su ejemplo, guía e influencia.
En este capítulo es interesante ver como David no se quedó llorando por el pecado que habia cometido, sino que hizo teshuvá y actuó con un corazón humilado, volviendo al lugar donde debia estar. YEHOVAH no condena a quien se arrepiente ni le trae a memoria su pasado